Para la mañana siguiente decidido a enfrentar a sus propios sentimientos, tomó la bolsa sport que colgaba a su hombro y llegó temprano al gimnasio, mantenía los audífonos en los oídos y al ritmo de la melodía se ajustaba los pantalones, era demasiado temprano para pasarse por el area de Emma así que comenzó su rutina. Llevaba meses haciendo ejercicio de aquella manera tan extenuante, sin embargo más que cansarse, parecía que aquello le regresaba más energía de la que dejaba en cada uno de esos aparatos. Además le gustaba hacerlo en silencio y a solas, aunque sabía que el entrenador no tardaría en llegar, le gustaba su propia compañía, era el momento del día en que podía conocerse un poco más a sí mismo.
Esa mañana llovía y se veían las nubes grises atravesando por las ventanas, le pareció que aquel clima era perfecto para una confesión de amor, sentir las gotas de lluvia sobre el rostro luego buscar esos labios carnosos y fundirse en un beso. NamJoon colocó más fuerza al empezar a pensar de aquella manera, quería realmente controlar sus emociones pero había pasado tanto tiempo alejado de aquellos sentimientos que simplemente ahora le era imposible no querer sentirlos.
Le gustaba pensar en Emma, en su sonrisa y en su forma de hablar, esa vocecita aguda que parecía ser irritante pero que a él simplemente le gustaba y los grandes ojos que eran más expresivos que ella misma. Jimin tenía razón estaba enamorado de ella. Luego de dos horas se detuvo, el entrenador no tenía quejas, NamJoon solía trabajar de la mejor manera y era realmente entregado cuando se le metia algo en la mente, no tardó en darse una ducha rápidamente para después bajar corriendo hasta maquillaje, no podía perder más el tiempo.
Entro al salón, YoungSook lo miró con el ceño fruncido al igual que las otras chicas.
—Es muy temprano Nam, que haces aquí.
—¿Dónde esta Emma? Es la única que no ha llegado, esta bien.
—Sí, ella está bien, salió con los chicos de TXT creo que necesitaban sus conocimientos en maquillaje de fantasía, al parecer Emma es buena con eso de las hadas y los caballos alados.
—¿Sabes a que hora volverá?
—No, solo sé que se pasará el día en el set, grabarán un nuevo video.
—Pero nadie me aviso.
—Nam, es solo una maquillista, por qué tendría que avisarte, JunSo puede atenderte a ti perfectamente bien, lo sabes.
—Sí, sí lo sé, es solo que...quería preguntarle algo.
—Pues tendrás que esperar hasta mañana, hoy no vendrá.
NamJoon dio media vuelta y arrastró los pies hasta el cuarto de ensayos en donde ya esperaban los demás chicos, no se sentía animado para ensayar, de pronto parecía que el clima ahora le deprimia, la lluvia comenzó a caer seguida de fuertes relámpagos que sonaban con fuerza a través de las ventanas. Miraba las gotas resbalar por el cristal y sentía melancolía, la emoción que ahora le parecía tan desconocida, lo aceptaba, estaba más interesado de lo que pretendía estarlo, aunque le asustaba, también le gustaba.
El resto de la tarde solo la paso pensando en que estaría haciendo la chica tocando el rostro de los pequeños chicos de TXT, solo esperaba que ellos fueran respetuosos de otra forma se molestaría bastante con aquellos que la enviaron a su staff. Le preocupaba también que Emma los encontrara más atractivos, más simpáticos y agradables, y si a alguno de ellos le gustaba...
Siguió bailando sin descansar, era la única manera de dejar de pensar en cosas que no quería, que lo ponían nervioso. Ni siquiera tomo el almuerzo cuando los chicos decidieron pedir algo para comer, NamJoon solo se quedó ahí contando los pasos, repitiendolos una y otra vez, memorizandolos para no cometer un solo error, no se permitía equivocarse sobre el escenario, no quería tampoco hacerlo fuera de él.
La puerta se abrió, Nam no se detuvo al mirar a Jimin entrar solo continuo hasta que el joven rubio detuvo la música, Nam volvió los ojos a él y caminó hasta encontrarlo, tomó la toalla que le ofrecía y se seco el rostro antes de beber de una botella de agua.
—Alégrate hyung, —soltó Jimin intentando una cara seria. —Tengo una sorpresa para ti.
Nam dejo la botella a un lado y con la toalla seguía secando su cabello, —Me has traído algo de comer.
Jimin abrió los ojos sorprendido —debí haberlo hecho pero no pensé en ese momento, te puedo invitar lo que quieras podemos pedirlo luego de que te diga esto. —Lo miraba, luego solo sacó el movil y comenzó a teclear.
El móvil de RM sonó dentro de su bolso, lo buscó, cuando abrió el mensaje, un número se alcanzaba a distinguir.
—Te dije que confiaras en mi, ese es el móvil de Emma, lo conseguí al fin.
—¿Pero, cómo, dónde, quién te lo ha dado?
—Tengo algunos buenos amigos que se encargan del reclutamiento, solo bastaron algunos autógrafos y listo, además de que serán discretos y a nadie la dirán nada, puedes llamarle o escribirle, YoungSook me dijo que esta con el staff de TXT, no se quedara con ellos, o ¿sí?
—Espero que solo sea por este día, —seguía mirando la pantalla del móvil, —Gracias Mochi, —sonrió — siempre confío en ti.
—Tenía que hacerlo, nunca te había visto tan interesado en alguien, Emma en serio te gusta, creo que ustedes podrían ser felices. Yo los apoyaré puedes estar seguro de eso.
—Falta que los demás lo aprueben, la verdad es que luego de lo de Jungkook decidí no caer en lo mismo hasta después del servicio, hasta terminar el contrato pero luego la conocí y ahora, creo que cambie respecto a esperar, solo espero con el corazón, que aqui puedan entenderme es todo.
—Pues haremos que suceda, además tu ya estas en edad de buscar una mujer con la que puedas estar, alguien que te ame como debe ser.
—Sí mi madre se alegrará cuando se entere que he conocido a alguien, todo el tiempo se preocupa por que no termine solo, se alegrará sin duda.
—Entonces llámala en cuanto puedas, no la hagas esperar.
El ensayo continuo, luego pasaron un rato en la oficina del CEO afinando algunos detalles de sus próximos eventos, Nam no podía esperar a estar a solas para poder llamar a la chica, cada minuto le parecia eterno, no fue sino hasta que finalmente arribaron a casa que logró estar a solas, presionó el botón de llamar y espero. Espero sin recibir respuesta alguna, volvió a intentarlo, hasta que pensó en que quizás aún estuviera trabajando por lo que decidió escribir un mensaje de texto.