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No pasó más de una semana antes de que volvieran a Corea, la empresa los recibió con una gran cena de gala en el salón de reuniones de Hybe al que asistieron los miembros más distinguidos, entre ellos Bang SiHyuk quien tenia tiempo de haber vuelto de Estados Unidos en donde la gira por aquel continente terminaría justo antes de su último adiós. La prensa esperaba con ansias a las afueras del edificio con cámaras y micrófonos encendidos, esperando poder captar alguna imagen del grupo más popular mundialmente en aquel momento.

NamJoon esperaba a su mujer en la sala, se miraba en el reflejo de la ventana que daba a una bella vista de la ciudad, extrañaba su apartamento aunque sin duda la casa que había adquirido y que sin duda ocuparía con su familia muy pronto le gustaba más, no podría olvidar aquel lugar en dónde había sido feliz con Emma.

Escuchó el sonido de los pies de Emma arribar hasta donde se encontraba, giro lentamente sobre los talones y la encontró, el vestido rojo y entallado que se encontraba tan pegado a la silueta esbelta de su mujer fue algo que le cautivo y no fingió, simplemente la contemplo, después de todo aquella mujer frente a él era su esposa.

—Te ves tan hermosa Emma. — dijo dando un paso hasta ella.

—Nam, crees que es buena idea que vaya contigo, es decir no piensas que es mejor si nadie sabe de mi.

NamJoon le acaricio con delicadeza la mejilla, la miró, era una chica alta sin duda, pero en aquel momento la encontró tan pequeña y frágil que solo pensó en protegerla con todo su ser.

—Emma, si tu no estas segura de ir esta bien, que si me gustaría que todos te miraran conmigo puedes estar segura de que eso es lo que más quiero, pero no te obligaré a nada que tu no desees, nunca lo haría.

—Es solo que...qué pensaran de mi, tienes tantas fans y todos te aman tanto...quizás me odien.

—Nadie que realmente quiera mi felicidad podría odiarte, army sabe mejor que nadie lo que es el amor y el respeto, si ellos realmente me aman, te amarán a ti, de lo contrario no podrían considerarse mis fans. —sonrió con ternura. —Solo quiero que te sientas bien.

—Quiero ir contigo...quiero que todos sepan que...— una punzada le golpeó las sienes.

—¿Estas bien?

—Sí, es decir últimamente siento esta fuerte sensación que...estoy bien Nam, vayamos no quiero llegar tarde.

—Iremos al médico mañana, sera mejor que te revisen y descarten cualquier cosa.

—No es necesario, —Emma colocó la palma de su mano sobre el pecho de NamJoon. —Estaré bien, tu me cuidas.

El chico delante de ella, sonrió sintiendo como sus mejillas se enrojecian, luego se acercó para besarle la frente con ternura. —Siempre te cuidaré cariño.

Ambos salieron rumbo a la empresa, el auto tomó un camino as largo con tal de evitar las miradas y cámaras que sin duda los acosaria. Entraron por la puerta trasera del estacionamiento en donde por fortuna todo estaba bastante bien vigilado. La pareja entró sin problemas hasta el edificio, Emma miró a detalle al rededor, no era la primera vez que se encontraba ahí, pero era como si lo fuera. Nam le tendió una mano, ella la sujetó enseguida y continuaron hasta el ascensor.

—Hay algo tan familiar en este lugar, —decía Emma sin dejar de sonreír.

—Quiero que veas algo antes de subir a la cena. —El ascensor se detuvo y ambos bajaron, —Recuerdas que me dijiste sobre el espejo grande por donde nos miramos una vez, bien pues es este lugar.

NamJoon abrió el salón de ensayos, el amplio espejo apareció delante de ellos, Emma se sorprendió abriendo la boca, era el mismo lugar que recordaba, el reflejo de si misma y el de su esposo le causo una risilla inquieta. 

—Se siente como si ya lo hubiera vivido antes.

—Un deja bu...—caminaba por el salón con las manos dentro de los bolsillos del pantalón. —Puedes imaginar que pronto dejaremos este lugar para siempre, extrañaré tanto esos días, todo ese trabajo.

—Por qué tiene que acabar, es decir aún son jóvenes podrían seguir.

—Sí aún somos jóvenes es cierto, pero creo que algunos de nosotros tenemos otros planes en mente ahora, amo la música Emma, pero sin duda te amo más a ti y a JeongJin ahora ustedes dos son mi vida, no te preocupes no dejare la música, no del todo pienso seguir escribiendo canciones, produciendo, en Corea hay mucho talento solo hay que buscarlo y mostrarlo al mundo.

—El mundo los extrañará a ustedes...será difícil el solo imaginar en no escucharlos más.

—Entonces considerate afortunada por que cuando tu me lo pidas yo cantaré para ti, solo para ti.

—Soy afortunada Nam, la más afortunada del mundo por que tu has puesto esos lindos ojos en mi, me das todo ese cariño que nadie antes me dio, solo puedo agradecerte por quererme como lo haces. —Emma termino a unos centímetros de Nam, lo miró directo a los ojos y después a los labios, sin darse cuenta paso su lengua por sobre los suyos, el nudo en la garganta de RM, desapareció y solo quería acortar la distancia entre ambos.

—Vamos a la cena cariño, no lleguemos tarde.

Emma salió sonriente del salón, su esposo la seguía mirándola tan alegre quería que siempre se quedara así, solo deseaba verla feliz.

La sala de juntas se miraba elegante, con las mesas redondas de manteles largos, una música suave se alcanzaba a escuchar, los invitados ya se encontraban presentes, cuando la pareja entró todos volvieron el rostro para verlos, Emma se escondió ligeramente detrás del cuerpo de NamJoon quien orgulloso de llevarla de su brazo la colocó a su lado.

—Recuerda que eres mi esposa, que te amo más que a nadie en el mundo. —le susurró.

Emma volvió a sentirse segura y caminó a lado de NamJoon hasta la mesa en donde el resto de la banda ya los esperaban.