Un amor para Nebraska

Capítulo 20: Zeke

Bajo el paraguas y cruzo los brazos esperando una respuesta.

—Lamento haber entrado a tu casa como una ladrona.

—Eso no responde mis preguntas.

Ella pasea por la cocina como si fuera suya y sonríe.

—Pasé varios momentos tomando algo y riendo con Inés aquí.

—Hablas como si ella estuviera muerta.

Ríe.

—Eso te gustaría.

Niego con la cabeza.

—No, a pesar de todo, no deseo su muerte. ¿Qué haces aquí, Aida? Dudo que hayas pasado de casualidad o estés haciendo una visita.

Abre la mano y me enseña un manojo de llaves.

—Inés conservó las llaves y me las entregó.

—¿Para qué? No hay nada de ella en esta casa. Se fue llevándose lo que pudo y el resto lo doné.

—Sí, aunque no has cambiado mucho la casa, solo que ya no están las fotos de ambos, la ropa de ella y algunos adornos.

Miro la hora y suspiro armándome de valor para no sacarla a rastra de mi casa.

Aida es la mejor amiga de mi ex esposa Inés, crecieron juntas como hermanas y ella y yo nunca tuvimos una buena relación. No aprobó que se casara conmigo dado mi esterilidad y estoy casi seguro que ella fue quien le metió ideas en la cabeza logrando que me dejara. No puedo afirmar eso ni probar nada, y al final Inés hizo lo que quiso, haya sido por decisión propia o por influencia de su amiga.

—Mira, tengo que irme y no te dejaré aquí dentro. No voy a pedirte las llaves porque cambiaré las cerraduras y si no me das una buena razón de por qué estás aquí llamaré a la policía. Tú decide.

Ella sonríe.

—Nunca te agradé, pero al menos eras amable.

—Era por respeto a Inés. Ella ya no forma parte de mi vida, así que me da igual ser amable contigo o no.

Ríe y se sienta en una banqueta como si fuera su propia casa y yo estoy a punto de perder los nervios.

—Bien. Nunca nos llevamos bien y no estuve muy de acuerdo que Inés se casara contigo, no porque tuviera algo en tu contra, sino porque sabía que no podías darles hijos y ella siempre soñó con ser madre.

—Podría haberlo sido conmigo. Había opciones.

—Es cierto, pero la adopción no hubiera sido una opción porque ella quería un hijo de su sangre y la inseminación era demasiado para ella. No te engañó con Landon, terminó contigo antes de enredarse con él y cuando salió embarazada ya estaba separada de ti.

—De acuerdo, aun así no explica que haces tú aquí.

Ella se incorpora y se acerca, doy dos pasos hacia atrás y ella alza las manos en señal de rendición.

—Inés no la está pasando bien con Landon, él no es quien ella creía que era. La controla todo el tiempo y le grita. No sé si la golpea o no, ella dice que no, mas no puedo estar segura. Hasta el momento no le he visto marcas, si bien no la veo casi nunca.

»Ella lo justifica y dice que no puede irse, que su hijo debe tener a los dos padres juntos.

Trago con fuerza.

No sé como sentirme al respecto. Quiero ser indiferente, decir que es lo que le toca por hacer las cosas mal y no ser honesta conmigo.

Tal vez no se acostó con él hasta separarse de mí, no obstante, salía con él, se veían, se escribían y me enteré por mi hermana que la vio despidiéndose del hombre con un abrazo y más tarde encontré un mensaje de él por error, solo por tomar su celular confundiéndolo con el mío.

Si yo no hubiera visto el mensaje y asociado con lo que me dijo mi hermana, Inés no habría tenido el valor para decirme la verdad y pedirme el divorcio. O tal vez sí cuando ya fuera tarde.

La justifiqué por causa de que no podía darles hijos, me culpé por el fallo de mi matrimonio y accedí a su petición para “compensarla” y que quizás ella volvería. No fue así, al poco tiempo salió embarazada de este tipo.

—¿Y qué quieres que haga yo?

—Hablar con ella, aconsejarla legalmente y brindarle tu apoyo para que no tema dejar a Landon.

—Eso no es posible.

—¿Por qué no? Tú decías amarla y sé que la quieres.

—Porque ella me sacó de su vida y se fue con otro sin importarle mis sentimientos. Yo no la culpé y la justifiqué, aun así no quiere decir que pueda convertirme en su amigo y brindarle apoyo. Si ella quiere librarse del tal Landon, que vaya a la policía y lo denuncie. Con eso puede poner una orden de restricción y un juez le puede conceder la custodia del niño. Si necesita asesoría legal, puedo hablar con Canon o con otro abogado amigo.

—Ella no hará eso.

Me encojo de hombros.

—Entonces no hay nada que hacer. No es mi problema.

—Y yo creía que la amabas.

—Lo amé, solo que ese amor se fue apagando poco a poco a medida que ella se alejaba más de mí y se acercaba al padre de su hijo. Lamento mucho que haya escogido mal y que su hijo tenga que pasar por eso, pero yo no puedo involucrarme. No me corresponde y menos cuando ella no ha pedido mi ayuda y se niega a dejar a su esposo.




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