Todavía no logro entender su repentino cambio de actitud, si hace unos días desde que empecé a asistir nuevamente a la escuela, Mariano parecía ignorar completamente mi existencia, y simplemente pasaba la mayor parte de su tiempo pegado a la falda de Lety, no entiendo porqué ahora parece estar desesperado por querer hablar conmigo.
Aun cuando me dejó las cosas bastante claras la última vez, y pues claro, destruyó mi estabilidad emocional en el proceso.
— ¿Me estas jodiendo las pelotas?—, aludí enojado cuando él dice esto último, ¿Qué nunca fue su intención lastimarme?— ¿esto es un chiste de mal gusto verdad?— pregunté nuevamente aguantando el impulso de mandarlo a mierda
— Yo... sé que sonará muy cínico de mi parte, pero…
— Si lo sabes, ¿entonces por qué lo dices? — Le cuestioné cruzando mis brazos.
—Lukas yo... tenía mis razones... yo...— sentí que iba a decir algo, pero guardó silencio abruptamente y rascó su nuca, pensando que palabras dirá a continuación, conozco tan bien ese hábito, que me hace preguntar si algo anda mal, pero sea lo que sea no me debe importar, no es de mi incumbencia.
— ¿Según tú cuáles fueron tus razones? ¿Qué justifica tu forma tan bestia de actuar? esta es tu última oportunidad de hablar... Piensa bien tus palabras—, le dije, contradiciendo mi lado racional que me pide irme y no involucrarme más en esto, pero siento una pizca de esperanza naciendo en mí, a pesar de que no debería ilusionarme, mi corazón es algo iluso y fácil de manipular.
— yo— sus ojos miraban al piso fijamente—, no hay nada que lo justifique— parecía resignarse, como si luego de pensarlo largo rato simplemente borró la mínima posibilidad de su mente, me sentí indignado.
— solo estoy perdiendo mi tiempo aquí—, digo dispuesto a irme
— espera Lukas... por favor, solo un minuto más—, rogó tomando mi mano en un fuerte agarre.
— Basta, Mariano— dije sin estar dispuesto a mirarle, pues ya sentía que cedería ante él, antes sus sucios juegos— por favor, te lo pido... no quiero perderte—, no es justo, Mariano, no es justo que juegues con mi mente y la controles de sa forma, como usas mis sentimiento para tu propio beneficio, me enamoraste y luego me rechazaste, echaste a la basura nuestra amistad, solo por tu capricho, no lo entiendo ¿Por qué eres tan egoísta? no te bastó con destruirme así, aún buscas más de mi, ¿acaso también quieres acaparar mis piezas rotas? ¿Qué es lo que buscas de mi, Mariano? simplemente no lo entiendo, luego de aquel desplante yo debería odiarte, debería detestarte, sin embargo te anhelo tanto, extraño tus abrazos, tus sonrisas, tus mimos, tus chistes malos, tu forma tan atenta de ser conmigo, extraño todo eso de ti, contigo soy más vulnerable.
¿por qué elegiste el camino de ser masoquista corazón mío?
intenté zafarme de su agarre, quiero huir, no solo físicamente sino también emocionalmente, antes de que colapse todo lo que he tratado de trabajar en estos días, la barrera que quiero construir para protegerme de ti Mariano, mi verdugo, pero no pude su mano se negaba soltarme, entonces exploté.
— ¡¿QUÉ DIABLOS QUIERES DE MI?! ¡¿NO TE FUE SUFICIENTE?! ¡CON UN CARAJO SOLO DÉJAME EN PAZ— mi respiración se volvió errática y mis latidos de dispararon, mi voz temblaba amenazando con quebrarse por cada palabra—, No me destruyas más que esto, tú....—, Mis palabras se vieron abruptamente detenidas, porque me besó, anhelaba tanto sus besos, que simplemente aproveché la oportunidad y lo seguí con mucha determinación y pasión, el beso más que ser algo dulce y delicado, estaba lleno de salvajismo y dominio. era una guerra de poder en donde ninguno estaba dispuesto a ceder.
Atraje a Mariano más a mi, profundizando y haciendo el beso más íntimo, más personal, en la misma discordia por llevar el control mordí su labio inferior, arrancando un gemido de sus labios, e introduje mi lengua en su boca, no sé en qué momento estaba contra la pared, mientras Mariano era quien ahora invadía toda mi cavidad bucal, nuestras lenguas batallaban por un dominio, en el que ninguno de los dos daría marcha atrás. sus manos viajaron por mi cuerpo y en un momento estaban bajo mi ropa, teniendo contacto directo con mi piel, jadeé al sentir el tacto frío de sus manos. La falta de oxígeno se hizo acto de presencia obligandonos a separarnos, Mariano tenía la intención a volver a besarme, pero voltee mi rostro al ser consciente de lo que acabamos de hacer, mi corazón latía desenfrenado ante la adrenalina del momento y también por su cercanía. Me alejé de él, dispuesto a irme cuando me abrazó y ocultó su rostro en mi cuello, entonces sentí algo húmedo deslizarse sobre mi piel... Él estaba llorando, odio verlo llorar más que nada en el mundo.
— ¿Por qué lloras?—, pregunté tomando su rostro entre mis manos y lo miré a los ojos.
— no lo sé... todo es tan difícil no se que hacer... no quiero perderte—, enunció volviendo a ocultar su rostro en mi cuello y lo escuché sollozar nuevamente, esto me rompe el corazón, tanto así que tengo el impulso de corresponderle, pero tengo que aguantarme las ganas, no más daño, no más juego. sin más para decir, simplemente me separé de él, y sentí mi corazón estrujarse ante esta vista tan dolorosa, en verdad odio ver llorar a Mar, pero mi deber priorizarme a mi primero.
— Esta será la última vez, además yo— pusé un momento mirándole a los ojos, con total honestidad y firmeza—, me transferiré de escuela para año nuevo—, le digo y dejo un beso corto en sus labios, dándole un último adiós, es muy sinvergüenza de mi parte, pero aun así yo lo amo. recojo lo poco que me queda de orgullo, y decido irme, dejándolo ahí solo en la azotea llorando, mi corazón me exige para que regrese con él, pero no es posible, él ya tiene novia, y la eligió a ella antes que a nosotros ¿me escuchas corazón? la prefirió a ella, una chica ¿siquiera hay oportunidad a pesar de todo, el nunca tuvo la confianza de decir las cosas, hasta el final, aun cuando vi que tenía mucho para decirme, prefirió callarlo para sí mismo nuevamente, así las cosas nunca funcionarán por más que lo intente, no si nunca tuvo comunicación conmigo.