Capítulo 37: Nebraska

La emoción de mis hermanas por la posada va en aumento ahora que está tomando forma y, gracias a la ayuda de Canon con los permisos y cosas que necesitamos, podemos avanzar rápido. También los contactos y la experiencia de April en el hotel.

Nuestro padre ha depositado el dinero en la cuenta de Arizona porque fue la única que le pasó los datos. No hemos ido a visitarlo, pero hablamos con él, al menos April y yo. Incluso le permití que viera a Angie por video y se emocionó mucho; es su única nieta.

Mi pequeña me pidió conocerlo, siente lástima por él y no entiende lo que hizo. Todavía sigue sin entender como es que April es mi hermana si su mami es otra. Supongo que le explicaré cuando sea un poco más mayor.

Por lo pronto, ella quiere ver a su abuelo y he accedido. El hombre se está muriendo y su última voluntad es poder abrazar a su única nieta una vez y acepté.

Le advertí a Arizona que no le dijera nada a mi hija del esperma fallido. No importa que errores haya cometido y que ella decidiera no volver a tener contacto con él, no quiero que mi hija se vea envuelta en este drama familiar. Ella es inocente y con un corazón noble y puro. Prefiero evitar que se convierta en una persona rencorosa con deseos de venganza.

He estado analizando la situación de mi padre amando a dos mujeres y llegué a la conclusión que él amaba a las dos sin estar enamorado de ninguna.

Adelaida es amable, cálida, buena cocinera y hogareña; todo lo que no fue mi madre. En cambio, mi madre era una mujer fuerte, de carácter dominante y capaz de quemar hasta el agua en la cocina. Si combinamos las personalidades de ambas con la belleza, tendríamos a la mujer perfecta.

Si vuelco mis pensamientos hacia Zeke, concluyo que no es perfecto, cometió errores y lo seguirá cometiendo, aun así es perfecto para mí. Yo tampoco soy perfecta y ambos tenemos mochilas pasadas con las que debemos lidiar.

Lo amo, estoy enamorada de él y escucharlo a él manifestar su amor por mí a su ex confirmó que solo deseo estar con él.

Adelaida nos interrumpe dejando limonada y unas galletas en medio de mesa del comedor.

Arizona y yo hemos pasado la mañana viendo presupuestos y haciendo una lista de las cosas que debemos arreglar. April estuvo con nosotras por mensajes desde su trabajo y dijo que hablaría con el contratista que hace los trabajos en el hotel. Según ella es bueno, de confianza y no nos arrancará la cabeza.

—Tomen un descanso, el almuerzo estará listo en un rato.

—Sí, yo acepto el descanso—exclama Arizona—. Mis neuronas van a explotar y quiero proteger las neuronas que producen los orgasmos y el deseo sexual. No podría ser asexual.

—¿No piensas en otra cosa que no sea sexo, Ari?

—Claro que sí—estira la mano y agarra una galleta—. Por ejemplo, ahora pienso que esta galleta está deliciosa—reímos—. ¿La ex víbora de Zeke se fue?

Suspiro.

No le he contado lo que pasó esta mañana en casa de Zeke con Inés y prefiero guardar ese secreto para mí, que quede entre Zeke y yo nada más como un episodio aislado sin importancia.

A Arizona le agrada Zeke, pero es muy protectora conmigo y no quiero que siga atacándolo.

—Sí, ya se fue. Zeke me envió un mensaje antes de irse al trabajo. El padre de ella la llevará a un lugar seguro.

Ella asiente.

—Me alegro. Ya con eso me vuelve a caer bien.

—Vendrá a almorzar.

—Seré amable porque no me cae mal y porque Angie me prohibió ser grosera con él. Cumpliré mientras no meta la pata de nuevo y le seguiré diciendo tortuga. El título de lobo lo perdió cuando aceptó a su ex en la casa y te dejó ir—abro la boca y ella me hace callar—. Ya sé que arregló las cosas y están bien, sin embargo, tardó en darse cuenta y no fue hasta que su hermana habló con él que cayó en su error. Es tuga y punto.

No agrego nada ni intento defender a Zeke. Me conformo con que no le haya hecho la cruz y sea amable.

Angie entra preguntando si su papi ya viene.

—Sí, en cualquier momento llega. —respondo.

—No te preocupes, Angie, tu papi tuga vendrá o lo iremos a buscar. Tú tranquila.

Angie sonríe y sube a la silla para luego sentarse en mis piernas.

—Mi papi es bueno, no como mi oto papi.

—¡Adelaida, no te olvides de poner lechuga y tomate en el almuerzo que viene la tuga de Nebra! —grita Arizona y escucho la risa de Adelaida.

Pongo los ojos en blanco. Mi hermana no tiene cura.

Tengo esperanza que un hombre se cruce en su camino y le haga perder la cabeza. Tendría que ser un hombre con carácter que no se dejara dominar por ella y sus encantos que sabe utilizar bien para manipular a quien quiera.

Arizona dice que no le interesan las relaciones serias y que pensar en matrimonio y formar una familia le da urticaria, no obstante, es hasta que el hombre correcto se cruce en su camino. Cuando eso suceda comprenderá lo que es amar a alguien y que solo desees estar con él, si es que es amor verdadero, no como el mi padre.