Pero aún estaba prisionera de mi pareja, y tendría que seguir hablando con Josué a escondidas. Me sentía atrapada, me sentía como si estuviera viviendo una mentira. Quería escaparme con Josué, quería sentirme viva nuevamente.
Cada conversación con Josué era un riesgo, cada mensaje era un susurro de libertad. Me sentía como si estuviera caminando sobre una delgada línea entre la realidad y el sueño.
Pero no podía parar, no podía detenerme. Mi corazón latía por Josué, mi alma anhelaba su amor. Quería dejar atrás la prisión de mi relación, quería dejar atrás el dolor y la tristeza.
Quería sentir el sol en mi piel, quería sentir el viento en mi cabello. Quería reír, quería amar, quería vivir. Y sabía que solo podía hacerlo con Josué.
Así que seguí hablando con él, seguí soñando con nuestro futuro juntos. Y empecé a planear mi escape, mi liberación. Porque sabía que solo así podría encontrar la felicidad, solo así podría encontrar el amor verdadero.