He revisado las leyes norteamericanas y me he puesto en contacto con un abogado amigo que trabaja en Nueva York para informarme acerca de las custodias, pues cada país tiene sus propias leyes y aunque la mayoría prioriza el bienestar del niño, algunos son más prácticos que sentimentales.
Mi amigo Ashton me informó que Nebraska debe presentar la demanda solicitando la custodia completa de su hija, luego iba a ser citada con su ex esposo y ambos exponer sus puntos en caso de que él se niegue a concedérsela y a partir de ahí sería una pelea de custodia que podría tardar un tiempo indefinido, todo dependiendo de las partes y del juez.
Si Nebraska tiene un trabajo aquí, tendría que llevar el caso allá con un representante legal de California y presentarse cuando sea requerido. Aunque lo aconsejable es que ella y Angie estén en California o llegue a un acuerdo con el ex esposo para no alargar la situación y evitarle a Angie todo el drama que vendrá.
Le informaré a Nebraska, tal vez su ex esté dispuesto a cederle la custodia completa. Si él no se interesó en Angie hasta que su actual prometida lo sugirió, existe la posibilidad que Nebraska pueda convencer a la prometida de hablar con el padre ausente para que le conceda la custodia sin tanto drama. No tengo idea si la conoce, pero sería una opción que pienso comentarle.
Sigo caminando por el centro comercial y me detengo a visualizar a Nebraska. ¿Es ella? Lo parece desde la vista que tengo de su perfil. Entonces aparece Angie a su lado y confirmo que es Nebraska.
Me apresuro a entrar a la tienda y camino directo a ellas. Nebraska alza la mirada y sonríe, haciendo que Angie voltee y se encuentre conmigo.
—Hola, Zeke.
—Hola, Angie.
Ella me abraza y me brinda una sonrisa idéntica a la de su madre. No conozco al padre, pero puedo decir que Angie es casi una copia de su madre, excepto los ojos que son azules.
—¿Qué están haciendo?
—Viendo cosas antiguas.
Me arrimo a Nebraska sin saber como saludarla. No quiero besarla delante de Angie sin importar que desee hacerlo. Solo sonrío y ella ríe.
—April, Arizona y yo estamos pensando en convertir la casona de nuestra abuela en una posada, pero antes de eso queremos saber cuanto dinero necesitamos para poder cumplir con el plan.
—Esa es una buena idea. La casa tiene una buena ubicación.
—April fue a averiguar sobre los permisos. Ella tiene experiencia en hoteles, yo en publicidad y marketing, y Arizona se puede encargar de toda la parte gráfica.
—El trío perfecto. —sonrío.
Una parte mía pensó que Nebraska podría llegar a irse en unos meses, por otro lado, especulé que si las cosas funcionaban entre nosotros ella querría quedarse, y ahora parece que se quedará independientemente de mí y eso es mejor.
Aún no le he dicho que no puedo tener hijos y debería hacerlo para que sea consciente que tener una relación conmigo implicaría no tener hijos propios. Ella tiene una hija y eso es un plus, pero puede querer más hijos y en ese caso tendríamos que adoptar, o hacer una inseminación artificial, o dejarme y buscar otro hombre como mi ex mujer hizo.
Zaira me recomendó esperar un poco antes de hablarle de mi infertilidad, aconsejó a que nos tratáramos más antes de llegar a esa parte porque podría ser chocante confesarle en la tercera cita que soy estéril, y esta vez aceptaré su consejo.
—No tenía muchas expectativas cuando llegamos. Vine por insistencia de Arizona y a ella es casi imposible decirle que no. Ahora me alegro de haberlo hecho porque tengo una nueva hermana, la cual es fantástica y más centrada—ríe—. Y su madre es una buena persona que fue víctima del esperma fallido.
—Veo que las tres se han adaptado bien. Me alegro mucho. April estaba muy ansiosa por conocerlas y preocupada de no ser aceptada.
—Es como si conociéramos de toda la vida. La conexión que tenemos con April nos deja sorprendidas a las tres. Hablamos como si hubiéramos crecido las tres juntas.
—Mami, ¿podemos compar esta muñeca? —pregunta Angie enseñando una muñeca de trapo vieja en buen estado.
Nebraska arquea una ceja mientras inspecciona la muñeca.
—Hay que preguntarle el precio a la vendedora porque las cosas antiguas tienen a ser costosas.
—Yo pregunto, no te peocupes. —dice Angie y camina hacia la vendedora a unos pasos de nosotros.
—¿Te he dicho que adoro a tu hija?
—Sería muy raro que no con lo mucho que me he esforzado para educarla.
Miro a Angie hablando con la vendedora, empujo un poco a Nebraska para salir del punto de visión de Angie y dejo un beso rápido en sus labios. Ella ríe.
—Quería hacerlo, mas no delante de Angie.
Ella me aparta al mismo tiempo que Angie regresa diciendo el valor de la muñeca.
—¿Podemos llevarla?
—Es algo costosa para una muñeca de trapo.
Angie asiente y la deja donde estaba. Es una niña demasiado buena. Mi sobrina habría hecho lo imposible para convencer a su madre de que se la compre.