El sol se levantaba lentamente sobre las montañas, bañando la casa con una cálida luz dorada. Marco y Elena despertaron entrelazados, disfrutando de la paz que el nuevo día les ofrecía. Era la primera vez en semanas que ambos podían respirar con tranquilidad.
—Buenos días —dijo Marco, besando suavemente a Elena en la frente.
—Buenos días —respondió Elena, sonriendo—. Me siento como si finalmente pudiera relajarme.
—Y tienes todo el derecho de hacerlo. Hemos pasado por mucho, pero ahora podemos empezar a construir algo nuevo, algo juntos —dijo Marco, acariciando su mejilla.
Elena asintió, sus ojos brillando con emoción y esperanza. Se levantaron y compartieron un desayuno tranquilo, disfrutando de la serenidad que los rodeaba. La amenaza de "El Lobo" había sido eliminada, pero ambos sabían que aún había desafíos por delante.
Más tarde ese día, mientras Marco revisaba algunos documentos en la sala de estar, Elena decidió dar un paseo por los alrededores de la casa. Necesitaba tiempo para reflexionar sobre todo lo que había sucedido y lo que el futuro podría depararles.
Caminando por un sendero bordeado de árboles, Elena se encontró perdida en sus pensamientos. Recordaba cada momento de tensión, cada mirada de preocupación en los ojos de Marco, y cómo su relación había evolucionado en medio del caos. A pesar de todo, había encontrado en Marco a alguien en quien podía confiar plenamente.
Al regresar a la casa, vio a Marco hablando con Luca en el patio. Ambos tenían expresiones serias, pero al verla, Marco sonrió y se acercó a ella.
—Todo en orden, ¿verdad? —preguntó Elena, notando la preocupación en los ojos de Luca.
—Sí, estamos bien. Solo estábamos discutiendo algunos detalles de seguridad. Quiero asegurarme de que estés protegida en todo momento —dijo Marco, tomando su mano.
Luca asintió. —Hemos reforzado todas las medidas. No hay nada de qué preocuparse.
Elena sonrió, sintiéndose segura con ellos a su lado. —Gracias, Luca. Aprecio todo lo que estás haciendo.
—Es mi deber, señorita. Me alegra ver que ambos están bien —respondió Luca, inclinando ligeramente la cabeza antes de retirarse.
Marco y Elena se sentaron en el porche, disfrutando de la vista de las montañas. El silencio entre ellos era cómodo, lleno de una comprensión mutua y un amor creciente.
—He estado pensando —dijo Marco, rompiendo el silencio—. Quiero que tengamos una vida juntos, lejos de todo este peligro. Sé que mi mundo es complicado, pero haré todo lo posible para protegernos.
Elena lo miró, conmovida por su sinceridad. —Yo también quiero eso, Marco. Quiero estar contigo, sin importar las dificultades que enfrentemos. Juntos, podemos superar cualquier cosa.
Marco asintió, sintiendo una paz interior que no había conocido antes. Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba dispuesto a enfrentarlo con Elena a su lado.
En los días siguientes, Marco comenzó a hacer planes para asegurar su futuro juntos. Decidió delegar más responsabilidades en Luca y otros hombres de confianza, para poder pasar más tiempo con Elena y Sofia. También comenzó a explorar formas de legalizar y diversificar sus negocios, alejándose del peligroso mundo de la mafia.
Mientras tanto, Elena se dedicaba a su trabajo de diseño gráfico, encontrando inspiración en su nueva vida y en la tranquilidad que la rodeaba. Juntos, comenzaron a construir una rutina que les permitía disfrutar de los pequeños momentos de felicidad.
Una tarde, mientras caminaban por el bosque cercano, Marco se detuvo y tomó las manos de Elena.
—Elena, quiero preguntarte algo importante —dijo, mirándola a los ojos con seriedad.
—Dime, Marco —respondió Elena, sintiendo que su corazón latía con fuerza.
—¿Te casarías conmigo? —preguntó Marco, sacando un pequeño anillo de su bolsillo—. Quiero pasar el resto de mi vida contigo, construir un futuro juntos.
Elena sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas de felicidad. —Sí, Marco, me casaré contigo. No hay nada que desee más que estar a tu lado.
Marco sonrió y deslizó el anillo en su dedo. Ambos se abrazaron, sintiendo que finalmente habían encontrado su hogar en el corazón del otro.
Mientras el sol se ponía, bañándolos en una cálida luz dorada, Marco y Elena sabían que el camino por delante estaría lleno de desafíos, pero también de momentos de alegría y amor. Juntos, enfrentaron la tormenta y salieron más fuertes. Ahora, estaban listos para comenzar un nuevo capítulo, uno lleno de esperanza y promesas de un futuro brillante.