—¿Le tocaste el paquete? —pregunta Arizona.
—Fue sin querer—explico—. Debe pensar que soy cualquier cosa. Primero Rick y ahora esto.
—Fue un accidente. —agrega April.
—Sí, debería estar feliz de que le tocaras el paquete. ¿A qué hombre no le gusta? ¿Cómo estaba la mercancía? ¿Bien equipado o fue una pérdida de tiempo?
April escupe la cerveza y se echa a reír. Ya se acostumbrará a Arizona, o tal vez no, yo la conozco de toda su vida y en ocasiones me deja sin habla.
—No hablaré del paquete de Zeke. No toqué en profundidad para dar una opinión y lo hice sin querer, no me di cuenta hasta que noté su mirada—ruedo los ojos—. ¿Y tú no ibas a tocarle el paquete al cantinero? —indago.
Arizona termina su cerveza y suspira.
—Pretendo hacer mucho más que eso cuando cierre el bar. Si bien, el grupo de turistas que acaban de llegar no está mal. Ya chipié a dos.
—No son irlandeses—informa April—. Son escoceses.
—Me interesa. Tengo seis meses para estar con un irlandés. Un escocés no me vendría mal.
—Hablas como si llevaras un año sin sexo. —exclamo.
—Dos meses y es un récord para mí. No entiendo como hacen las mujeres que llevan años sin nada de nada.
—Tengo a Rick, a quien dejé en California.
—Puedes comprarte otro por internet, uno más moderno. Estoy segura de que Rick lo entenderá y le vendrá bien el descanso.
April ríe.
—No saben lo que me agradan que las dos sean tan abiertas para decir lo que sienten y se expresen sin problemas. No he hecho amigas aquí porque las pocas mujeres que conozco me ven mal por conocer la historia de mi padre bígamo. Ven a mi madre mal por haberse casado con un hombre que estaba casado. Ni hablar que casi me consideran una solterona por tener veinticinco años y no tener novio.
—Yo tengo veintisiete y no tengo novio, tampoco quiero uno. Las que piensan que deben casarse antes de los treinta, de lo contrario serán unas solteronas, son cortas de mente que no saben nada de la vida.
—Yo me casé antes de los treinta y también me divorcié antes de los treinta—resalto—. Y no creo que vuelva a casarme.
—Por eso es mejor divertirse. Los hombres son como zapatos de mala calidad, los utilizas un tiempo y cuando se dañan, los cambia por otros. Nunca se tiene suficientes zapatos.
—Buena filosofía. —reconoce April riendo.
—Dame tequila y te daré todas las filosofías que quieras. Soy buena filosofando con alcohol.
Me pongo de pie.
—Es verdad. Los mejores consejos me los ha dado ebria—confieso y Ari asiente—. Voy al baño.
Dejo solas a mis hermanas, al llegar al baño agradezco que no haya muchas mujeres. Es una de las pocas veces que entro en un baño femenino y está casi vacío en comparación del de los hombres. Más suerte para mí.
Vacío mi vejiga, me lavo las manos y observo mi rostro en el espejo. ¿Así me vio Zeke? Despeinada y con ojeras de mapache.
¿Por qué pienso en mi ex amor platónico? Él apenas nota que existo. Si me dirige la palabra es por ser el abogado que lleva el caso de la herencia, sino no me voltearía a ver.
No tengo idea por qué me preguntó por mi divorcio y respondí porque me da igual que lo sepa, no es un tema delicado. Que sepan que Daniel es imbécil que no quiere a su hija.
Zeke fue esquivo con su respuesta. Dijo que él no pudo darle lo que ella quería. ¿Qué podría ser? Es guapo, trabajador y parece buena persona, lo deduje por como se comportó de manera protectora con April, hasta llegué a pensar que ellos tuvieron algo o tenían. April dijo que no, pues él apenas lleva un año divorciado y que nunca se le pasó por la cabeza salir con él, nada más se hizo muy amiga de Ziara y tanto ella como su hermano y el padre han sido muy amables con ella y con su madre. Le tenían aprecio a la abuela muerta.
Yo debo dejar de escuchar a Arizona con la llama del pasado encendiéndose. Mi prioridad es ver que haré durante los seis meses que estaré aquí y procurar que Angie esté bien.
April mencionó buscar a nuestro padre, mas ni Arizona ni yo nos vimos interesada en saber de él. No nos interesó antes de saber que fue bígamo, menos ahora. Es mejor que siga borrado del mapa. Dudo que tenga otra hija o hijo por ahí.
Es mejor enfocarnos en nosotras.
Y también estoy considerado en pedir la custodia completa de Angie y que Daniel se borre por completo, así no me pase por dinero por ella. De hecho, me sorprende que él no lo haya sugerido tras dejar claro que no le interesa tener contacto con su hija y las pocas veces que la ha visto ha sido por insistencia mía.
Me asesoraré con Zeke al respecto, y no es que sea una excusa para hablarle y estar cerca de él.
Me seco las manos y salgo al baño, pido una cerveza en la barra y un tipo rubio de ojos azules con barba me agarra del brazo.
—¿Te han dicho que eres hermosa? Tienes unos ojos preciosos.
—Sí, me lo han dicho—me suelto de su agarre—. Ahora sigue tu camino y no molestes, grandote. No estoy interesada.