Un amor no Correspondido. Trilogía: Amores Verdaderos 1

Capítulo 5

CORNELIA “COKKIE”

Pocas eran las veces que la familia Genco salían de su hacienda para venir a Londres, solo en ocasiones especiales como lo era la boda de Diana. Solo habían venido la tía Ariana, sus dos hijas y el hermano mayor Alejandro; su esposo y su otro hijo Héctor se habían quedado para cuidar la hacienda. 

Todos nos encontrábamos en la residencia McFarlan. Miraba a mi primo y admitía que Alejandro seguía igual de atractivo, podía entender porque Maeve no dejaba de verlo. Alejandro era más grande y fornido que Kaidan, su cabello de un rubio oscuro y sus ojos tan oscuros como los de mi hermano. Ellos dos se encontraban junto a mi padre y mis tíos Alaric y Theo. 

Mientras que mi madre y sus amigas se divertían conversando, el resto de mis primas estaban dividas en grupo. Diana estaba con Evie, las trillizas como siempre estaban juntas y Maeve estaba conmigo. 

— ¿Cada día Sabina y sus hermanas se vuelven más altas o solo soy yo? —preguntó Maeve mirando con disimulo a las pelirrojas. 

—Las trillizas problemas siempre han sido más altas que la mayoría Maeve, ¿que no ves que son hijas del tío Alaric? ¡Él es un gigante! —ella se rió. 

—Sabina no ha dejado de mirar a tu hermano por un buen raro —Maeve tenía razón, Sabina no apartaba la mirada de Kai. 

—Mi hermano es un idiota, un día ella se cansará de esperarlo y cuando eso pase estará lamentándose en un rincón como un perro.

Pasado un rato Maeve y yo nos habíamos unido a las trillizas. Era muy difícil reconocerlas, eran exactamente iguales a la única que diferencia era a Eliana y todo porque su cabello más que pelirrojo se estaba aclarando a un color castaño, del resto era exactamente el mismo rostro. 

—Si lo amas tanto deberías solo ir tras mi hermano, Sabina. —aconsejé a la ensoñadora pelirroja. 

—No trates de convencerla Cokkie, es lo mismo que le he dicho siempre pero es muy necia —responde Romina con desinterés, de las tres ella era la que siempre mostraba una actitud arrogante y desinteresada con todos. 

—Si es cierto, nuestra tierna Sabina quiere seguir aparentando una actitud dulce frente a Kai pero por lo visto eso no le funciona —se burló Eliana. Era curioso cuando conocías a las trillizas Berfor, la misma cara de la moneda pero con un sello distinto. Sabina es por así decirlo la más ensoñadora y decidida. Romina la más severa y odiosa. Eliana… es la juguetona y coqueta.

— ¡Diana! —Exclamo Eliana con una sonrisa —Hasta que por fin te dignas a unírtenos. 

Mi hermana se sentó a mi lado. 

— ¿Y Evie?

—Con Alejandro, al parecer le tenía que decir algo de suma importancia. —dijo con una sonrisa coqueta, miré a Maeve y ella estaba tensa, vi como sus manos se apretaban en puños. 

—Si nos disculpan, ya volvemos —me llevé a Maeve y dejé a mi hermana con las trillizas. 

—No tenías que hacerlo, estoy bien.

—No me lo parece, no cuando aprietas tus manos de esa manera. —quisimos salir al jardín pero al hacerlo fue la peor idea que se me pudo ocurrir. Alejandro y Evie estaban ahí y él sostenía la mano de Evie, se veían con una dulce pareja. —Mae…

Sus ojos estaban llenos de lágrimas. 

—Vámonos de aquí Cornelia. —volvimos a entrar a la residencia, escapando del resto nos escondimos en un saloncito donde Maeve se desahogó y lloró en mi hombro. 

—Ya Maeve, no llores. Tus ojos se pondrán muy rojos y todos lo notaran. 

—Lo quiero Cokkie. Yo lo amo pero él no siente nada por mí, su destino se unió con el de Evie y yo solo estorbo, siempre estorbo.

—No eres un estorbo Maeve, no digas eso. 

—Hubiera querido tanto haberlo tenido como mío y yo suya, pero es una fantasía estúpida que nunca se va a cumplir. Por una vez quiero ser la primera elección de alguien y que no todos escojan a Evie por sobre mí. 

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MESES DESPUÉS. 

MILE

Definitivamente nunca había visto a Shawn tan feliz como lo vi hoy. Cuando la señorita McDonall caminó hacia el altar del brazo de su padre, todas las miradas fueron hacia ella, podría jurar que era la novia más hermosa ese día. Ambos dijeron el “Sí, acepto” sin dejar de mirarse a los ojos, completamente enamorados. 

Mi atención pronto cayó en la señorita Cornelia y no me pasó desapercibida las lágrimas que bajaron por sus mejillas y empañaron un poco sus gafas, ella creyó que nadie la había visto limpiándose esas lágrimas que parecían de dolor y amargura, para todos tal vez pero no para mí. 

Después de la ceremonia religiosa ahora nos encontrábamos en la gran residencia McDonall. Mi hermano bailaba con su ahora esposa y en sus ojos se podía ver lo enamorado que estaba, la novia se veía hermosa. Buscaba con la mirada a mi nueva cuñada, desde nuestro último encuentro ella me había tratado de forma despectiva y grosera, pero yo seguía queriendo saber el porqué de esa actitud. 

Veía a lady Cornelia apartada de todos, me acerqué y fui hasta su lugar apartado. Ella me fulminó con la mirada cuando me vio acercándome.

— ¿Qué desea señor Mile?—preguntó molesta.

—Saber el por qué está alejada de todos —la dulce Cornelia suspiró —Shawn será feliz al lado de su hermana —ella desvió la mirada cuando dije eso. 

—Sí, también espero eso.

—Eso no se escucha muy sincero lady Cornelia.

—No sabe lo que pienso milord —respondió a la defensiva. 

— ¿Desde hace cuánto usted ama a mi hermano?

—No sé de qué habla.

—Creo que lo sabe muy bien, aun puedo reconocer la mirada de una mujer herida y eso es lo que es usted, una mujer herida. Debe dolerle que el hombre que usted quería la dejara a un lado para escoger a su hermana.

— ¡Por que no se mete en sus propios asuntos y me deja en paz milord!

—Lo haría pero me ha sido difícil dejar de notar que miras a mi hermano más de lo debido como una mujer enamorada




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