Un amor peligroso

Capitulo 6

El coche avanzaba rápidamente por las sinuosas carreteras que llevaban a la nueva ubicación segura. Marco mantenía la mirada fija en el camino, mientras Elena no podía evitar mirar constantemente por la ventana, esperando ver cualquier señal de peligro. La tensión en el aire era palpable.

—¿A dónde vamos ahora? —preguntó Elena, tratando de mantener la calma.

—Tenemos otra propiedad segura a unas pocas horas de aquí. Luca nos encontrará allí con refuerzos —respondió Marco, sin apartar la vista del camino.

Elena asintió, confiando en la determinación de Marco. Sabía que estaba haciendo todo lo posible para protegerla, pero no podía evitar sentirse atrapada en una pesadilla.

Después de varias horas de viaje, finalmente llegaron a una casa aislada en las montañas. Luca y un equipo de hombres ya estaban allí, asegurando el perímetro. Marco y Elena salieron del coche y fueron recibidos por Luca.

—Todo está listo, jefe. Tenemos vigilancia las 24 horas y todas las rutas de acceso controladas —informó Luca.

—Gracias, Luca. Mantengamos los ojos bien abiertos. "El Lobo" no se detendrá hasta que logre lo que quiere —dijo Marco, su tono firme.

Esa noche, mientras la casa se sumía en el silencio, Elena y Marco se sentaron juntos en la sala de estar. A pesar de la constante amenaza, sentían una sensación de paz al estar juntos.

—No puedo evitar pensar en todo lo que ha pasado en tan poco tiempo —dijo Elena, recostándose en el hombro de Marco.

—Lo sé. Ha sido una montaña rusa, pero te prometo que todo esto terminará pronto —respondió Marco, acariciando suavemente su cabello.

Mientras se abrazaban, la calma de la noche fue interrumpida por el sonido de un teléfono. Marco lo sacó rápidamente y respondió.

—¿Qué sucede? —preguntó, escuchando atentamente.

La voz al otro lado de la línea era de uno de sus hombres en la ciudad. —Jefe, hemos encontrado una pista sobre "El Lobo". Parece que tiene un escondite en el viejo almacén en el distrito industrial. ¿Qué quieres que hagamos?

Marco pensó por un momento antes de responder. —Mantén la vigilancia. Quiero más información antes de hacer un movimiento. No podemos permitirnos errores.

—Entendido, jefe —dijo el hombre antes de colgar.

Marco miró a Elena, que lo observaba con preocupación. —Hemos encontrado una pista sobre "El Lobo". Podría ser la oportunidad que necesitamos para poner fin a todo esto.

—¿Crees que será seguro? —preguntó Elena, su voz llena de incertidumbre.

—Nunca hay garantías, pero confío en mi equipo. No haremos nada sin estar seguros de que podemos ganar —respondió Marco, tratando de tranquilizarla.

Las horas pasaron lentamente, llenas de una tensa anticipación. Finalmente, llegó la noticia que Marco estaba esperando. Uno de sus hombres había confirmado que "El Lobo" estaba en el viejo almacén. Era el momento de actuar.

—Luca, reúna a los hombres. Nos dirigimos al almacén —ordenó Marco, con determinación.

Elena lo miró, su corazón acelerado. —Ten cuidado, por favor.

Marco la abrazó fuertemente. —Volveré pronto. Confía en mí.

El equipo se movilizó rápidamente. Marco, Luca y un grupo de hombres bien armados se dirigieron al distrito industrial. La tensión era palpable mientras se acercaban al almacén, sabiendo que estaban a punto de enfrentarse a un enemigo formidable.

El viejo almacén era un laberinto de sombras y estructuras metálicas. Marco y su equipo avanzaron con cautela, manteniendo los ojos bien abiertos para cualquier trampa. De repente, una figura apareció en la penumbra: "El Lobo".

—Bienvenido, Rossi. Sabía que vendrías —dijo "El Lobo" con una sonrisa malévola.

—Esto termina aquí —respondió Marco, su voz firme.

—¿De verdad crees que puedes detenerme? —dijo "El Lobo" antes de dar una señal. De las sombras surgieron varios hombres armados, listos para la batalla.

El enfrentamiento fue brutal y rápido. Los disparos resonaban en el almacén mientras ambos bandos se enfrentaban con todo su poder. Marco se movía con agilidad y precisión, derribando a los enemigos uno por uno. Luca y el resto del equipo no se quedaban atrás, luchando ferozmente para proteger a su jefe.

En medio del caos, Marco vio a "El Lobo" intentando escapar. Sin dudarlo, lo persiguió, decidido a terminar con todo. La persecución los llevó a una parte del almacén aún más oscura y peligrosa.

—¡No puedes escapar! —gritó Marco, acercándose.

"El Lobo" se giró, sacando una pistola y apuntando directamente a Marco. —¡Esto no ha terminado, Rossi!

Antes de que pudiera disparar, Marco reaccionó rápidamente, disparando primero y derribando a "El Lobo". El enemigo cayó al suelo, herido de muerte.

—Sí, ha terminado —dijo Marco, mirando a "El Lobo" por última vez antes de que la vida se desvaneciera de sus ojos.

La batalla había terminado, pero el costo había sido alto. Marco y su equipo, aunque victoriosos, estaban exhaustos y heridos. Regresaron a la casa, donde Elena los esperaba con el corazón en la boca.




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