Todo está pasando demasiado rápido y mi cabeza es un torbellino de emociones descontroladas.
Hoy voy a conocer a los abuelos de mi hijo, quienes, según dijo April, son una pareja de dinero, conservadora y que se rodean con gente de su círculo social. En otras palabras, jamás me considerarían apta para estar con su hijo. Lo bueno es que no seré pareja de su hijo, solo la madre de su nieto.
Mi cuñado Zeke me aconsejó mantenerme alerta. Tiene miedo que si yo no les agrado, quieran pelear la custodia de mi hijo. Yo dudo que eso pase y si sucediera, les daría batalla porque deben corroborar que seré una pésima madre y no puedo proporcionarle bienestar económico y emocional a mi hijo. Claro que puedo.
Todavía estoy adecuándome a la idea del embarazo, pero desde que vi al bebé en la ecografía supe que lo quería conmigo.
Miro mi reflejo y decido que estoy bien. No me vestiré con elegancia tratando de impresionar a la pareja Black.
Si me quieren conocer, que me conozcan como soy. Una mujer de vestidos simples y zapatos bajos. Uso mucha ropa deportiva aunque no hago deporte.
Cruzo el bolso por mi cuerpo y salgo de la habitación que comparto con April. Ella y yo decidimos acomodarnos en el altillo de la casona mientras Adelaida se quedaba en su habitación y así poder utilizar las otras habitaciones para huéspedes.
Hoy el hotel está concurrido y lleno debido al comienzo de la temporada alta. Tratamos de hacer cada noche algo para mantener entretenidos a los huéspedes. Yo suelo ocuparme de divertirlos contando chistes o poniendo música o preparando tragos.
Al llegar al pie de las escaleras, Troy está esperando por mí. Él me repasa con la mirada y enarca una ceja. Estoy vestida muy normal mientras él luce impecable con pantalón de traje negro, camisa blanca a medida y saco.
—¿Qué? No voy a vestirme con elegancia para un almuerzo con tus padres. No tengo ningún interés en impresionarlos, sino que me conozcan como soy.
—No dije nada. Vámonos.
Adelaida se acerca y me abraza.
—Todo estará bien. Si esa gente te ofende de alguna manera, me lo haces saber y April y yo vamos al rescate.
—Gracias por ser como una madre para mí.
—Nada que agradecer. Siempre quise tener más hijos y Nebraska y tú lo son—nos apartamos—. Me gusta ser abuela.
Sigo a Troy al exterior de la posada, una pareja anciana que se hospeda en la posada llega en ese momento y me saluda con una sonrisa.
—¿La pasaron bien recorriendo castillos? —les pregunto.
—Fantástico. Gracias por la recomendación—menciona la señora—. En la noche cenaremos en el hotel. ¿Estarás tú sirviendo tragos?
—Ofelia, no es bueno beber alcohol seguido.
—Estamos vacaciones, Anton.
Río.
—Estaré y les prepararé uno especial para cada uno. Prometo que serán suaves.
Me despido de ellos y subo al vehículo.
—¿Eres diseñadora gráfica, administras una posada y además sirves tragos?
—Soy multifacética. Me gusta aprender un poco de todo y me encanta pasar tiempo con las personas conociendo sus historias, costumbres y demás. Se aprende mucho.
—Entiendo. Bueno, debo advertirte que mis padres no son snobs, pero puede comportarse algo distantes debido al embarazo inesperado y que no somos pareja. No te lo tomes personal y no es algo de clases sociales. Mi exnovia Maya tiene dinero y status, aun así mis padres nunca la aceptaron.
—¿La mujer que amas?
—Esa misma.
—Y la causante de que acostaras conmigo por despecho.
—No me acosté…
—Al momento que me dijiste que terminaste una relación hacía poco y no buscabas a otra me di cuenta de que era muy reciente y te dolía. No mencionaste el nombre de esa chica, pero hablaste de ella bastante y eso probaba que no la habías superado. No pregunté nada porque de verdad no quería que te pusieras triste y te echaras a llorar. No sé qué hacer cuando la gente llora—suspira—. En fin, no me ofende que me utilizaras como despecho porque yo usé luego de ser despechada por los argentinos que aman el fútbol.
Él guarda silencio durante un momento y noto que dibuja media sonrisa.
—Me dijo que no estaba segura de estar enamorada de mí y me pidió un tiempo, yo terminé la relación y apareció hace unas semanas queriendo regresar conmigo.
—E ibas a volver con ella y aparecí yo con el embarazo.
—Algo así. No tenía definido si íbamos a regresar.
—Bueno, habla con ella y si quieres regresar a su lado, hazlo y punto. Si ella te ama, no tendrá problemas en aceptar nuestra extraña situación. No voy a meterme en medio de ustedes y nuestro contacto será por el bebé nada más.
—Gracias por el consejo.
Permanecemos en silencio el resto del trayecto.
Yo suelo saber de que hablar y si no encuentro un tema lo invento, sin embargo, prefiero mantenerme callada durante un momento.