Un amor para Nebraska

Capítulo 14: Nebraska

Me estiro en la cama y abro los ojos, encontrando a mi hija a mi lado, observándome con sus ojos azules iguales a los de su padre.

—Hola. —digo sonriendo.

—Hola, mami. No quise depertate.

Sonrío y acaricio su rostro.

—¿Y Leila?

—Sigue dumiendo. Ella duerme hasta tarde. ¿Zeke va a ser mi nuevo papá?

Bostezo y me pongo de frente.

Fue mala idea decirle que tendría una cita con Zeke. No sé que idea le habrá metido Leila en su cabeza.

No creo que Zeke vaya a ser su nuevo papá, no cuando él quiere que seamos nada más que amigos.

Esa frase: «Quiero que nos conozcamos como amigos» deja claro que no tiene ningún interés romántico en mí y fue la excusa perfecta para salir de eso sin rechazarme directamente, pero está bien, no voy a deprimirme ni a atormentarme. Lo tomaré como una cita más y seguiré adelante.

Tengo que buscar un trabajo y renunciar al que ya tenía, si es que a esta altura no me despidieron. Esa es una prioridad.

Miro a mi hija que espera una respuesta.

—No creo, cariño. Que saliéramos juntos no significa que vayamos a ser pareja y casarnos. ¿Has sido testigo de tu tía Ari saliendo con hombres? —ella afirma—. Y ves que sigue soltera. Hay salidas que son solo eso y otras salidas de amigos. No sé que te dijo Leila…

—Que seríamos pimas.

—Lo lamento.

—Está bien, yo entiendo.

—¿De verdad?

—Sí, sería lindo tender un papá nuevo, uno que me quiera, pero no imponta si no sucede porque te tengo a ti y a las tías, también a mi nueva abuela. Laila me dio pemiso de que la llame abuela.

—No podría pedir una hija más maravillosa que tú.

—Lo sé—se levanta y yo río—. Voy a ver si Leila despentó. Tengo hambre. Te amo, mami.

—También yo, hasta el cielo…

—De ida y vuelta. —termina por mó.

Le tiro un beso y ella hace un corazón antes de salir de la habitación.

Nuestro saludo especial de madre e hija.

Al quedarme sola, la realidad me golpea, mas no me dejo vencer por esta. Por lo menos lo intenté y soy consciente que es hora de salir al mundo.

La puerta se abre y entran April y Arizona. Hay no, interrogatorio. Sabía que pasaría, pero pensé que esperarían un poco más de tiempo.

Me tapo con la sabana por completo.

—No huyas. Si no me hubieras llamado la noche anterior para decirme que la cita iba mal, habría esperado que me contaras como fue.

Siento el colchón hundirse dos veces, lo que significa que ninguna de las dos se irá hasta que les cuente algo.

Bueno, tarde o temprano lo sabrán.

Asomo el rostro.

—¿Tan mal besa? —pregunta April.

Ari ríe y yo también. La pregunta estuvo buena.

—No lo sé, no lo comprobé porque no me besó.

—¿Es de los que no besa en la primera cita? —cuestiona Ari.

—Más bien de lo que te me ve como amiga.

Mis hermanas se miran entre sí, lo que me hace raro haberme acostumbrado rápido a April y a tratarla como hermana. No es difícil encariñarse con ella con lo amable, bondadosa y simpática que es. Es más cuerda que Ari y yo juntas, puede que sea por su madre.

—¿Te dijo que te ve como amiga? —pregunta April.

—Espera, cuéntanos en detalle que pasó para analizar toda la situación. —pide Arizona.

—¿No puedo obtener café antes?

—Después. —responde Arizona.

Ruedo los ojos y me siento en la cama.

—Después del desastre, básicamente, tuve vómito verbal y me salió decirle que todo era incómodo, le dije de regresar y él mencionó que no quería. Comenzamos a caminar, llegamos al puente, nos detuvimos a la mitad y pensé que iba a besarme… Bueno, iba a besarme, no obstante, se retractó y me dijo que nos fuéramos porque iba a llover. Se disculpó y dijo que sería mejor ir lento, mencioné la palabra «amigos» y él no dijo nada hasta que me dejó en casa y salió con eso que sería mejor conocernos como amigos.

—¿Y qué le dijiste? —pregunta April.

—Que sí. ¿Qué iba a decirle?

—Que no quieres ser su amiga, sino que deseas que te desnude y haga que te olvides de Rick. —sugiere Arizona.

—O que deseas conocerlo para una relación—musita April—. Puede que él necesite más tiempo. Según lo que dijeron, tú llevas casi tres años divorciada. Él apenas un año.

Arizona niega con la cabeza y mueve la mano exageradamente.

—No, no es eso. Lo que pasa que él es un cobarde que tiene miedo a enamorarse de nuevo y sabe que con mi hermana está completamente perdido… Espera—levanta las manos—. ¿Tú mencionaste la palabra amigos primero o fue él?




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