Un amor peligroso

Capitulo 11

Los meses transcurrieron con una tranquilidad que
Marco y Elena habían soñado pero rara vez experimentado. Sus negocios prosperaban, y cada día sentían que estaban más cerca de la vida que querían construir juntos. Sin embargo, en el mundo que Marco había dejado atrás, los ecos del pasado aún resonaban, esperando la oportunidad para volver.

Una tarde, mientras Elena trabajaba en su estudio, recibió una llamada inesperada. Al contestar, una voz fría y familiar le heló la sangre.

—Hola, Elena. No esperaba hablar contigo tan pronto -dijo la voz, una que reconoció al instante como la de Enzo, un antiguo asociado de "El Lobo".

—Enzo, ¿qué quieres? —preguntó Elena, tratando de mantener la calma.

-Solo quería felicitarte por tu nuevo negocio.
Parece que has tenido bastante éxito. Sería una pena que algo le ocurriera, ¿verdad? —respondió
Enzo con una risa malévola.

Elena sintió un nudo en el estómago. —Déjanos en paz, Enzo. Ya no estamos en ese mundo.

—Eso es lo que tú crees. Pero los fantasmas del pasado siempre encuentran la manera de regresar. Dale mis saludos a Marco —dijo Enzo antes de colgar.

Elena se quedó inmóvil, tratando de procesar lo que acababa de suceder. Sabía que debía hablar con Marco de inmediato. Corrió hacia su oficina, donde lo encontró revisando unos documentos.

—Marco, tenemos un problema —dijo Elena, con la voz temblorosa.

Marco levantó la vista, su expresión se tornó seria al ver la preocupación en los ojos de Elena. —¿Qué ha pasado?

—Enzo llamó. Dijo que sabe sobre mi negocio y que sería una pena que algo le ocurriera —explicó
Elena, tratando de contener el pánico.

Marco sintió una oleada de ira y preocupación. - Maldito Enzo. Sabía que no sería fácil dejar todo atrás, pero esto es una amenaza directa.

—¿Qué vamos a hacer? —preguntó Elena, buscando seguridad en los ojos de Marco.

—Primero, aseguraremos tu estudio y nuestra casa. Hablaré con Luca y el equipo para reforzar nuestra seguridad. Luego, encontraremos a Enzo y pondremos fin a esto de una vez por todas -dijo
Marco con determinación.

Horas más tarde, Marco y Luca se reunieron para discutir el plan. La amenaza de Enzo era real, y no podían permitirse el lujo de subestimarlo.

—Luca, necesito que uses todos nuestros recursos para encontrar a Enzo. No descansaremos hasta que esté neutralizado - ordenó Marco.

-Entendido, jefe. Movilizaré a nuestros mejores hombres y comenzaremos la búsqueda de inmediato —respondió Luca.

Mientras tanto, Elena se dedicaba a asegurar su estudio. Contrató seguridad adicional y tomó medidas para proteger a sus empleados. Sabía que no podía permitirse mostrar miedo, pero en el fondo, la ansiedad crecía.

Una noche, mientras Marco y Elena discutían sus planes de seguridad, recibieron una visita inesperada. Antonio, el viejo amigo de Marco, llegó con noticias urgentes.

—Marco, tengo información sobre Enzo. Se está escondiendo en una vieja fábrica en las afueras de la ciudad. Parece que está reuniendo a algunos de sus antiguos aliados —dijo Antonio, con preocupación en su voz.

-Gracias, Antonio. Esto nos da una ventaja. Pero debemos ser cautelosos. Enzo es peligroso y no dudará en usar cualquier medio para atacarnos —
respondió Marco.

—Lo sé, Marco. Estoy contigo en esto. No dejaré que te enfrentes a él solo -dijo Antonio, con firmeza.

Marco asintió, agradecido por el apoyo de su amigo. Esa misma noche, comenzaron a planificar una operación para capturar a Enzo y poner fin a su amenaza de una vez por todas.

El día de la operación llegó, y Marco, Luca, Antonio y un equipo de hombres bien entrenados se dirigieron a la fábrica abandonada. Sabían que cualquier error podría ser fatal, pero también sabian que no podían vivir con miedo para siempre.

Se movieron con sigilo, rodeando la fábrica y asegurándose de que no hubiera escapatoria para Enzo. Marco lideró el avance, su mente enfocada en proteger a Elena y Sofia.

Finalmente, se encontraron cara a cara con Enzo, quien los esperaba con una sonrisa de desdén.

—Marco, sabía que vendrías. Pero no esperaba que trajeras compañía -dijo Enzo, levantando las manos en un gesto de burla.

—Esto termina aquí, Enzo. No permitiré que amenaces a mi familia nunca más —respondió
Marco, apuntándole con su arma.

-¿Estás dispuesto a matarme, Marco? ¿Realmente quieres ensuciarte las manos de nuevo? - preguntó Enzo, su tono lleno de desafío.

-Si es necesario para proteger a los que amo, sí.
No tengo miedo de hacer lo que sea necesario - dijo Marco, con una determinación inquebrantable.

Enzo sonrió, como si hubiera esperado esa respuesta. Pero antes de que pudiera reaccionar, Luca y Antonio lo inmovilizaron, asegurándose de que no tuviera oportunidad de escapar.

-Es hora de pagar por tus crímenes, Enzo —dijo
Luca, con voz firme.

Con Enzo capturado, Marco sintió una mezcla de alivio y agotamiento. Sabía que la batalla no había terminado, pero este era un paso crucial hacia la paz que tanto deseaban.




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