El parque Shinjuku Gyeon, abrió sus puertas para dejar pasar el auto negro, Emma asomaba la cabeza por la ventanilla, el aroma de los árboles era fresco y el paisaje que alcanzaba a distinguir le pareció realmente bello, los árboles que se elevaban altos con sus copas rosadas, los cerezos, sonrió antes de volver el rostro hasta NamJoon quien parecía más entretenido viendo su reacción.
—Solo puedo decir una palabra, ¡Wow! Este debe ser uno de los lugares más bonitos que he visto en mi vida.
—Y eso que solo es la entrada, imagina lo que hay más allá, señaló a lo lejos lo que parecía ser un kiosco en el medio del lago.
—Entonces muéstrame.
Ambos bajaron del auto y comenzaron a caminar, sintiendo el viento en el rostro, respirando la frescura que emanaba de los árboles, NamJoon miraba a su chica sonriendo, parecía una niña que recién veía el mundo, su rostro sorpresivo le causaba ternura, al mismo tiempo podía encontrarla tan sensual con aquel ligero vestido que dejaba ver sus largas piernas cuando el viento soplaba a su al rededor. Deseo acercarse más, poder tomarle de la mano y quizás robarle un beso, pero aguardo mientras ella se acercaba a la orilla del lago y miraba.
—Que lugar tan hermoso Nam, —dijo finalmente volviéndose hasta él — quisiera poder guardarlo para siempre en mi memoria pero temo que pueda olvidarlo también.
—Este momento no lo olvidarás estoy muy seguro Emma, —sonrió estirando la mano, —vamos, nos espera el almuerzo.
Caminaron tomados de la mano, el corazón de Emma volvió a latir rápidamente sin saber que dentro del pecho del hombre a su lado también el latido era acelerado.
Llegaron al centro del kiosko, una mesita y un par de sillas ya los esperaban, NamJoon colocó una gran canasta sobre de ella y comenzó a tomar varios envases de diferentes tamaños y colores sin dejar de sonreír un solo momento.
—Espero que te guste, es...Era tu platillo favorito así que...
Emma observaba cada una de las cosas, su boca se lleno de saliva la que tuvo que tratar para poder agradecer aquel detalle. Platillos dulces y salados, complementos varios, un par de platos hondos y el juego de palillos para cada uno.
—Toma, prueba esto.
Nam colocó la comida en su plato, Emma se sintió tan tímida de pronto con el gesto cariñoso. Se llevó a la boca el trozo de carne y seguido un poco de Kimchi, sus ojos brillaron, entonces el chico elevo más su sonrisa haciendo que sus ojos casi desaparecieran. Emma lo noto en seguida, la ternura que le causaba era enorme cada que lo miraba sonreír de aquella manera, fue entonces como si un rayo eléctrico le golpeara la memoria y recordó un corto instante, el salón de baile, NamJoon la miraba a través del espejo, estaba solo entonces le sonreía de aquella forma tan encantadora.
La cuchara con arroz cayó de su mano solo para llevarla hasta sus sienes, Nam se levantó preocupado.
—¡Emma! ¿Estas bien? —la sostenía con cuidado.
—¡Nam! Yo...yo te vi, es decir parece que vino a mi un recuerdo, eras tu, me mirabas frente a un gran espejo.
NamJoon levantó el rostro de Emma para mirarla a los ojos, —Cariño, recordaste, estoy seguro de que lo estas haciendo muy pronto todo va a volver a tu memoria, estoy muy feliz por ti, —le tomó de las manos.
Emma lo soltó rápidamente solo para tomarlo por el cuello dejándolo sorprendido, se aferro a él con fuerza, Nam paso sus brazos por su cintura y cerró los ojos, la extrañaba tanto, la amaba tanto.
—Nam, creo que tienes razón, no sé cuánto tiempo me lleve, pero algo dentro de mi me dice que será muy pronto.
Se alejó unos centímetros para poder verlo al rostro. NamJoon miraba sus labios solo pensando en besarla, Emma se dio cuenta de lo que sucedía, claro que quería acercarse, probar de esos labios que temblaban delante de ella, pero le daba miedo equivocarse, aún apesar de todo se sentía inferior a él. Ese hombre tan maravilloso que la había rescatado y el que la había llevado a aquel mundo de ensueño en donde ella no entendía el porqué y justo ese era el problema aún no aceptaba ni entendía el porqué el líder de Bangtan parecía mirarla de aquella manera tan exageradamente dulce, como si pensara en que ella era frágil, un trozo de papel que puede romperse rápidamente.
Paso la mano por su mejilla y de ahí el pulgar que siguió avanzando hasta sus labios, se sentían suaves y ligeramente húmedos, la textura que bien sabía así se sentiría. Ahora era Emma quien le miraba los labios con una sensación inquieta entre el estómago y la garganta que parecía estar creciendo con el calor que su sangre seguramente estaba presentando.
Sin cerrar los ojos se acercó un poco más, despacio y entonces sintió aquella boca en la suya, NamJoon entreabrió los labios para recibir los de Emma y los aprisionó con suavidad, poco a poco aquel tierno y tímido beso comenzó a convertirse en uno más intenso que amenazaba con dejarlos sin aire muy pronto, al final se separaron, sus ojos volvieron a encontrarse esta vez sus sonrisas parecían ser de complicidad.
—Eso fue...
—Lo sé Nam, fue hermoso...
—Emma si pudieras creerme cuanto te amo y lo especial que eres para mi yo...
—Nam, quizás no lo recuerdo pero lo siento, puedo sentir cuanto me amas, lo mucho que te importó, tu te esfuerzas tanto por complacerme y haces, todo esto tan increíble además eres tu, por favor eres Nam, yo sigo mirándome al espejo sin saber que es eso que me hace tan especial para ti.
NamJoon dio un tirón suave y su mano, —Emma me enamoré de ti por que eres una chica increíble, dulce y sexy también, eres muy hermosa por fuera, tu cabello oscuro y tus grandes ojos, el tono de tu piel, pero lo que realmente me atrapó de ti, fue esa forma tan genuina que tienes de ser, eres única y tan tu que yo simplemente no pude resistir a todo eso, me enamoré, yo quien no lo planeaba ni mucho menos de esta forma tan fuerte pero jamás me arrepentiré por que tu me haces muy feliz además tenemos esa hermosa familia...todo me lo has dado Emma no tengo palabras para agradecerlo.