Ya había pasado una semana completa desde que comencé a buscar más indicios sobre el pasado de este castillo, pero siempre que estaba cerca de encontrar alguna pista mágicamente desaparecía no entendía que estaba sucediendo, mas siempre seguía un patrón un poco extraño claro.
Cada suceso se manifestaba de manera diferente pero siempre en el mismo lugar, era como si caminara alrededor de un circulo siempre terminaba en el mismo lugar sin saber qué hacer, pero siempre terminaba en el mismo lugar, que era enfrente de una pintura un poco extraña.
Se encontraba en una habitación muy alejada del castillo por un rincón en el cual nunca había estado, la pintura era grande tenía dos personas, detrás de ellas se encontraba un hermoso paisaje con un gran reino atrás mas no sabía quién eran esas personas y más el hombre en la pintura ya que tenía rasgada la esquina en donde se encontraba gran parte de su cara.
Más en ese momento me comenzó a dar un gran dolor de cabeza, tuve que recargarme una pared mientras todo a mí alrededor giraba y se volvía cada vez más borroso y mi visión se nublaba.
Y cuando menos lo pensé mi cabeza choco con el frio del suelo debajo de mí.
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-No puede ser –dije para mis adentros. Nuevamente me encontraba dentro de estos confusos sueños o visiones de las cuales aún no tenía explicación al respecto.
Me levante del suelo y mire a mi alrededor estaba en el mismo lugar que antes pero con la única diferencia de que la pintura se encontraba completa, en esta estaba aquellas dos personas más seguía sin saber quiénes eran más se veían tan felices los dos juntos en esa pintura, él era alto de cabello negro y piel blanca con unos ojos negros realmente hermosos con una sonrisa realmente ardiente y feliz en su rostro, pero ella, ella era realmente bella tenía unos ojos color azul zafiro muy hermosos con el cabello un poco largo risos de color dorados brillantes y su piel era igual que la de aquella persona que posaba y al igual se le veía muy feliz, se podría decir que estaban casados.
Mas no decía los nombre de aquellas dos personas comencé a ver atrás de ellos de tras de ella estaba el reino que había visto en aquella pintura era como el reino en el que yo estaba y atrás de él estaba otro reino pero era muy diferente era grande claro estaba pero estaba también rodeado de muchos árboles y fue ahí donde descubrí que era el reino del bosque y ellos eran Tamara y Damen los que estaban escritos en aquel libro que había encontrado tiempo atrás.
Di un paso atrás para poder contemplarla por completo, hasta que escuche paso que venían por el corredor, así que trate de esconderme detrás de uno de los pilares del pasillo, venia un hombre en si era apuesto era un poco alto cabello negro, piel morena y ojos castaños.
Se miraba realmente molesto mas no pude descifrar el porqué, se acercó a la pintura y cuando menos lo pensé arranco una esquina de la pintura –Entonces fue así como desapareció esa parte de la pintura–pensé para mis adentros.
– ¿Cómo pudiste?, ¡¿Cómo pudiste Tamara?! Yo te ama… Pero no… lo preferiste ha el antes que a mi aun después de que siempre estuve para ti cuando tu padre te hacia llorar, aun después de que estaba en todo momento contigo.
Sentí gran pena por él y más en el momento en el que comenzó a llorar, trate de acercarme a él pero algo me decía que no podría o no debía, mas no hice caso y antes de que pudiera tocarlo un gran dolor me volvió a nublar la viste y caí de nuevo al piso.
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No sabía cuánto tiempo me había ido o había estado en el piso, comencé a levantarme lentamente sin caerme, mientras me tambaleaba me sostuve de la pared hasta quedar de pie mire a la ventana y ya había oscurecido, me sorprendí al saber que estuve horas en el piso y más que nadie me había venido a buscar durante tanto tiempo.
Se comenzaron a escuchar pasos por el pasillo y fue ahí donde apareció Natalia con una cara de angustia y preocupación cuando me vio echo a correr y me estrecho entre sus brazos.
– ¿Estas bien pequeña?, estuve muy preocupada por ti cuando no te vi por ningún lago y comencé a buscarte por todo el castillo junto con otros guardias
–Sí, si estoy bien nana no te preocupes, estoy bien –sonreí levemente.
–Está bien pequeña, creo que es mejor irnos y dime ¿qué ocurrió?
–No lo sé, me Marie y caí al suelo, es como su hubiera perdido conciencia por completo
–Bueno no importa ya paso, ahora todo está bien.
–Si así es
Después de cenar me dirigí a mis aposentos para descansar un poco ya que según Natalia estaba un pálida aun yo le mentí diciendo que me sentía mucho mejor pero solo lo hice para que no se preocupara tanto por el asunto pero verdaderamente si me sentía horrible como si algo me hubiera caminado por encima una y otra vez.