Quién soy yo para retenerte a mi lado...
Emma se pasó la tarde empacando sus valijas el resto de la tarde, luego de mes y medio en Japón finalmente volvería a Corea, no había podido conciliar el sueño la noche anterior de solo pensar en que estaba a unas horas de ver a NamJoon de nuevo. Desde luego que había pensado en que decirle pero temía que estando frente a él las cosas simplemente se le desaparecieran de la mente y su corazón solo tomara la iniciativa, no quería correr, o pretendía perdonarlo en seguida, quería escucharlo en persona aunque estaba segura de que lo sucedido aquella noche solo había sido un mal momento, una aventura sin sentido que se podría olvidar y desde luego perdonar pero aún así quería escuchar las razones que tenia Nam.
Abordó el avión y espero, luego de algunas horas estaban arribando al aeropuerto de Corea, su piel se estremeció al pensar en lo siguiente cuando un hombre alto de traje negro y gafas oscuras la detuvo antes de tomar el taxi a su departamento.
—Señorita tiene que acompañarme. —Le dijo fríamente.
—Me puede decir quién lo envía, no puedo ir con alguien a quien no conozco.
—Digamos que alguien que lleva esperando por usted se encuentra ahora en la suite del hotel del aeropuerto y me pidió que dijera que sí no confiaba en mi le llamara...—el hombre hizo una pausa...—¡Ahmm!
Emma soltó una ligera carcajada y entendió en seguida de quien se trataba, afirmó con la cabeza y comenzó a caminar detrás del hombre de las gafas quién la escoltó hasta la puerta de la suite. La chica aspiró fuertemente antes de llamar a la puerta que se abrió despacio. NamJoon la miraba desde adentro con una sonrisa discreta.
—Te estaba esperando. —Dijo cerrando la puerta detrás de ella.
Emma admiraba la gran habitación que desde luego era mucho más grande que su apartamento entero, aunque estaba cansada del viaje no podía negar que aquel recibimiento le gustaba bastante.
—Cómo sabías a qué hora llegaba.
—Lo investigue —Nam dio un paso más ella con timidez.
Emma se cruzó de brazos en señal de defensa, no podía solo tirarse a él y llenarlo de besos aunque eso era lo que más deseaba.
—Siento mucho haber pasado tanto tiempo lejos de Corea, yo...te extrañé mucho.
NamJoon miró a otro lado, tenía que enfrentar las consecuencias de sus actos.
—Emma, yo...tengo que disculparme por lo que hice aquella vez que te conté no, no era mi intención estar con alguien más, yo...me equivoque demasiado al estar ebrio al perder mis sentidos, sé que eso no es una justificación es solo que no quiero perderte. Si quieres tiempo, yo te daré todo el que necesites, pero por favor solo no me dejes.
La chica bajó los brazos lentamente hasta dejarlos descansando descansando sus costados, después se acercó a Nam para acariciarle el cabello con suavidad, lo había cambiado de color y aunque ya lo había visto por Internet, le pareció más hermoso ahora que lo tenía de frente y a unos centímetros de ella.
Había pasado las siguientes dos semanas solo pensando, un error lo.comete.cualquiera y entendía que Nam estaba más que arrepentido de lo que había pasado y quería confiar en él nuevamente, podría darle otra oportunidad, esta vez no alejarse demasiado de él.
Pasó la lengua por su labio inferior y después solo acortó la distancia hasta la boca de Nam que aún son poder creer lo que sucedía correspondió el beso con dulzura. Lentamente sus besos subieron de intensidad hasta culminarlos en la cama entre caricias y deseos.
—Eres la única Emma de eso puedes estar segura.
Emma sonreía mientras bebía una taza de café y miraba por la ventana el amanecer, Nam solo la contemplaba a ella, su camisa le lucía bastante bien, se levantó solo para robarle un beso y acariciarle la mejilla, no recordaba cuando había sido tan feliz sobre todo se sentía tranquilo puesto que todo había salido bien para ambos y su relación estaba estable de nuevo, no volvería a fallarle y eso se lo juraba no solo a Emma sino a él mismo también.
Las cosas siguieron bien tal como ambos lo querían, se veían a escondidas en la empresa y luego a solas en lugares que se citaban por separado para que nadie se enterara, pasaban las noches juntos, sintiendo que sus sentimientos eran cada vez más fuertes.
—Me casaré con ella, —dijo una tarde NamJoon en medio de una de las juntas en la empresa.
Los chicos parecieron sorprendidos con el repentino comentario, SeJin solo bajaba la mirada mientras que el CEO clavaba sus ojos en él.
—¿Por qué no pueden entenderme? —soltó con cierto aire desesperado pues ya estaba cansado de que le retrasarán sus planes de matrimonio cada vez más,
Primero fue la distancia que habían puesto entre él y Emma, luego el comeback, el par de conciertos, apariciones en programas de entrevistas, portadas de revistas, todo el tiempo lo alejaban de ella, era por eso que necesitaba casarse con ella. Pues después de su regreso a Corea, habían pasado a la chica al staff de TXT.
—Desgraciadamente yo si te entiendo hyung, —dijo Jungkook levantándose de su asiento —ahora puedes ver lo que sentí cuando perdí a Alicia, les diré que yo tampoco pienso detenerme hasta encontrarla. —caminó hasta estar a lado de Nam, —es solo tu decisión hyung, puedes contar conmigo.
—Salgan todos, solo dejen a NamJoon aquí, aclararemos algunas cosas. —dijo el CEO de manera formal.
Bangtan salió de la oficina, NamJoon volvió a sentarse, está vez no estaba nervioso al contrario estaba listo para defender su relación de cualquier traba que le pusieron en ese momento.
—Si te casas con Emma ella tendrá que dejar la empresa, vivir en el anonimato en una casa de alguien de tu familia estará bajo supervision día y noche y no podrá tener contacto con nadie, ni amigos, ni siquiera familia, la estarás condenando a vivir en silencio y alejada de todos por que nadie podrá enterarse que el líder de Bangtan, la banda más famosa de Corea esta casado con una chica de su staff.