La recepción era un evento exclusivo al que sólo algunos estaban invitados, la mayoría de los asistentes eran familiares de NamJoon y algunos amigos cercanos, desde luego que sus compañeros de Bangtan no podían faltar, el manager apareció llevando el regalo de bodas del CEO que por desgracia no podía asistir.
La pareja lucía encantadora con sus trajes luego de la ceremonia, después en una tradición que Emma insistió en mostrar, los recién casados se plantaron en la pista de baile solo para poder bailar muy juntos y así mostrar cuanto era que se amaban, la canción romántica que sonaba por los altavoces y que los dos cantaban a susurros en el oído del otro solo les decía que su vida juntos comenzaba.
-Me alegro por ustedes -mencionó la madre de Nam antes de despedirse al final de la velada. -Lo siento si fui molesta en algún momento ahora se cuanto le importas a mi hijo y solo quiero apoyarlos para que logren ser felices.
-Espero que pronto pueda visitarnos en nuestro apartamento, sería un gran honor recibirlos algún día.
-Nos encantaría, prometo que los visitaremos pronto. -Tomo a su hijo con cariño y lo abrazó con fuerza, se sentía orgullosa de verlo así, tan feliz y maduro, listo para convertirse en un mejor hombre de lo que ya era.
-Poco a poco los invitados se retiraron, NamJoon y Emma partieron en un vuelo privado hasta Hawaii en donde pasarían su noche de bodas y algunos días que se le permitieron.
Entre besos y caricias se pasaban los días, tomados de la mano mientras recorrían las playas privadas que les permitían amarse sin tener que esconderse, Nam evitaba todo contacto con el exterior, le gustaba pensar en que tenía una vida normal, con una esposa y un futuro juntos, era aquel sueño que había mantenido muy oculto de su ser. Hubieron ocasiones en las que los siete chicos se sentaban solo a platicar sobre lo que deseaban en un futuro, algunos decían querer seguir en el mundo de la música, como productores o incluso se veían siendo CEOS de sus propias compañías, otros pensaban en el retiro, tener una vida más tranquila, recuperar a la familia, ir a pescar, pasar la tarde en el jardín o solo mirando televisión algo que por el momento no podían hacer. NamJoon solo tenía una cosa en mente, deseaba con todo su ser en ser padre, se imaginaba un ser pequeño con hermosos ojos y hoyuelos parecidos a los de él, también le hacía ilusión pensar en que sería mejor padre si su futuro hijo fuera una niña, tierna a la que pudiera amar y mimar siempre. Cómo fuera aquel era uno de sus más grandes sueños.
Emma por otra parte deseaba esperar para convertirse en madre, primero quería ver el mundo, conocerlo y que mejor que de la mano del amor de su vida, su pasado había sido difícil y solo pensaba en recuperar todo lo que perdió.
—Qué pasaría si dejaras de tomarlas. —Preguntó NamJoon mientras agitaba la caja de las pastillas anticonceptivas de Emma.
—Sabes lo que pasaría NamJoonnie —le acarició la mejilla. —No estarás pensando en pedirme que las deje, o ¿si?
Nam la tomó entre sus brazos y la llevó hasta él, ahora ambos descansaban sobre la cama, —Sería algo tan maravilloso, —sonreía— algo tuyo y mío, con tu sonrisa...
—Preferiría que se parecieran a ti, —le buscó los labios, —que tengan tus ojos, tus hermosos rasgos.
Le acarició suavemente, NamJoon cerró los ojos y solo se dejó llevar por aquellas delicadas caricias. Luego no se detuvo y fue el quien deseo besarla, no se detenía solo quería continuar sintiendo el calor de su ahora esposa muy cerca de él, cuando finalmente la miró desnuda sobre su cuerpo, su mente lo traicionó, el rostro de Jin parecía estar aferrándose, como un lobo que sigue a su presa, Emma lo besaba, sentía sus labios recorrerlo, pero de alguna manera su mente seguía jugándole una broma, escuchaba la voz de su compañero como un susurro en su oído, se erizo cuando Emma se encontró en el medio de sus piernas pero su subconsciente seguía gritando con la voz de alguien más.
—¡Espera cariño, espera! — NamJoon la detuvo con la respiración entre cortada. —necesito...solo necesito algo de aire.
Se levantó rápidamente y así como se encontraba salió al balcón de la habitación, la ciudad se encontraba iluminada por las luces coloridas, una vibrante melodía se alcanzaba a escuchar a lo lejos, incluso podía escuchar las risas de algunas personas que se encontraban cerca. Se tiró del cabello inquieto y confundido, no entendía por qué pensaba en Jin mientras se encontraba con Emma, jamás le había pasado algo así, siempre fue capaz de seguir cuando se encontraba con ella, pero ahora solo parecía que su cuerpo se negaba por alguna razón que aún no acababa de entender, pensó que quizás las palabras de su mejor amigo antes de la boda le habían afectado más de lo que él pensaba y ahora solo se sugestionaba, por qué no podía haber nada entre él y Jin, o ¿era posible?
Volvió a la cama donde encontró a Emma profundamente dormida, la miró, su camisa en aquel bello cuerpo, la besó con ternura en la frente y después comenzó comenzó recorrer con su índice el perfil de su figura, hombros, costado, cintura y cadera, sus muslos bien definidos, piernas esbeltas y largas, pies pequeños y finos, subió recorriendo esta vez con más fuerza en sus caricias hasta su ombligo, fue cuando Emma despertó pero Nam no la dejó terminar de abrir los ojos cuando la tomó, era fuerte, era de cierta manera más brusco de lo normal, Emma se percató de aquello, sabía lo que su esposo necesitaba, lo conocía aunque en aquella ocasión le sorprendió la manera en la que lo hacía estaba lejos de molestarle, siguió su juego sensual hasta que ambos llegaron al extasis.
—En serio te gustaría tener un bebé NamJoon —decía Emma mientras se limpiaba.
—Creí que lo había dejado claro con lo que acaba de pasar. —escondió el rostro que se coloreo de carmín.
—Podríamos pensarlo al volver a Corea.
—Estoy de acuerdo.
—Pero mientras tanto podríamos seguir practicando como lo hemos hecho —se acercó a besarlo de nuevo.