EMMA
Mi rostro se puso rojo de la vergüenza que sentía, que me invadía en ese momento. Lo único que podía pensar es que este tipo de cosas solo me pasan a mí.
—Gracias, no eres la primera que me lo dice. – Contesta con tono petulante.
—Oye, Gracias por alcanzarlo —le agradezco al extraño con el propósito de que me de mi unicornio y largarme rápido de aquí, pero este solo empieza a carcajear como si yo tuviera algo extraño en mi rostro, como si hubiera visto la cosa más graciosa y extraña de este universo y mil más.
¿Acaso, tengo un mono encima haciendo payasadas?
—¿De qué te ríes? —interrogo desconcertada, ya que miro a mi alrededor y no hay nada gracioso— Oye, para de reírte y contesta —le digo con muy mal humor.
El tipo para de reírse y se limpia las lágrimas que brotaban de sus hermosos ojos azules.
—Vamos a aclarar algunas cosas –dice y lo miro con expectativa—: Primero, me estoy riendo de ti. Segundo, el unicornio no lo alcancé para ti, lo hice para mí. Y por último eres muy hermosa pero aun así no te lo daré.
Con la boca abierta veo como ese extraño se aleja de mi con mi unicornio. Así que decido ir detrás de él para hacer que me de mi unicornio, pero justo cuando empiezo a caminar un trabajador va pasando con un carrito haciendo que me vaya de cara al piso y choqué con el extraño tumbándolo mientras él hace caer un par de estanterías y todo se vuelve un caos. Solo es cuestión de segundos para que llegue el encargado de seguridad, me saca del centro comercial prohibiendome ingresar por un lapso de un mes y lo peor, debo pagar los daños.
19 de diciembre
Dos días después de que el engreído, petulante y presuntuoso tipo se llevara mi unicornio en el centro comercial y me vetaran de este. Mi amiga Lisa me propone tener una cita a ciegas con un amigo de su novio, un tal Robert y acepto con la intención de arruinarla y así desista de buscarme pareja.
Busco en mi guardarropa un vestido sencillo ya que siempre que tengo alguna cita siempre es con algún idiota, por eso no pierdo el tiempo arreglándome. Me alisto y voy directo al restaurante. Estaciono mi auto en la entrada, bajo de él, le doy las llaves de mi auto a Charlie, el valet e ingreso al restaurante. Lo primero que veo al entrar es al tipo del centro comercial reunido con algunas personas, y a decir verdad se ve muy guapo con ese traje negro, pero lo lindo no le quita lo estúpido y por eso me las pagará. Sin que note mi presencia me dirijo a la cocina.
—Hola Joe —saludo a uno de los ayudantes de mi amiga abrazándolo por la espalda y dándole un beso en su mejilla— ¿Cómo estás? —le pregunto.
—Hola preciosa —se da la vuelta y me toma de la cintura—. Muy bien, gracias por preguntar —responde— ¿Y tú? ¿Quién es la víctima de hoy? —pregunta dándome un casto beso en los labios como es de costumbre en él.
—Primero que todo, muy bien. Segundo, la víctima se llama Robert y es amigo de Jack y trabaja con Will Tercero y último, ya deja de darme besos en los labios que vas a hacer que Nina me odie y salga a perseguirme por todo New York con un cuchillo en sus manos queriendo asesinarme —ambos soltamos las carcajadas.
—Me alegra que te encuentres bien y como bien sabes: guerra advertida no mata soldado, te aviso de una vez que Robert es un idiota. Tiene un buen trabajo como socio de Jack, aún vive con su madre y sobre todo es un idiota inmaduro —dice— Y tú sabes que Nina te ama así que nunca haría eso. Primero me asesinaría a mí antes de tocarte un pelo a ti —en ese momento, Nina se acerca y me da un beso en la frente.
-—Eso tenlo por seguro Amor, primero te mataría a ti —le dice a Joe. –— ¿Cariño cómo estás? —me pregunta
—¿Bien y tú? —contesto al abrazarla y dejar un beso en su mejilla.
—Bien, así que tu cita es con el idiota de Robert. Creo que la víctima de hoy serás tú.
—¡Ah! —grito un poco frustrada— Jack, Lisa y Will me las van a pagar —digo y todos en la cocina empezamos a reír a carcajadas.
—Chicos necesito que me hagan un favor —les comento después de que las risas cesaron.
—¿Qué necesitas cariño? —preguntan ambos.
—¿Ven a ese tipo de la mesa que está cerca de la entrada? —les pregunto y ellos asienten— Necesito que le hagan una broma, please —pongo carita de angelito.
—Pero hay mucha gente alrededor —contesta Nina.
—No importa, ese es el bobo por el cual me restringieron la entrada al centro comercial y no pude obtener el unicornio que Audrey me pidió para Sophie —les digo.
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Editado: 03.12.2019