El sacrificio del amor
Después de tanto sufrir, dije "ya no más". Agarré mis fuerzas y huí. Pero una vez más, me encontró. Esta vez, no personalmente, sino a través de un mensaje que me heló la sangre.
Me escribió amenazándome, diciendo que si yo estaba con Josué, nos haría daño a los dos. Tuve miedo, un miedo que me paralizó.
Me sentí como si estuviera atrapada en una pesadilla sin fin. No sabía qué hacer, no sabía dónde ir. Me sentí como si estuviera sola en el mundo, sin nadie en quien confiar.
Pero entonces, recordé las palabras de Josué, recordé su amor y su protección. Y supe que no estaba sola, que él estaría allí para mí, no importaba lo que pasara.
Pero cuando estaba lista para ir con Josué, mi miedo se intensificó aún más. Él no sabía que yo quería ir con Josué, pero pronto un mensaje invadiría mi vida, amenazándome una vez más.
Y esta vez, dije "no". No quería perder a Josué de ninguna manera. Quería protegerlo, sea como sea. Así que decidí no ir con él, decidí no arriesgar su vida.
Preferí seguir amándolo en silencio, preferí sacrificar mi felicidad por su seguridad. Me sentí como si estuviera renunciando a mi propio corazón, y en ese momento pensé que era lo correcto, pero en mi interior sabía que no era así.
Me di cuenta de que el amor no solo es sentir, sino también sacrificar. Y yo estaba dispuesta a sacrificar todo por Josué, por su bienestar, por su vida.
Así que me quedé en silencio, amándolo desde la distancia. Y aunque mi corazón sangraba, sabía que había tomado la decisión correcta. Porque el amor verdadero no busca su propio beneficio, sino el del otro.