Un amor predestinado

Capítulo # 5

Capítulo # 5

En la mansión Lombardi.

Olivia terminó acostándose porque comenzó a doler la cabeza, se imaginó por la mala noche y por la pelea que había tenido con su padre y después con su novio, normalmente su padre y Stefano se llevan bien, desde hace un año que su padre, está enojado porque no se casan y ella también está cansada de esperar, a veces se preguntaba cómo no se enamoró de Valentino que es un hombre tan paciente y comprensivo. Y se llevan de maravilla.

Stefano entrando a la habitación. 

—Olivia.

—Dime.

—Discúlpame por lo de hoy, sabes que me enoja, que me digan que hacer —dice avergonzado— lo siento.

—Dejemos el tema, esto está cansándome —anuncia levantándose de la cama— quiero disfrutar del último año nuevo.

—¿Quieres comer algo? —preguntó acercándose a ella.

—Tengo un poco de hambre, quiero comer pastel —dice sonriéndole y se levantó— vamos.

Él esperando.

—Sí amor.

.

.

Dante logró comunicarse con un amigo que los casaría en su hogar el 30 de diciembre, aunque le hubiera gustado el 31 para finalizarlo ese año, no podía ese día y se lo comunicó a Samantha. 

—Me hubiera gustado el 31 —expresa con pesar— hubiera quedado mejor.

—Pensamos lo mismo o casarnos el 2 de enero. También es una opción —explica sentándose a su lado— dime, ¿Qué te gustaría más?

—No lo sé.

—Mejor el 2 para que nos podamos ir de luna de miel —dijo seriamente, no había pensado en ese detalle, porque si se casaban el 30 no podían irse de luna de miel porque quería despedir el año viejo con su familia.

—Sí. El detalle de irse de luna de miel faltando un día para año nuevo no es una buena idea —comenta cruzando los brazos— el 2 parece una excelente opción.

—Nos casamos el 2 de enero —confirma él con una sonrisa.

Matteo comenzó a llorar.

—Debe de tener hambre —habla ella sonriéndole y sacando el tetero de su bolso.

—Aún no puedes darle pecho.

—No, aún tengo alcohol en mi cuerpo —explica seriamente— sería muy irresponsable darle pecho así. Podría enfermarlo.

—Por supuesto —afirma él serio, le encanta Samantha porque piensa primero en la salud de su hijo y que es lo mejor para él, aún existen mujeres que fuman y beben en el embarazo sin importarle que pueden lastimar a su bebé.

—Mientras que este pequeño cuidaré de su alimentación, cuando crezca bueno. Será independiente y hará lo que desee.

—Mi hijo, tiene una excelente madre —dijo dándole un beso en la mejilla.

Ese acto sonrojó a Samantha.

Stefano bajando las escaleras con Olivia.

—Hola.

—Hola —habla Samantha alegre.

—¿Y cómo se conocieron ustedes? —pregunta Dante, realmente curioso, porque su primo estuvo en España.

—Stefano y Olivia, fueron al hospital en donde estaba trabajando, para dar una charla y así nos conocimos —explica Samantha— estuvieron quince días.

Dante recordó que su primo y su novia, tuvieron que bajar de España para dar una información por quince días y después regresar. 

—Lo recuerdo perfectamente.

—Nos hicimos amigos rápidamente de la barrigona —soltó Olivia con cariño— era la única embarazada en ese lugar.

Samantha riéndose.

—Así es.

—Que iba a imaginar, que este gordo sería mi sobrino —dijo Stefano sentándose al lado de Samantha y agarrando su manito— es tan precioso.

—Puro Lombardi —afirma su novia sentándose a su lado— si llego a tener un bebé, me gustaría que fuera una niña.

Stefano asombrado, ella nunca habla de hijos.

—¿Quieres que tengamos un bebé?

—En un futuro sí.

Él emocionándose.

—Tú me dices, cuando y lo hacemos.

Ella atónita por el entusiasmo de Stefano, evita embarazarse porque no está casada, tener un hijo antes del matrimonio no estaría mal, es novia de Stefano desde los veinte años, próximo año sería seis años juntos, porque no. Un bebé es una responsabilidad grande, sería maravilloso hacer abuelo a su padre, siempre se ha imaginado tener hijos con Stefano, evitaba tocar ese tema para que él no pensará que estaba loca por formar una familia rápidamente.

—Te avisaré.

Dante evita reírse.

—Rosetta, es la que debería tener un bebé.

—Sí, esos están casados de hace rato —comenta Stefano.

Valentino bajando las escaleras y listo para salir.

—Nos vemos, en año nuevo —anuncia despidiéndose de todos.

Samantha lo ve salir y mira a Dante.

—¿Por qué se va?

—Siempre lo hace, está unos días con su amor y regresa una hora antes de terminar el año viejo —explica su prometido— aún no la conozco personalmente, solo la vi de lejos y me asombré de su físico. Creo que este año será diferente.

—Ella es un amor —habla Olivia— lástima que tenga una fama de odiosa y antipática.

Dante y Stefano mirándola con curiosidad.

—¿Tú sabes quién es?

—Sí, ella fue delegada de la preparatoria y era odiada por Rosetta.

Stefano escandalizado.

—No me digas, que es Priscilla —soltó con asombro.

Dante riéndose.

—Eso es imposible, Priscilla era una pedante y Valentino lo sabe.

—Júrenmelo, no pueden decir nada —pidió seria— es ella.

Stefano enojándose.

—¡Le hizo la vida imposible a Rosetta!

—Lo sé.

Samantha está asombrada, porque ellos se conocen desde jóvenes.

—Con razón, lo oculto —comenta Dante molesto, porque Rosetta sufrió de Bullying por culpa de Priscilla— esa mujer la odio.

—La odia toda la familia —aclara Stefano serio.

—Las personas cambian —habla Samantha mirándolos y sonríe— Chloe era una abusiva conmigo, después cambio cuando la golpee. Ahora es mi mejor amiga.

—Priscilla, no es de esa.

—Sí, cambio —habla Olivia y se decidió aclarar— Rosetta se peleaba mucho con la hermana de ella, ya ni me acuerdo de su nombre. Yo llegué a escuchar, que las chicas se burlaban de ellas porque su madre había muerto. Rosetta también molestaba a la hermana de ella y ella a Rosetta con lo de su padre. 




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