Querido NamJoon, jamás supe a lo que sabía la indiferencia hasta que fui invisible ante tu mirada, si tan solo pudieras notarlo...
De vuelta en Corea las cosas parecían estar más tranquilas para NamJoon quien prefirió limitar sus conversaciones con Emma solo para lo realmente necesario. Aunque a ella le parecio extraño en un principio, lo comprendió de inmediato, luego de sus raros comentarios en aquella ocasión prefirió mantener su distancia, estaban cruzando la línea de lo profesional y eso solo los podía perjudicar a ambos. Desde luego que no se arriesgaría, ni mucho menos la carrera de él, aunque sabía bien que la que más perdía sería ella.
Habían tardes en las que no tenía tanto trabajo y salía a caminar por las calles de Corea, no dejaba de sorprenderle aquel lugar tan hermoso, sus árboles y los jardines, aunque la gente le parecía un poco fría y distante jamás se sintió excluida o denigrada en ningun lugar. Hubieron ocasiones en las que algunos chicos lindos se acercaban a ella con la intención de saber su nombre y número de móvil, la mayoría de las veces se negaba solo alegando que no entendía nada de lo que el chico decía, en otras aceptaba y entregaba el número de móvil, pero simplemente se quedaba esperando por alguna llamada o mensaje. Si no fuera por su trabajo, Emma estaría camino a casa de nuevo, pero seguir en la agencia le gustaba.
Una noche se quedó hasta tarde con la intención de saludar a su chico, YoungSook le permitió quedarse en el salón y hasta le entregó las llaves para que fuera ella la encargada de cerrar, le gustaba que confiara en ella.
Emma esperaba mientras se miraba al espejo, había alisado su cabello y colocado un labial rojo en sus labios, no le gustaba mucho llevar colores fuertes en el rostro, pero quería hacerlo solo para llamar la atención de RM quien parecía realmente distante de ella. Desde donde se encontraba alcanzaba a escuchar la música, aún seguían ensayando así que solo se quedó escuchando y tarareando de vez en vez hasta que la música no se escuchó más entonces sintió como su corazón se aceleraba cuando comenzó a oír a los chicos de Bangtan recorrer por su pasillo.
Salió enseguida pretendiendo que pareciera un encuentro casual, apenas los vio sonrió, algunos correspondieron la sonrisa, NamJoon solo siguió hasta el ascensor ignorando a la chica, Emma sintió que la sangre se agolpaba en sus mejillas.
—¡Jimin! — gritó y los siete chicos voltearon el rostro en seguida.
Jimin se abrió camino entre Kook y V solo para poder llegar hasta Emma y la saludo.
—¿Qué plan tienes para esta noche? —dijo Emma sin rodeos.
El rubio se sorprendió, no sabía que responder, el ascensor esperaba con los chicos dentro.
—Te gustaría que te aplicara una mascarilla limpiadora, tengo unas muy buenas.
Jimin se rascaba la cabeza aún sin saber que responder, NamJoon estaba por presionar el botón del parking y se alcanzaba a ver como respiraba fuertemente.
—¿Jimin ssi, vienes? —le habló su hyung.
Jimin negó de inmediato, —me quedaré un rato, pediré que me lleven más tarde.
RM dejo que las puertas se cerraran, no podía solo retirar la mirada de Emma quien parecía radiante. Jimin acompañó a la chica al estudio y esta preparo al rubio, por fortuna era cierto que tenía unas nuevas mascarillas que aún no había probado así que no era un mal pretexto. Sin embargo en el fondo de su corazón sentía que se partía más al pensar en el rechazo de NamJoon, aceptaba que haberle hablado al rubio solo habia sido para medir la reacción de Nam, que le había parecido igual de fría que los últimos días, no tenía posibilidad alguna con él.
Pasaba sus manos por el rostro de Jimin con delicadeza, el chico quien sonreía aún con los ojos cerrados parecía nervioso, dejaba que lo tocara sin negarse a nada, parecía bastante cómodo con la situación. Emma lo observaba, era muy lindo, se sintió culpable pero ya estaba hecho, además no tenía que suceder nada más, era Jimin una estrella más en el firmamento y ella solo la chica de maquillaje.
—Hyung tenía razón, tienes las manos muy delicadas, me he relajado tanto que podría caer dormido en cualquier momento.
—Puedes hacerlo, te despertaré cuando estes listo.
—Prefiero charlar contigo, no creí que podríamos estar a solas algún día aunque no es la cita que me imagine servirá para conocerte un poco.
—¿Te interesa conocerme? ¿A mi?
Jimin intento sonreír pero la tensión de la máscara lo impidió.
—Eres muy ingenua, ¿cuál es tu edad?
—Me da pena decirlo, por qué lo quieres saber.
—Te lo he dicho pareces muy inocente, pero pienso que no lo eres del todo.
Emma dejo escapar una corta risa, —No lo soy, sé cosas.
—¿Qué cosas sabes, las has hecho?
—Vaya tal parece que tu eres de los que solo tienen la cara de niño bueno.
—No he dicho nada malo, jamás lo haría, solo quiero saber tu edad es todo.
Emma torció la boca un poco antes de responder veinticinco muy suavemente.
—Por qué te apenas si yo tengo la misma edad que tú.
—No es eso, es que...bueno ya sabes, algo más que quieras preguntar.
—Muchas cosas, — musitó en tono sensual, —pero esperare a que me quites esto del rostro.
Emma se apresuró a retirar la mascarilla del rostro de Jimin para aplicarle crema humectante. El rubio le tomó la mano en cuanto supo que terminaba.
—¿Has salido con un chico de Corea, Emma?
—No, aun no he tenido esa oportunidad.
Sentía las caricias que Jimin dejaba por lo largo de su dorso.
—¿Te gustaría salir con uno?
Por la mente solo pasó el rostro de Nam, claro que quería salir con uno en específico pero al parecer el chico en turno no pensaba lo mismo que ella.
—Tal vez, —retiró la mano sin que pareciera una ofensa.
—¿Saldrías conmigo?
Emma casi se ahoga con su saliva al escuchar aquellas palabras, nunca le había cruzado por la mente escuchar la voz de Jimin pidiéndole eso.