Querido NamJoon, si tan solo supieras de lo profundo de mi soledad y quisieras arrebatarla, tu solo tu podrías llenar el vacío y el frío que ahora siento dentro del corazón.
Esperaba parada frente a la puerta de un pequeño bar, la gente transitaba sin percatarse de su presencia, finalmente sintió la soledad de estar lejos de todos aquellos a los que quería, era cierto que su relacion con su tía no era la mejor pero la había cuidado por años en ese momento la extraño y hasta a sus molestos primos y a su mejor amiga, desde luego a su perro que solía hacerle compañía en momentos como aquellos. Aún no decidía si entrar o solo dejarlo a un lado, jamás pensó en que la soledad se sentiría tan fría y fuerte en aquel hermoso lugar.
Dejo a un lado la idea del bar y solo continuo caminando, le gustaba mirar las luces de los edificios encenderse, el ruido que parecía una bella melodía pues no era un ruido ensordecedor como al que estaba acostumbrada, era suave, como el viento que se cuela por entre las ramas de los árboles, lo disfrutaba, el sentir aquel viento cálido de primavera. No se detuvo hasta llegar al edificio donde trabajaba, las luces seguían encendidas, busco en el bolsillo de su chaqueta la tarjeta de acceso y la tomó segura de que no tendría ningún problema al entrar.
El guardia de seguridad la reconoció y le saludo amistosamente, las chicas de la recepción parecía que no estaban así que solo presionó el botón del ascensor y subió. Los pasillos se veían tan apacibles y tranquilos, quizás era la única en todo el lugar, llego hasta el área de maquillaje pero encontró el salón cerrado, por un momento pensó que solo habia perdido el tiempo cuando escuchó las voces que cada vez sonaban más fuertes y claras.
Intentó reconocerlas, una, dos, tres...eran tres hasta que, cuatro, cinco, seis...sus rodillas temblaron al escucharlos aun más cerca, no tenía a donde ir o donde esconderse, presionó de nuevo el botón del ascensor pero fue tarde, los chicos de Bangtan se acercaban entre risas. Bajó el rostro y lo oculto debajo de su cabello, aferraba el bolso entre sus brazos y permaneció de aquella manera hasta que los escucho justo a sus espaldas.
-¿Emma? -su nombre resonó como eco en una montaña, sus poros se despertaron dejándola en medio de un fuerte escalofrío.
Levantó despacio el rostro y lo miró, NamJoon permanecía a su lado con un rostro de desconcierto.
-¿Qué haces aquí, aun estas trabajando? -siguió solo dirigiéndose a ella a pesar de las miradas escrutadoras de los seis acompañantes.
-¡Ahmm!- necesitaba pensar rápido, pero se percató de que ahora los seis miembros sobrantes la miraban a ella con el mismo desconcierto de el líder de la banda. -NamJoon...es decir RM, señor... -reverenció.
-¿Esta todo bien? - se escuchó la voz suave de Jin, - ¿la conoces?
-Sí, ella es mi nueva maquillista la conocí esta mañana.
-No habla, pareciera que no tiene lengua -espetó Taehyung sin dejar de mirar a la chica.
-Claro que habla, pero...Emma, ¿estas bien?
-Lo siento es que olvide algo dentro del salón y por eso vine, pero no esta abierto, YoungSook debió cerrarlo antes de irse, yo sólo...-se tomo el tiempo para mirar a cada uno de ellos, la ARMY dentro de ella estaba por comenzar a gritar de emoción, pero no lo permitió en cambio comenzó a respirar muy rápidamente tanto que de pronto sintió que la cabeza le pesaba y estaba por caer. Fue cuando NamJoon se acercó hasta ella y la sujetó por la cintura.
Seis miembros sorprendidos no esperaban aquella reacción de su líder, la chica que de repente se sintió mejor al estar entre los brazos de RM ahora solo podía sentirse avergonzada por su actitud sin embargo no podía dejar de mirarlo a los ojos, pues eran aquellos ojos los que ahora parecían más brillantes que todas las luces de Corea, que todas las luces del mundo, parecía que dentro de sus oscuros ojos podía ver el universo entero.
El corazón de NamJoon parecía haberse acelerado al darse cuenta de que parte del cuerpo de la chica sostenía entre sus brazos, no quería sentirlo, pero de pronto una cosquilla le recorría de la espina hasta el estómago y su respiración parecía entre cortarse, quería no prestarle atención a aquello, pero ni siquiera entendía el porqué había corrido hasta ella para sujetarla antes de verla caer, no podía siquiera apreciarla, acababa de conocerla, quizás era que no podía dejar de ser amable, pero...entonces por que sentía aquella calida sensación que le recorría desde la punta de los pies hasta la cabeza.
-¿Estas bien, quieres que llame al medico?, quizás siga dentro del edificio. -dijo NamJoon tratando de recobrar su calma.
-Estoy bien fue solo un mareo, debe ser por la altura, tu sabes el cambio.
-O estas embarazada. -soltó YoonGi como una broma.
-No, claro que no.
RM la soltó lentamente procurando que estuviera bien al encontrarse por completo en pie.
-Entiendo, quizás te cueste algo de tiempo adaptarte al clima, -dijo solemne volviendo a su comportamiento habitual, bueno tenemos que irnos, pero...nos vemos mañana.
Los seis chicos comenzaron a susurrar y soltar risillas burlonas, NamJoon no decía nada, solo presionó el botón del ascensor hasta que las puertas se abrieron.
-¿Subirás? -preguntó mientras de nuevo todos guardaban silencio.
-Sí, yo iré a casa ahora. -repuso Emma. -Ustedes ¿subiran?
Jin se adelantó y fue el primero en entrar seguido de Jungkook y YoonGi, los otros tres esperaron a que NamJoon los invitara a pasar, el mas joven presionó rápidamente el botón para cerrar las puertas dejando a fuera a NamJoon y Emma quienes no lograron evitar que los seis bajaran mientras volvían a reír a carcajadas.
-Juro que los mataré algún dia -soltó el chico golpeándose la frente de manera que Emma encontró terriblemente sensual.
-Tu realmente eres bastante paciente con ellos, te admiro supongo que debe ser difícil ser el líder de un grupo tan famoso como lo son ustedes, considero que has hecho un estupendo trabajo, bueno todos ustedes pero tu...tu debes cargar con la mayor parte y eso sin duda es de una gran admiración.