Un amor para Namjoon.

56

El frío aire que le acaricio la piel desnuda la despertó, se miró entre los brazos de su esposo aún en medio de la sala, sonrió al recordar lo apenas sucedido y sintió sus mejillas colorear se de carmín. Lo miró a su lado, profundamente dormido sus párpados suaves parecían brillar, sintió la necesidad de besarlo y lo hizo muy despacio para no despertarlo. Se levantó y tomó rápidamente su ropa para no sentirse indefensa y camino de puntillas por la habitación. Recorría las paredes con las manos, miraba los alrededores como si fuera la primera vez que viera todo eso. Entró a la habitación en la que se suponía que descansaba y como si supiera lo que buscaba se dirigió al armario y lo encontró, en la parte alta una caja descansaba, la tomó entre las manos para sujetarla mientras en su mente una serie de flashes parecían estar regresando a ella el resto de sus días.

Abrió la caja en donde sus recuerdos descansaban, una servilleta, una envoltorio de dulce, lo que parecía ser una flor de cerezo ahora completamente seca pero bien conservada, un par de fotografías viejas, las únicas que había de su infancia y la foto de la ecografia en donde se alcanzaba a distinguir un pequeño ser del tamaño de una uva pasa. Emma sonrió y sin darse cuenta comenzó a llorar al encontrar dentro de su mente, todos aquellos recuerdos que creyó completamente perdidos.

Miró su viejo diario, las cosas que escribía desde que llegó a Corea hasta las amenazas de muerte que había recibido solo por ser la dueña del corazón de uno de los miembros más preciados de Bangtan, de una de las joyas de Corea.

—Esta todo bien Emma, — escuchó la voz de Nam a sus espaldas.

Emma volvió el rostro y sus mejillas se coloreados coloreados seguida al encontrarse con su esposo a medio vestir, la noche anterior no se había tomado el tiempo de admirar lo esbelto y perfecto que era, ahora bajo la luz natural del sol, podía bien notar todos los detalles que Nam escondía bajo la ropa. Un definido abdomen debajo de los firmes pectorales, los brazos perfectamente bien marcados dejaban ver lo mucho que había trabajado esa parte, al igual que sus piernas que se notaban firmes. Apenas podía dejar de mirarlo, era una adicción que le causaba y se llamó a sí misma la chica más afortunada del mundo por poder contemplar aquello que casi nadie podía.

—¡Lo recuerdo Nam! — soltó finalmente, — lo recuerdo todo ahora.

Le mostró aquella caja de sus recuerdos, NamJoon dio un paso más hasta ella y miró dentro, él desconocía la existencia de todos aquellos objetos, volvió los ojos hasta su chica emocionado.

—He sido tan bueno que te he hecho recordar, — dijo en tono picante dándole otro sentido a sus palabras.

Emma volvió a sentir su rostro ardiendo al mismo tiempo que una tímida sonrisa se escapaba de entre sus labios.

—Has sido el mejor, como en todo lo que haces, — poso su mano sobre el abdomen de su esposo. —Ahora recuerdo lo que sentí la primera vez que te vi, esa sensación de mariposas revoloteando en el estómago, al principio creí que era algo que me había hecho daño, pero cuando escuché tu voz supe en seguida que se trataba de ti, fue como si...

—Cómo si todo este tiempo te hubiera estado esperando y finalmente te encontrara, así fue como me sentí yo también toda la espera había valido la pena.

—Jamás entenderé por que yo, por qué te fijaría en mi, acá hay tantas chicas hermosas...

—Es cierto, hay chicas hermosas no solo aquí en Corea, las hay en todas partes del mundo y es cierto que conocí a muchas de ellas, pero lo que sucedió contigo fue algo más que solo una simple atracción física, tu me dejaste mirar más haya de lo que se notaba a simple vista en ti, abriste tu corazón sin ninguna vergüenza o sin pensar en quien era yo, quiero pensar en que tu también lograste mirar algo las dentro de mi que el simple idol que todos los demás miran. Yo le enamoré de ti por eso, además de tus grandes ojos —sonrió — y esos labios tan sensuales que tienes.

—Perdón si he sido una tonta aveces Nam, aún me cuesta aceptarme tal como soy y cuando comencé a recibir esas amenazas yo...solo me sentía como una perdedora que no te merecía me miraba al espejo y encontraba a esa chica delgada y de cabellos esponjosos que no se sentía lo suficientemente bonita como para estar a tu lado, como para tener todo ese amor que me tienes.

—Emma, te mereces eso y más además claro que eres bonita, eres más que eso, eres hermosa y graciosa y grandiosa también además de ser una diosa en la cama.

Emma lo fulminó con los ojos, —NamJoon no digas eso, que pensaran si alguien escucha.

—Pues espero que nadie este escuchando ahora por que pienso tomarte por la cintura de nuevo y llevarte conmigo a la cama.

Emma se volvió completamente hasta Nam y sin dejar de sonreirle paso sus brazos por detrás del cuello del alto chico y busco sus labios.

—Hazlo entonces cariño, no perdamos más el tiempo.

NamJoon levantó las piernas de Emma para que se pensaran sobre su cintura y comenzó a besarla, despacio ambos fueron cayendo sobre las sabanas frías de la cama, Nam no dejó de besarla, Emma finalmente contemplo por completo aquella figura que se posaba sobre de ella.

—Eres el amor de mi vida, —dijo, —Te amo Kim NamJoon.



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Editado: 09.10.2021

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