Un Amor Libertino. Trilogía: Amores Verdaderos 3

Capítulo 16

“Todos ya conocemos a las escandalosas como preciosas trillizas Berfor. La que hoy encabeza los chismes no es lady Eliana Berfor. Sino la mayor de las hermanas, la educada lady Sabina, quien dejó el recato de lado y frente a todos golpeo a Kaidan McDonall en el rostro…” 

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SABINA

La desconfianza que aun tenía respecto a Kaidan no desaparecería de la noche a la mañana, pero al menos había tenido un poco de satisfacción con el puñetazo que le di en público. Las columnas de chismes y escandalaos no dejaron de hablar de eso, era lo más emocionante que había ocurrido esa semana. Estábamos desayunando mientras mi padre no dejaba de leer la columna de chismes, mirándome entre disgustado y un poquito orgulloso, mi madre en cambio sí muy estaba molesta. 

—Sabina admiro que te quisieras desquitar porque ese niño te lastimó, ¡pero el que te expusieras de esa manera no está bien! ¿No pensaste en que todos ahora podrían tacharte de violenta? —reclamó ella desde el otra lado de la mesa. 

—Aleza, yo considero que nuestra niña hizo bien en defenderse. A mí ya me tenía arto que se la pasara lamentándose por él. —intervino mi padre, dejo el periódico de lado y tomo con gusto su café —Aunque yo le hubiera as de uno.

Mis hermanas se rieron. 

—¡Concuerdo contigo padre! —exclamó Eliana. 

—Tú te callas Eliana, que de las tres eres las que más apoya el conflicto. —regaño mi madre. 

A pesar de todo fue un desayuno bastante animado, no sabía a donde me iba a llevar estar con Kaidan, no quería exponer mi corazón para que de nuevo fuera lastimado por él. Tampoco estaba satisfecha con ese único puñetazo. 

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Había estado muy aburrida el resto del día. Es la primera vez en tantos meses que por fin volvía a agarrar mis pinceles y paletas de pintura. No soy buena en la cocina, ya lo comprobé, todo me queda quemado o duro; no sirvo para eso. El bordar no se me da tan bien como a Romina. No quiero estar de fiesta, no soy tan simpática o estrafalaria como Eliana. Así que lo único que me gustaba, entretenía y soy muy buena es la pintura. 

El cuadro frente a mi estaba en blanco, aun no tenía en mente algo que quisiera plasmar en el; empecé a escoger los colores, pinté varios puntos, la idea iba tomando forma poco a poco en mi cabeza para luego plasmarla en el cuadro. 

Hubieron varios viajes familiares en mi infancia y adolescencia, pero de mis favoritos el que más recuerdo fue el que hicimos una vez hace mucho a la playa, mis hermanas y yo nunca habíamos visto el mar, padre nos quería llevar a divertimos. No recuerdo el nombre del pueblo pero sí que estaba muy soleado, el mar azul se veía preciso, intente ponerlo todo en esa imagen. El cuadro estábamos todos en la playa: mis padres sentados en la arena, encima de una manta mientras nos veían a mí y a mis hermanas jugar cerca del agua. 

—Vaya. —dijeron a mis espaldas. Voltee a ver a mi madre, ella miraba el cuadro con una sonrisa —Recuerdo eso. Tus hermanas y tú chillaron emocionadas, se quitaron los zapatos para poder mojarse los pies y también las faldas de sus vestidos. 

—Fue un buen día —enfaticé nostálgica. 

—Si. Tal vez deberíamos volver a ir. Pintas muy hermoso Sabina, ¿sabes? Hay una dama que acaba de tener a su hijo, ya pasaron unos meses pero desea hacer un retrato familiar, junto a su hijo y su esposo, tal vez podrías hacerlo tú. 

—Ah, no lo sé madre. No me gustaría comprometerme para algo así. Siempre he pintado solo para mí. 

—Pero sería muy buena opción para que te distraigas haciendo lo que te gusta y salgas más de la casa. Eres la única que parece querer vivir encerrada aquí. 

—¿Y Romina?

—Ella fue a encontrarse con su novio. 

“Diablos”. Maldije en mi mente.  

—A parte pagarían muy bien. La dama es rica.

—Me estas convenciendo, ¿quién es la dama?

—Lady Isabella Cambell. 

Me sorprendí. Sabía quién era la mujer, la había llegada a ver unas cuantas veces en alguna reunión junto a su bello esposo. Diría que si no hubiera estado enamorada de Kaidan en aquel entonces y el lord Cambell no estuviera casado, hubiera enfocado todos mis esfuerzos en conquistarlo.

—Entonces podre retratar a lord Caled. —dije emocionada. 

—Sí, se supone que es para toda la familia.

—¡Si, mil vece sí! Si voy hacer el trabajo. —mama hizo una expresión de sorpresa por mi emoción. 

“Si el hijo de ambos es una mezcla entre lord Caled y lady Isabella, su hijo debía ser un bebito sumamente hermoso. Deseaba verlo”.

—Está bien. Hablare con mi conocida para que te recomiende con los Cambell. Después de que vean tu talento no dudaran en contratarte.  

—Gracias mamá.  

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KAIDAN

A pesar de la humillación pública a la que me expuse y que mi nombre estaba en las columnas de escándalos como un blandengue que se dejó noquear por una mujer, no me importaba. La recompensa fue más grande que el dolor, aunque debo admitir que sabina tenía un buen gancho. La pelirroja pegado duro. Lo único molesto eran las burlas de mi madre. 

—“Y así el guapo Kaidan McDonall fue noqueado por la delicada lady sabina Berfor” —ella leía el articulo sin dejar de reírse. 

—Madre basta con eso, por favor. 

—No puedo mi vida. Lo leo y me rio, de todas las cosas que has hecho, estas es una de las mejores, mira que no cualquier hombre dejaría su orgullo y se arrodillaría frente a una mujer para dejar lo golpee. Ay mi niño, estas tan enamorado —sentí mis mejillas calentarse de la vergüenza.

“Esto era el colmo. Diablos, espero que pase algo pronto para que ese incidente se olvide aunque conociendo a mi progenitora será muy difícil de olvidar”. –pensé fastidiado. 

—Mi amor basta, lo avergüenzas. —dijo mi padre aunque no disimulaba su tono burlón. 




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