Un amor predestinado

Capítulo # 3

Capítulo # 3

En la mansión Lombardi.

Diana fue la primera en recibirlos con emoción, al ver a Samantha tan pálida se alarmó y le pidió a su esposo que la revisará que no parecía que estuviera bien, ella se negó.

—Estás muy pálida —insistió ella.

Negó con la cabeza y habló:

—Estoy bien, solo tengo náuseas.

—Le he dicho, que se quede aquí, pero se niega —comenta Dante con pesar— no podemos hacer nada.

—Voy a darte algo para las náuseas —dijo alejándose de ellos.

Poco a poco fue reuniéndose la familia y Matteo estaba cómodo en brazos del tío Santo.

—Este niño me adora —comenta contentó.

Armando serio.   

—Es inevitable, es un inocente y desconoce lo odioso que eres.

—Deja los celos —habla Natalia sonriendo al niño— deberíamos comprarle juguetes.

—Ya le compré —habla Samantha y sintió la mano de Diana entregándole la pastilla— gracias.

—Deberías acostarte —habla Valentino con seriedad— no te ves bien.

—Vamos a mi habitación —habla Dante agarrándola del brazo y sacándola de la sala.

—Yo pensé que esa chica se casaría rápido con Dante —habla Matteo serio— se niega.

—O es muy inteligente o no le interesa el dinero —habla Diana y cruzando los brazos— he visto a Dante intentando tener a cercanía con ella, no sucede nada.

—Estuve investigándola —habla Valentino con sinceridad— la verdad, estoy muy sorprendido con ella.

—Cuéntanos —soltó Matteo intrigado.

—El padre de Samantha, se llamaba Ryan Scott, un simple profesor de inglés e italiano, se enamoró perdidamente de la hija del famoso pianista Samuele Mancini.

—No inventes —habla Natalia con asombro.

—A mí también me sorprendió. La famosa pianista Sarah Mancini es madre de Samantha Scott, por lo que supe gasto casi toda su herencia por parte de su madre para poder tenerla, cuando lograron tener a Samantha, su esposo se encargó de pagar algunas deudas, estuvo en varias universidades dando clases, al poco tiempo compraron una casa muy bonita, por cierto —cuenta mirándolos— Samantha está vendiendo esa casa, para poder asegurar el futuro a Matteo Junior.

—Emanuele —corrigió su padre— es Emanuele.

—Está bien.

Santo sacándole los gases al bebé.

—Sí, con la fortuna Lombardi, es más que suficiente.

—Yo comprendo a Samantha —habla Diana con seriedad— por lo que investigo mi hijo, la familia Mancini no la reconoció y por lo que tuvieron que pasar sus padres, ella no se confía de nadie.

—Así es madre —afirma serio— la familia Mancini desconoce de su existencia, porque su familia sabía que Sarah no podía tener hijos tan fácilmente. También desconocen que murió, hace 5 años.

Dante bajando las escaleras con rapidez.

—¡Papá ven rápido! —grito alterado.

Todos se alarmaron, salieron corriendo, excepto Santo que se quedó con el niño en brazos.

Armando fue el primero en llegar, encontró a su hijo intentando reanimar a Samantha.

—¿Qué sucede? —pregunta alarmándose.

—Su corazón, se detuvo —soltó asustado y aterrado que de Samantha se muera.

Armando lo quitó, comenzó a realizarle RCP, para evitar que muriera, sin detenerse hasta que ella volvió a respirar, Valentino llamó a una ambulancia, mientras que Dante está completamente choqueado por lo que acaba de pasar, ella simplemente se había tomado la pastilla cuando comenzó a sentirse mal, Armando la desvistió se percató que estaba llena de ronchas, le ordeno a su esposa que trajera rápidamente un antialérgico estaba sufriendo una crisis alérgica.

Diana está muy nerviosa, nunca había vivido algo similar, siempre que trabajo en la clínica fue tan tranquilo y muy poco trabajo en emergencia, le pedía a Dios que Samantha estuviera bien, porque su nieto la necesita, es una muchacha tan sana y alegre, aún no es su tiempo para irse de este mundo.

La ambulancia llegó rápido y Armando fue el que se fue con ella para seguir atendiéndola y guiar a los paramédicos, Dante le pidió a su madre que cuidara al niño que se iría en su auto, Valentino al verlo tan nervioso se ofreció en llevarlo; para evitar que pasará una desgracia.

Samantha fue llevada a una habitación de cuidado intensivo y atenderla con cuidado, la reacción alérgica que tuvo por el medicamento fue realmente fuerte y sin contar que de hace rato se sentía mal, le pidió a su colega Vicenzo, que estuviera pendiente de su corazón, para él revisar su cuerpo por causa de la alergia.

Valentino abrió la puerta de la clínica para que su hermano entrara, algunas enfermeras estaban intrigadas por la angustia que tienen los médicos, Dante se despegó de su hermano para buscar a su padre, mientras que Valentino con más claridad fue a preguntar a una enfermera de guardia.

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En la mansión Lombardi.

Diana terminando de dormir al bebé.

—Llévalo a mi habitación —le pidió a la mucama.

—Deberíamos tenerlo aquí —habla Matteo serio— solo un susto a la vez.

—Hoy a llamar a Rosetta, para que esté pendiente de Samantha —habla Natalia alejándose de ellos.

—Esa chica, se ha ganado el cariño de todos —comenta Santo sumamente preocupado— esperemos que no le pase nada.

—Ojalá que no —suelta Diana angustiada.

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En la clínica Lombardi.

Horas después.

Samantha está recuperándose, no había recobrado el conocimiento.

—Pobre de ti —habla Dante en voz baja y le dio un beso en la frente— tienes que ser fuerte, tienes que luchar por nuestro hijo.

Valentino abrió la puerta con cuidado.

—Debes de descansar.

Él negó con la cabeza.

—Sí, no la hubiera ido a buscar.

—Dante, por favor —dijo él acercándose a él— no es culpa de nadie, solo fue un terrible accidente.

—Ahora está estable, si se hubiera muerto —soltó devastado— que le hubiera dicho a nuestro hijo.




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