Pasaron el resto del día paseando por el enorme jardín, NamJoon pensaba que entre más tiempo pasara con su esposa más rápido recordaría las cosas, así que luego de aquel beso su confianza pareció incrementarse por lo que la tomaba de la mano al andar, casi tímidamente pero al mismo tiempo con la intención de que finalmente pudiera volver a él por completo. La tarde estaba terminado y ambos sabían que tenían que regresar, Nam no dejaba mucho tiempo a su pequeño así que solo regresaron a la casa.
Emma aún mantenía su distancia con el pequeño que la miraba quizás con más extrañeza que ella a él.
—어머니 —Dijo él niño en el oído de Jin, quien soltó una breve risa antes de llamar la atención.
Emma se acercó un poco más. —Él, puede hablar coreano?
Jin afirmó con la cabeza antes de levantarse, —Nam quería que tu le enseñaras tu idioma, esperamos claro, pero bueno ninguno de nosotros sabía realmente español así que...—bajo la mirada— espero que no te moleste.
—¿Molestarme? Claro que no me molesta, al contrario me gusta que mi...qué sepa varios idiomas, aunque es pequeño lo he escuchado hablar en inglés también.
—De eso se encargo Joonnie —sonrió— es un maravilloso padre.
Emma miró en seguida al niño quien jugaba con su papá los dos eran muy parecidos.
—¿Se divirtieron este día, tu y Nam?
—Sí fue un día maravilloso, Nam hace que el tiempo parezca eterno a su lado, es un hombre increíble.
—Lo sé, es decir hablas como si estuvieras enamorada de él.
Emma sintió como sus mejillas se encendían, sonreía cuál chiquilla, —quién no se enamoraría de él.
Dijo antes de ver acercarse a los dos chicos de su familia.
—Este hombrecito quiere invitarte por un helado, que dices.
Emma miró al pequeño en brazos de su padre, se acercó lentamente hasta tocarlo un poco, JeongJin no se movió permaneció con sus manitas cerca del pecho en donde sostenía su muñeco de felpa.
—¿Puedo ver que tienes ahí, JeongJin? —pregunto Emma con voz dulce.
El pequeño le extendió el juguete que Emma tomó en seguida.
—¡Wow! Es Koya, te gusta Koya, es mi favorito.
—Koya, —soltó con su agradable voz, —¡omma!
—¡Ahm! Sí, Jinnie yo soy tu mamá.
—Recuerdas Jinnie la chica a la que visitamos en el hospital, es ella, ahora despertó y está con nosotros.
Los ojos de Jinnie se fijaron en los de Emma, madre he hijo mantenían un fuerte contacto visual.
—Entonces, helado. —Intervino NamJoon.
—¡Ahm! Helado a esta hora pequeño, no creo creo sea lo mejor pero que dices si vamos todos mañana por uno, —miraba a NamJoon.
—Las ordenes de mamá siempre deben obedecerse —dijo Nam. —te gustaría entonces acompañarme a llevarlo a su cama, bueno tenemos un pequeño ritual antes.
—Me encantaría verlo.
—Entonces vamos.
El ritual para ir a la cama, había nacido una noche en que JeongJin luego de salir del hospital no quería dormir, lloraba y lloraba sin querer detenerse, no quería comer o beber, solo no podía dormir, o bueno eso fue lo que encontró Jimin en una de esas páginas para padres que se googlean fácilmente. Fue cuando decidieron poner la bañera con agua tibia, una esencia relajante y dejar que hiciera efecto en el pequeño JeongJin quien dejó de llorar luego de sentir el agua caliente en su cuerpo, luego de su baño, seguía la hora de cenar, de la que Jin sin duda se hacía cargo, una suave mezcla de verduras con pollo y de postre pudin de vainilla con una galleta, luego de su cena, continuaba el cepillado de sus diminutos dientes nacientes a cargo de Tae quien se llevó algunas mordidas pero que disfrutaba de su tarea, al final ya listo para dormir, Hobi le cantaba una canción suave, se quedaba tranquilo solo mirándolo cantar sin cerrar sus ojos, hasta que su papá lo arropaba y tomaba uno de los libros de cuentos y comenzaba a leer, lentamente sus ojitos se cerraban, muy despacio hasta que se perdía en el mundo de los sueños.
NamJoon le explicó todo el proceso a Emma, quien parecía fascinada con lo que veía, estaba realmente agradecida con lo mucho que todos amaban a su hijo, era el niño más afortunado del planeta y sin duda JeongJin lo sabía pues su rostro siempre que veía a alguno de los chicos se llenaba de enorme felicidad.
—Nam, tu y los chicos lo han hecho realmente bien, estoy tan feliz de que él pueda tenerlos a todos en su vida, ese apoyo incondicional que estoy segura de que siempre le darán me hace sentir tan tranquila, ojalá pueda quererme a mi tanto como a todos ellos. —Decía Emma mientras miraba a JeongJin dormir en la cuna.
—Emma eres su mamá, Jinnie sin duda te ama siempre serás esa persona a la que él más quiera y eso me hace muy feliz ustedes dos son lo mejor que tengo, los amo.
—Hablando de eso, Nam...no sé bien qué ha sucedido con su carrera ahora, pero, no crees que es buen momento para regresar a Corea, es decir quizás todos extrañen su vida allá y no es justo que por mi se hayan detenido.
—Nadie se detuvo por ti Emma, no digas eso, nosotros pues...aún tenemos planes es cierto pero luego del servicio militar las cosas se volvieron más fáciles para nosotros, aun queda una gira pendiente es verdad, la última y sé que será increíble, tal vez tienes razón y es buen momento para volver a casa.
—Quiero ir a Corea Joonnie, —logró hacerlo girar hasta ella. —Quiero estar contigo, —le pasó ambos brazos por la cintura y lo abrazó con fuerza, su oído justamente quedó en su pecho en donde logró escuchar el sonido de su corazón.
—Regresemos a casa cariño, —le acaricio el cabello, —es momento de volver.
RM no tardo en hacer algunas llamadas para saber si era buen momento de regresar, sabía que sus amigos estarían felices, aunque eran libres de ir a donde fuera que quisieran, habían permanecido a su lado dándole su apoyo incondicional, era momento de regresar les un poco de todo lo que habían hecho. Los llevaría a casa de nuevo.