Un amor para Arizona

Capítulo 7: Arizona

Al llegar a la posada hay caos. Al parecer tres amigas llegaron a hospedarse, pero la habitación sigue ocupada porque el matrimonio con la hija no la han desocupado.

Le doy las gracias a Troy por traerme y le digo que no era necesario que me acompañara hasta adentro.

Lo dejo ahí y me arrimo a mi hermana.

—¿Qué sucede?

—La pareja con la hija que tenían que dejar la habitación hace dos horas no llegaron todavía porque el vehículo se les averió. No puedo sacar sus cosas y tampoco dejar que las chicas se acomoden. Están de camino. Están buscando otro lugar donde quedarse y quiere la devolución del dinero.

—¿Es reembolsable?

—No en caso de que cancelen por su cuenta. Les dije que esta noche la cena correría por nuestra cuenta, pero no les interesó, ni me dejaron hablar y el teléfono no deja de sonar. Esta noche hay un concierto a unas cuadras de aquí, no tengo idea quienes tocan.

—Respira, yo me ocupo de las chicas. Tú asegúrate que la pareja y la hija regresen.

—Sí, a ellos cobraré un recargo extra por el retraso del check out y se lo descontaré a las chicas, si es que deciden quedarse. El dinero no se regresa, Ari. Pueden quedarse con beneficios del descuento y la cena gratis de esta noche por las molestias o irse a otro lado.

—Entendido, tú eres la gerente y la experta.

Me arrimo a las tres chicas que hablan en otro idioma, creo que alemán y a juzgar que son guapas, rubias y de ojos celestes las encuadro en alemanes. 

—¿Te podemos ayudar en algo? —pregunta una de ellas en inglés.

—Sí. Soy Arizona Adams, una de las dueñas de la posada Adams y ya me comentaron el inconveniente.

—Ya le dijimos a la recepcionista que nos iremos a otro lado y queremos la devolución del dinero.

—Bueno, son libres de irse y perder el dinero o quedarse y aceptar las compensaciones por la demora. Resulta que los huéspedes que están en su habitación tuvieron un problema con el vehículo, pero están de camino. Pueden ir al bar en el jardín a tomar tragos gratis o sentarse a tomar un café en lo que su habitación está lista, luego disfrutar de una cena gratis y recibir una bonificación por las molestias o irse a otro lado, si es que encuentran porque todo está lleno. Si eligen la primera opción, son bienvenidas. En caso de elegir la segunda opción, pueden hacerlo, el dinero se les devolverá parcialmente y no pueden regresar si no encuentran lugar en otro lado.

La chica mira a sus amigas, las tres hablan en alemán y vuelve a mirarme.

—¿Los tragos son gratis y la cena también? Nos quedaremos tres noches.

—Un trago gratis cada una hoy y la cena gratis de esta noche sin bebidas incluidas. Se reembolsará un porcentaje.

—Tragos gratis las tres noches.

—No, lo siento. Pueden tener su trago gratis hoy, mañana o pasado, pero solo una noche. Decidan rápido.

—Espera—suspira—. Bien, aceptamos. Ahora no queremos tragos, no vendría bien algo de comer.

Sonrío.

—En la cafetería de al lado pueden tomar un buen café con un pedazo de pastel, el de manzana es mi favorito—me acerco a la mesa de recepción, le pido a April que me brinde tarjetas de huéspedes y se las entrego a las chicas—. Con esto tendrán descuentos cada vez que vayan, es exclusivo para huéspedes del hotel. Gracias por comprender. Serán avisadas de inmediato cuando la habitación esté lista.

La chica se da la vuelta, dejan las maletas y salen de la posada directo a la cafetería. Entiendo su enojo, mas eso no les da derecho a ser groseras y altaneras queriendo todo gratis.

En fin, así son.

Agarro la pequeña maleta para quitarla de encima de la otra y moverlas. Está pesada. No suelo hacer el trabajo de maletera, para eso está Jason, pero no sé donde estará.

Alguien agarra la maleta y me sorprendo de encontrarme con la mirada intensa de Troy Black.

—No has fuerza en tu condición. Dime donde la dejo. ¿No tienen a alguien que se encargue de las maletas?

Le indico donde dejarla mientras llevo las otras dos que, gracias a Dios, tienen cuatro ruedas cada una.

Troy acomoda las maletas.

—Jason es nuestro ayudante y debió ir a resolver algo. Esto no es un hotel de cinco estrellas donde hay un botones recibiéndote.

—Deja que otra persona lo haga o los mismos huéspedes. No debo recordarte que estás embarazada. ¿Verdad?

—Sé cuidarme sola y cuidaré al bebé. ¿Por qué no te fuiste?

—Quería asegurarme que no te estreses. Dijiste que no es bueno para el bebé.

—Tampoco para exagerar. Eso lo dije para librarme del lío entre tu novia y tu madre. Ya todo está bien, te puedes ir.

—De acuerdo.

April se interpone en la salida de Troy.

—Jason está atascado en el tráfico y no va a llegar para encargarse de la merienda de despedida de soltera que está organizada en el jardín cubierto. Mamá está a mil en la cocina terminando de preparar todo, yo debo quedarme en la recepción, Marion está terminando de limpiar. Nebraska y Zeke se atrasaron viendo cosas para la boda y están atorados en el tráfico.  




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