Estas seguro de que esto no es un sueño...
Emma miraba por la ventana, le gustaba sentir el cálido rayo de sol que se colaba por entre la cortina, cerraba los ojos y respiraba profundamente apenas recordaba el momento en que se había graduado y de cómo su tía le había pedido que no volviera jamás.
—Es hora de que hagas tu vida, ya bastante nos has dado molestias todos estos años, ahora vete y ve por ti misma. —Le decía su tía unos días antes de llegar a Corea.
—Sí me voy, no sabes cuantas veces soñé con este momento, sé que tu jamás quisiste tenerme aquí pero aun así te agradezco que me hayas atendido todos estos años.
Emma tomó la valija y sus últimas pertenencias, recordaba el pasaje en su bolso, lo único que le daba esperanzas, por qué a pesar de todas las dificultades por las que pasó, aún mantenía la fe de que su vida cambiaría por completo, después de todo por algo había pasado las noches enteras estudiando, practicando, dando lo mejor de sí misma, justo para poder decirle adiós a la única familia que había conocido y que por desgracia no había sido la más afectiva.
Pasó la siguiente noche en la sala de espera del aeropuerto solo mirando el gran reloj sobre la pared, no podía dejar de contar los minutos quería alejarse de todo lo que había sucedido, de su pasado solo quería ver el futuro que estaba por llegar.
Después de eso sus recuerdos parecían una seria de mezcla entre fantasía y realidad que se convertían en una gran nube gris que le cortaba la respiración. No entendía por qué había olvidado aquellos momentos y no su pasado, aquel en el que su tía la golpeaba o cuando su tío la maltrataba, eso lo recordaba bastante bien, pero todas las cosas que los médicos habían contado, y sobre todo aquello que NamJoon le dijo, no entendía por qué no lo podía recordar.
—Estas lista para tu estudio Emma. —escuchó la voz de la única enfermera a la que le entendía.
Emma sonrió y abrió los ojos en seguida para enfocarla.
—¿Esta?.. ¿esta él? —dudo tímida.
—¿Te refieres a tu esposo?
—No, no digas eso...—bajo la mirada.
—Bueno él aún no llega pero lo hará pronto, todos los días llega muy temprano para estar contigo.
Emma se miraba las palmas de las manos como si en ellas pudiera encontrar alguna respuesta.
—No quiero verlo.
—Pero...¿por qué no? Estoy segura de que NamJoon será un buen consuelo.
—No...no por ahora, aún no puedo creer que él sea mi...es algo que solo en mis sueños podía pasar me cuesta creer en otra cosa.
—Emma que poca fe te tienes, —la tomó por los hombros para conducirla hasta el laboratorio, —sí alguien como él se ha fijado en ti, es por que debes ser una mujer increíble.
—Es que justo ese es el problema, no soy nada de eso, es más ni siquiera soy tan bonita como para gustarle...
—El físico no lo es todo Emma, — le acomodó el cabello de manera maternal, —además la verdad es que eres una chica muy hermosa solo que lo olvidaste, —le sonrió. —Entra ahí y si llega tu esposo yo le diré que no tardarás de acuerdo.
Emma afirmó con un movimiento rápido de cabeza y después entró al laboratorio.
En efecto NamJoon ya se encontraba esperando en la puerta de la habitación con un ramo de flores entre las manos, miró a la enfermera a la que reconoció en seguida y sin dudar fue a preguntar en dónde podía encontrar a su esposa.
—Esta en el laboratorio no tardará, esperala dentro del cuarto si es más cómodo para ti.
NamJoon entro y colocó las flores en el florero que solía estar siempre lleno, pues el se encargaba de mantenerlo así. Luego de treinta minutos volvió asomarse por la puerta fue cuando la vio, Emma se mantenía de pie delante de uno de los grandes ventanales que daban al jardín trasero del hospital, dio unos pasos hasta ella despacio, cuando la vio cerrar los ojos fue que se decidió a llegar hasta ella, justo a su lado. Deseaba tomarle la mano, pero dudo, quería saludarla, pero no hablo.
—Annyeonghaseyo...—soltó Emma entre los labios de manera muy delicada.
NamJoon no logró evitar la sonrisa en sus labios.
—Yo...aprendí esa palabra antes que ninguna otra antes de ir a Corea, la repase hasta que tuve la pronunciación correcta quería impresionante, sabía que mi inglés era bueno y que me entenderías pero quería que supieras que me interesaba aún más por aprender...quería que vieras en mi una chica lista. —Emma abrió los ojos y enfrento la mirada de NamJoon, —luego de eso quise aprender bien tu lengua pero es muy complicado. Dices que logré mi sueño...me encantaría poder recordarlo.
—Lo harás...—dijo casi como un susurró, —recordaras todo lo que sucedió entre nosotros.
—¿Tu...y yo...tenemos un hijo? Ayer que tome una ducha note una cicatriz que al parecer me dijeron fue una cesárea, —se mordió el labio nerviosa por sus propias palabras.
—Tu y yo nos amamos, decidimos tener un bebé.
—Pero, ¿por qué lo haría, que no arruinaba tus planes?
—Emma tu eres mi mejor plan de vida, tu y JeongJin, nada importa más ahora que ustedes dos, sé que no me crees pero Emma no estoy mintiendo, no ganaría nada con eso, ven a casa conmigo, con muestro hijo estoy seguro de que poco a poco recordaras todo.
—Y sí te hago daño, si jamás recuerdo todo eso que dices que vivimos...
—Yo me encargaré de que no sea así, cada día dare mi mayor esfuerzo para que tu puedas estar bien, te descuide y por eso sucedió lo ocurrido, pero ya no cometeré el mismo error, esta vez no te dejaré sola.
Emma volvió los ojos hasta el firmamento. —Ni siquiera sé cómo debo llamarte, no sé si pueda hacerlo bien.
Nam soltó una pequeña risa, —tu lo harás bien, por que estaré a tu lado, llámame como quieras...estoy seguro de que volveré a escucharte llamarme como solías hacerlo antes, —le acaricio el cabello suavemente Emma no lo rechazó.
—Estas seguro de que esto no es un sueño, estás seguro de que quieres darme esta segunda oportunidad.