Un amor para Nebraska

Capítulo 5: Nebraska

Cuando llegamos a la oficina, un hombre alto de sonrisa perfecta nos recibe. Arizona no pierde el tiempo, como siempre que ve un hombre guapo, y se presenta con una sonrisa de oreja a oreja.

April se acerca.

—¿Debería decirle que ese es Canon, el socio de Zeke, y que está casado?

—No, deja que haga el ridículo y se entere sola, a ver si así aprende a no coquetear con cualquier hombre que se cruce en su camino.

Reímos.

April es una mujer agradable, muy servicial y amable, tanto como lo es su madre. La noche anterior nos quedamos despiertas hasta tarde bebiendo vino, hablando de la cucaracha que tenemos de padre y tratando de conocernos mejor.

Lo bueno es que mi madre tuvo la decencia de separarse del espermatozoide fallido y la madre de April también. Lo malo es que no pudimos entablar una relación antes y tuvo que morirse la abuela para reunirnos.

¿Cómo habría sido todo si hubiéramos sabido de April antes?

Por lo pronto, nos caímos bien y mi hija está feliz con tener una nueva tía que le preste atención, así como una abuela, puesto que mi madre está muerta y los padres de Daniel son casi inexistentes en su vida.

—Bien, yo debo irme, pero mi amigo y socio Zeke las atenderá muy bien—exclama Canon en nuestra dirección y mira a Ari—. Aprecio la invitación del café, aunque no creo que a mi esposa le guste la idea de que salga solo con una mujer.

Me tapo la boca ahogando una carcajada, Ari trata de sonreír y finge que no dijo nada, Canon se despide con la mano y se aleja.

Arizona voltea hacia nosotras.

—No digan nada. Sean buenas hermanas—suspira y se cruza de brazos—. Yo queriendo conocer a un guapo soltero irlandés.

—Zeke está divorciado y no sale con nadie. —menciona April.

—No, él es de Nebra.

—Él no es mío. Tú quieres que sea mío.

—Fue tu primer amor.

—¿Fue tu primer amor? —pregunta April.

—Platónico. Él no sabía que yo existía—aclaro—. Fue hace más de quince años.

—La llama del amor puede encenderse. Los dos son divorciados y pueden juntarse a criticar a sus ex esposos—menciona Ari acercándose a April—. ¿Conociste a la ex esposa de Zeke?

Debería decir que no estoy interesada y me da igual lo que haya pasado con su ex esposa, pero no digo nada y espero la respuesta de April.

—Una mujer muy bonita y algo antipática. No sé los motivos del divorcio. Todo parecía ir bien, aunque mi mamá dijo que esa pareja no era una buena pareja cuando los conoció la primera vez. No sabemos mucho, Zeke mantiene su vida personal muy privada.

—Eres pésima como chismosa—le dice Ari—. Como sea, él le pertenece a Nebra y yo tengo códigos. Ella lo niega, pero le gusta, la conozco y está bien. Tal vez puedas sacarle las telas de araña de tu zona intima que comenzaron a crecer después del divorcio.

—No tengo telas de arañas. Algunas no necesitamos hombres para mantenernos bien—me cruzo de brazos—. Mi vibrador Rick me atiende bien—Arizona abre los ojos como platos—. ¿Por qué te me quedas viendo con asombro? Tú misma me lo regalaste para navidad. Que sea madre no significa que no use juguetes… —me callo al sentir perfume de hombre.

Volteo y me encuentro a Zeke observándonos con mirada analítica.  

Genial, ahora él sabe que no tengo intimidad con hombres sino con un vibrador.

Él permanece serio.

—Hola, Zeke. —saluda April.

—Buenos días para las tres.

—¿Cuánto escuchaste de la conversación? —pregunto.

Él dibuja media sonrisa.

—Puedo hacer de cuenta que no escuché nada.

—Es que con un trabajo a tiempo completo y una hija no tengo tiempo para salir en citas y…—Arizona me agarra del brazo.

—No digas nada o la embarrarás más—musita en voz baja—. Mejor léenos el testamento y terminemos con esto. No me iré de Irlanda sin acostarme con un irlandés y mientras más rápido terminemos con esto, más rápido podré salir a pasear y conocer a uno, al menos que tú me puedas presentar a alguien, no soy muy quisquillosa...

Zeke se muerde el labio inferior y corta a mi hermana pidiendo que lo sigamos a la oficina.

»De acuerdo, me tomaré eso como un no.

—¿Segura qué quieres ser nuestra hermana? —pregunto a April—. Como verás, no estamos del todo cuerdas.

April ríen.

—¿Bromean? Siempre quise hermanas y me alegra que sean como ustedes. Tenía miedo que no fueran a recibirme bien y se mostraran frías y distantes, también que culparan a mi madre por todo.

—El único culpable de esto es el espermatozoide fallido. —exclama Ari y tiene razón.

Entramos en la oficina, tomamos asiento en el cómodo sofá de color gris de la oficina y esperamos que Zeke lea el testamento.

April le pide a Zeke que sea breve y él obedece.




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