Un amor para Namjoon.

7

Querido NamJoon, tengo que confesarte que tu voz me sigue a cada paso que doy y tu mirada, es mi más fiel compañera...

Miraba a través de la ventana la lluvia caer, al parecer el día no se prestaba para salir a grabar por lo que decidieron pasarlo para el día siguiente, mientras tanto solo podían entretenerse por su cuenta, algunas de las chicas habían salido a pasear, Emma decidió quedarse en la habitación, si bien no conocía Tokio y moría por salir a ver que podía ofrecerle, esa tarde prefirió mirar la lluvia al caer desde su balcón, alcanzaba a ver parte de la ciudad y eso le gustaba. Abrió la puerta de cristal y se asomó, la lluvia alcanzaba a caer ligeramente, pero no le molestaba, paso por su mente la imagen de NamJoon a la salida del aeropuerto, no entendía como era posible que lo extrañará si apenas había cruzado algunas frases con él, pero así era lo extrañaba, cerró los ojos e imagino como sería estar entre sus brazos justo ahí, en aquel balcón con el clima en el que se veía, dejó escapar una sonrisa ladina acompañada de un suspiro.

Permaneció ahí por un buen rato hasta que el sol comenzó a bajar, entonces decidió que podía salir un momento ya que la lluvia cedía poco a poco. Tomó el abrigo y salió, recorría con las yemas de los dedos las paredes del lugar mientras tarareaba una canción que no abandonaba su mente desde el día en que conoció en persona a NamJoon. Apenas presionó el botón del ascensor su móvil comenzó a vibrar, lo levantó enseguida, era YoungSook preguntándonos ella y citandole de inmediato en el salón de eventos en el primer piso del hotel, por fortuna logró entrar al elevador antes de que se cerrara la puerta y bajo hasta el primer piso.

YoungSook la encontró antes de llegar al salón y tiro de ella del antebrazo cual madre que esta a punto de regañar a su pequeño hijo.

—¿Qué haces? ¿Por qué no estás lista? —decía la encargada.

—¿A qué te refieres, no entiendo?

—Emma, es una cena con todos los directivos pretendes presentarte así a una cena formal. —Susurraba YoungSook.

—Yo, no lo sabía, por qué nadie me dice nada —respondió angustiada —puedo ir a cambiarme rápidamente aunque ni siquiera se que usar.

YoungSook torció la boca y suspiró, —ven conmigo.

La tomó de la mano y la llevó hasta lo que parecía una pequeña oficina, Emma se sintió nerviosa, no desconfiaba de YoungSook pero le pareció extraño que la dejara a solas en aquel lugar, después de lo que parecieron años volvió con un lindo vestido entre las manos.

—Póntelo, veré que hacer con tu cabello.

—YoungSook en serio debo estar presente, solo soy la maquillista de NamJoon y nada más esa cena tal vez es para alguien realmente importante.

—Y quién te ha dicho que nosotras no somos importantes —tiró con fuerza de su cabello — Emma sin nosotras eso chicos saldrían más pálidos que la leche en cada fotografía, vi el trabajo que hiciste con Nam ayer, tu te mereces estar en esa cena.

—De acuerdo pero no me alizare el cabello.

YoungSook volvió a torcer la boca, —esta bien pero esta vez solo déjalo suelto de acuerdo.

Emma asintió terminando de cambiarse, tuvo que usar sus converse que para su fortuna eran negros y le iban bien con el vestido que era corto, sacó el brillo de labios que cargaba en el bolsillo y lo colocó antes de pellizcar sus mejillas para darles algo de color. Pensaba solo en impresionar al líder de Bangtan. Fue entonces que entró caminando con mucha seguridad y buscaba con la mirada entre las mesas pero no encontró a ninguno de los chicos.

—No están aquí, —le susurró YoungSook, — no están invitados.

—Yo no...no sé a que te refieres.

—No soy ciega Emma, estabas buscando a NamJoon, ¿cierto?

Emma no respondió y siguió caminando hasta la mesa. No reconocía a nadie al rededor apenas conocía algunos, Hitman, SeJin, algunos más y las chicas que parecían muy felices a su lado, le costaba llevarse bien con ellas ya que no hablaban inglés y ella apenas sabía algo de coreano. Sirvieron la cena y las bebidas, de vez en cuando miraba por la puerta con la esperanza quizás de verlo llegar pero luego de un par de horas, perdió toda esperanza. La cena se terminaba agradecieron y poco a poco se retiraban.

—Emma, iremos a un pub, quieres venir con nosotras —preguntó YoungSook al terminar.

Emma dudo un poco, luego solo negó argumentando que se encontraba cansada y que solo quería dormir.

—Esta bien —dijo YoungSook, —pero si fuera tu, no perdería la oportunidad de salir al jardín trasero del hotel, a esta hora encienden las luces y todo se ve muy hermoso, deberías ir antes de dormir.

Emma afirmó y dio la vuelta hasta la puerta trasera, después de todo no tenía tanto sueño, arrastró los pies hasta el jardín, una pequeña cascada dejaba correr el agua dejando un tenue sonido al pasar, las luces brillaban como pequeñas luciérnagas sobre su cabeza, el cielo completamente oscuro parecía que se llenaba de estrellas en aquel instante, la brisa de los árboles apenas caía sobre su rostro, sonrió feliz de estar en donde estaba. Encontró un banco más al fondo se detuvo cuando se dio cuenta de que estaba por entrar a un laberinto de grandes muros de enredaderas y arbustos verdes.

Seguía intentando traducir lo que decía con su celular pues no quería incumplir  ninguna norma, siempre quiso entrar a uno de esos.

—Oye, no pensaras ir sola o sí.

Volvió  la vista, las mariposas revolotearon en su estomago.

—¡NamJoon! Es decir RM, qué...qué haces aquí, tienes permiso de salir de tu habitación.

Nam la miró con desconcierto antes de rascarse la cabeza de forma curiosa.

—Acaso piensas que soy un esclavo o algo por el estilo.

—¡No, no! Es que creí que ustedes no tenían permitido salir solos.

—Quién dice que estoy solo.

Emma asomó la cabeza detrás de él, fue cuando se dio cuenta de que otros tres chicos llegaban hasta donde se encontraban.

—Emma ssi, cómo estás —saludó Jimin.



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Editado: 09.10.2021

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