Poco a poco faltaba menos para que iniciara la primavera, mi época favorita del año.
Los meses pasaban y se acercaba el momento para que el ciclo escolar terminará y entráramos a la secundaria.
Audrey y yo estábamos muy tristes porque ya no nos veríamos a diario, pero sabíamos que era algo que tarde o temprano tendría que pasar.
Eso es lo que estuvo dando vueltas en mi cabeza mientras estaba camino a la escuela. El camino se me hizo demasiado largo a pesar de que sólo tardaba 6 minutos en llegar.
Entre a la escuela 15 minutos antes del horario establecido, así que esta vez no deje mi mochila en el salón y me senté en una de las bancas del patio de la escuela. Tiempo después llegó Audrey.
- Hola - dijo sentándose en la misma banca que yo.
- Hola- respondí pensativa.
- ¿Estás bien? - preguntó preocupada
- Sí, estoy bien – conteste reflejando una expresión de tristeza en mi rostro.
- Y entonces... ¿En qué piensas?
- ¿Te das cuenta que cuando terminemos este ciclo escolar nosotras ya no estaremos juntas?
- Si lo sé y tal vez tú tengas muchas amigas y seguramente yo no encuentre amigos y te olvides de mí.
- ¿Enserio eso es lo que piensas? - dije sorprendida
- No quisiera pensarlo pero es lo que siempre pasa por mi cabeza, y con la distancia nuestra amistad ya no será la misma.
- ¿Qué? claro que no, pase lo que pasé prometo que seguiremos siendo mejores amigas.
- Si, es una promesa - dijo Audrey
- Sí, y jamás la romperemos – conteste luego de abrazarnos.
LUNES (El día más aburrido de la semana)
La maestra inició con la clase de matemáticas, nos explicó y después puso algunos ejercicios.
Todos tratamos de resolverlos, yo no podía concentrarme pero aun así me esforzaba.
Se llegaron las 9:00 am y tocaba la siguiente clase, así que guardé mi cuaderno de matemáticas y saqué el de español.
Después continuamos con la clase de historia, hasta que por fin llegó la hora del recreo.
Audrey y yo bajamos las escaleras para dirigirnos hacia el patio principal.
En cuanto terminamos de bajar, lo primero que observamos fue a muchas personas rodeando el mural escolar de noticias.
Ambas sentimos curiosidad por saber que era lo que originaba que hubiera tantas personas rodeando el mural, así que nos aproximamos a ellos.
Al acercarnos, pudimos leer el siguiente anuncio:
Se acerca el “Día de San Valentín “, y como es la tradición de esta escuela, ya se encuentra disponible el buzón de cartas para que puedas depositarlas y recibirlas en “San Valentín“.
Todos estaban muy entusiasmados porque este día era por muchos, el más esperado del año.
Al terminar las clases, mi madre me llevó a la tienda de regalos y compre los chocolates favoritos de Audrey, después escogí una linda y colorida bolsa de regalo; además de una hoja de papel color rosa, plumones de muchos colores y un sobre completamente blanco, el cual decoraría al regresar a casa.
Al llegar, metí los chocolates en la bolsa de regalo y la dejé junto a mi mochila para no olvidarla. Después subí a mi habitación, saque la hoja color rosa y comencé a escribir la carta, finalmente saqué los plumones de colores y me dispuse a decorar el sobre, al terminar metí la carta en el sobre y lo guardé en mi mochila.
A la mañana siguiente fui a la escuela como todos los días y tan pronto pude deposité la carta en el buzón.
Lleve a la escuela el regalo para Audrey, y en cuanto la vi decidí dárselo.
- ¡Hola Audrey!- Feliz día de San Valentín, y...antes de que digas algo..., toma te traje esto.
- Wow, gracias Dánae, pero...yo también te traje algo – y me entregó una pequeña caja envuelta en un brillante papel rosa.
Entramos al salón y nos sentamos en nuestro lugar. Cuando por fin llegó el recreo, todos salimos al patio; osos de peluche, rosas y chocolates, eran algunos de los muchos regalos que se podían ver.
Al terminar el recreo, todos regresamos a nuestro salón, ya había comenzado la clase de geografía, cuando de pronto tocaron la puerta.
Entraron dos personas con una enorme bolsa transparente, la cual contenía todas las cartas depositadas en el buzón; después comenzaron a entregarlas.
Cada año Audrey y yo nos enviábamos cartas una a la otra, así que siempre estaba segura de que recibiría una carta.
Cuando mencionaron mi nombre, me levanté muy entusiasmada de mi asiento y me dirigí hacia ellos para recibirla, pero al llegar me entregaron dos cartas.
Tome las cartas dudosamente, ya que siempre recibía una carta, pero este año no había recibido una, sino dos cartas - Tal vez se equivocaron, pensé por un momento - pero al mirarlas note que ambas tenían mi nombre escrito en ellas, Audrey había enviado una de las cartas, pero… ¿Quién había enviado la segunda carta?