Un amor para Nebraska

Capítulo 6: Zeke

Bebo la cerveza y exhalo un suspiro de satisfacción.

—¿Bebiendo tan temprano, hermanito? —Ziara toma asiento a mi lado.

—Son las ocho de la noche. ¿Tú, qué haces aquí? ¿No deberías estar haciéndole la cena a tu esposo?

Ziara pide una cerveza y bebe directo del pico sin molestarse en pedir un vaso.

—Él me está haciendo la cena a mí, igualdad de género. Tengo que pasar a buscar a Laila que fue al cine con una amiguita y la mamá de esta, en unos minutos termina la película—comenta—. ¿Y cómo va el caso de las hermanas Adams?

—Mejor de lo que esperaba. Las dos hermanas rubias accedieron a quedarse por el bien de la pelirroja.

—Tú que creías que a ellas no les importaría. No deberías juzgar a nadie, Zeke, más sabiendo la historia complicada que tengo con mi padre.

Guardo silencio porque mi hermana tiene razón, juzgué mal a las hermanas. Al conocerlas, me he dado cuenta de que son buenas personas. No cualquiera deja su vida por meses para evitar que una desconocida pierda su casa.

Había olvidado que a Ziara su padre la abandonó, a ella y a su madre, cuando apenas tenía un año, y cuando ella lo buscó al cumplir dieciocho años, él no quiso saber nada y ya tenía otra familia.

Yo tuve suerte, mi madre me quiere y tanto ella como mi padre han hecho hasta lo imposible para que estuviera bien y no faltara nada, luego Ziara llegó a nuestras vidas, quien en realidad es mi prima, pero su madre, la hermana de mi padre, murió en un accidente y mis padres decidieron hacerse cargo de ella. Los dos crecimos juntos y era más fácil decir que somos hermanos y no explicar que somos primos.

Las hermanas Adams tuvieron un padre que no servía como uno y una de sus esposas mantuvo a sus hijas apartadas de su otra hermana. No debió ser fácil enterarse y asimilar toda la situación.

—Sí, me equivoqué.

—¿Y cómo son? Canon no me quiso dar mucho detalle.

Sonrío.

—Es inteligente—ríe—. Son guapas, graciosas y buenas personas.

—¿Alguna de las dos está soltera?

—Nebraska es divorciada y Arizona es soltera en busca de un irlandés.

—Tú estás disponible.

—No lo estoy.

—Sí. Debes dejar atrás a tu ex esposa. Si ella te hubiera querido de verdad, no se habría ido con otro. Utilizó el hijo para irse.

—No es así. No supe que era estéril hasta que comenzamos a buscar un hijo.

—Podrían haber adoptado o alquilado un vientre o hacerse una inseminación si tanto quería estar embarazada. Hay formas de tener hijos sin necesidad de romper un matrimonio.

Bebo la cerveza y evito mencionar algo más. No quiero discutir con mi hermana por causa de mi ex. A ella nunca le agradó y solía decir que me hizo un favor yéndose de mi vida.

No sé nada a este punto. Yo hubiera querido que las cosas fueran diferentes y a esta altura de mi vida tener mi propia familia.

—Vaya, tres chicas hermosas entrando en el bar. —exclama Paul, el bartender.

Volteo a mirar a la puerta y ahí están las hermanas Adams. Las tres juntas. Dos rubias y una pelirroja.

Las tres guapas, aunque admito que Nebraska es quien llama mi atención y no puedo sacármela de la cabeza desde ayer cuando la escuché hablar sobre no necesitar hombres para estar bien y disfrutar de los placeres del vibrador con nombre.

Ella es muy guapa, la más guapa de las tres en mi opinión, y se ve que es buena madre, independiente e inteligente. ¿Cómo pudo dejarla su exesposo? Debe ser un idiota para no querer a su hija.

Mi hermana me codea.

—Ya veo porque mi esposo no me habló de ellas. No quería que me pusiera celosa. —menciona sacándome de mis pensamientos.

April se acerca nada más al vernos, ella y Ziara son amigas, o algo parecido, y las otras dos hermanas la siguen sin tener idea donde están.

—Ziara—exclama April abrazándola y se aparta para presentar a sus hermanas—. Ella es Nebraska y ella Arizona. Chicas, ella es Ziara, la esposa de Canon y la hermana de Zeke.

—Un placer. —dice Nebraska.

—¿Su madre se puso de acuerdo para ponerles a ambos nombres con zeta? —pregunta Arizona.

—En realidad somos primos y nuestras madres se pusieron de acuerdo para eso, pues eran mejores amigas y apenas nos llevamos un año de diferencia—explica Ziara—. Sus nombres de Estados Unidos son diferentes también.

—Sí, mamá es oriunda de Nebraska y por eso yo me llamo así, y Arizona es uno de sus estados favoritos y por eso le puso ese nombre a mi hermana.

—Menos mal que no tuvo otra hija o le habría puesto California, que era su segundo estado favorito. —agrega Arizona—. April tuvo suerte con su nombre.

—No tanto. Mi madre me llamó así porque fue el mes en el que nací.

Todos reímos.

—¿Zeke, te ha comido la lengua el gato que no hablas? —pregunta mi hermana.




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