Un amor que florece

8. Debemos Hablar.

Nunca en mi vida han faltado los momentos... Bochornosos, incómodos, o vergonzosos a nivel extremo, pero hoy estoy viviendo el momento más incómodo de la vida.

Mariano y Johan parecen estar compitiendo con la mirada, en quien no me aparta la vista de encima, porque si... Los dos chicos me miran fijamente y luego se miran entre ellos, para volver a fijar su vista en mi.

Comer mi almuerzo, con tanta tensión, me ha hecho tragar pesado y perder por completo en el apetito, Angelis, Antonio y Thomas, parecen perdidos en sus propios mundos, y no los culpo, ellos son totalmente ajenos a la situación, incluso el mismo Johan es ajeno entre lo que pasa entre mi y Mariano , o al menos eso es lo que aparenta,; pero estoy seguro que sospecha de algo... Ya que Johan conoce... Mi orientación sexual.

— Lukas—, escucho a Johan llamar mi Nombre, y Mariano posa su vista en él, y luego la fija en mí.

— uhmm—, respondo con cierta incertidumbre e incomodidad por el ambiente

— ¿Y volverán nuevamente al café? ¿Quedaron nuevamente con las chicas? Bueno lo digo porque como no pudieron reunirse, quedé con la curiosidad —, dijo de forma casual, como si en sus palabras tratara de sacar algún tipo de información por mi parte.

Mariano no perdía detalles de sus preguntas, a pesar de que hace un rato pareció fijar su vista en su almuerzo, que parecía revolver con la cuchara, sé que está atento a la conversación que apenas comienza a fluir.

— realmente, no hemos vuelto a ponernos en contacto desde el sábado en la noche —, digo tratando de sonar lo más convincente posible.

— ¿En serio? Creo que deberían invitarlas nuevamente —, expresó

Thomas, Angelis y Antonio, en algún momento dejaron su tema de conversación, para prestarnos atención, de seguro les interesó el chisme desde el momento que escucharon la palabra "chicas"

— realmente, creo que es nuestro problema si las invitamos nuevamente o no—, habló por fin Mariano, quien soltó la cuchara en la bandeja, y al fin encaró de frente a Johan.

— disculpa si te molesta, pero en primer lugar, estoy Hablando con Luk y en segundo lugar solo estoy dando mi opinión — contraatacó Johan de manera mansa

— lo es si el tema me involucra, total no porque nos viste en el café te da derecho a estar haciendo esta interrogación, además nadie pidió tu “humilde” opinión— responde Mariano con sus palabras cargada de enojo, pero camuflado con una cara que simple vista parecía pasible para los ojos ajenos.

— no entiendo porque el problema

— Tu intento de promocionar el café de tu tía está siendo un fiasco, claro si lo que buscas es que regresemos —, dijo Mariano de forma burlona volviendo a tomar su cuchara en manos.

— ¿Disculpa?—, preguntó Johan más que ofendido

— te perdono —, respondió hastiado, mientras que Thomas, Antonio, Angelis y yo, vemos el intercambio de respuestas, para nada amable, y creo que ya es momento de intervenir.

— chicos, creo que es mejor que paren, no empiecen una discusión que ni sentido tiene, no creo que tenga nada de malo el que Johan pregunte al respecto, es nuestro compañero de clases, es normal que sienta inquietud al respecto —, digo tratando de escoger mejor mis palabras, solo trato de evitar que se desarme una posible y para nada agradable discusión, en esta guerra fría de intercambio de respuestas.

— bueno hasta yo quiero saber, nunca mencionaron que iban a salir con unas chicas, o que salieron, me siento ofendido por enterarme del chisme así —, dijo Antonio con voz fingida de ofensa.

— y yo—, responden al mismo tiempo, Angelis y Thomas alzando sus manos, como si de una votación se tratara, ruedo los ojos, porque nunca captan las indirectas.

Mariano pareció incómodo en el momento, no esperaba que diera esta respuesta, y se que le hecho sentir mal, y me siento culpable al respecto.

Tomo mi bandeja y decido levantarme y llevarla a la mesa a depositar luego de haber votado el sobrante de mi almuerzo. He irme a la azotea, ya que aún quedan unos quince minutos de receso.

Me siento en el suelo, con mi espalda pegada en la pared, el cielo está completamente despejado, y siento envidia, ya que en mi mente parece estar nublado de tantos pensamientos que me invaden en este efímero momento.

Es más que obvio, que a mí también me incomodaron las preguntas de Johan, y más que se cual es el propósito de estas, se sin temor alguno, de que aquellas preguntas fueron calculadas por el, de que seguro sospecha de que hay algo entre Mariano y yo, pero a él no debería siquiera importarle, entonces ¿Por qué sus miradas? ¿Sus mensajes? O simplemente ¿Por qué su interés desde la noche a la mañana?

No entiendo a qué va con todo esto.

— sabía que estarías aquí — escuché la voz de quién menos esperé escuchar.

— ¿Podrías dejarme en paz? —, pregunté con mi voz cargada de cansancio y mi corazón empezó a latir desenfrenadamente.

—No, no puedo, no puedo aún sabiendo que estás saliendo con él— expresó luego de posicionarse frente a mi, tapando así mi vista del cielo, sus verdes ojos me miraban con intriga, tras aquellos redondos lentes.

— ¿Qué diablos quieres? — dejé notar mi molestia.




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