Un amor tan bonito

Capítulo 1

Era el inicio de otro ciclo escolar, pero esta vez en otra escuela, con nuevos compañeros, y nuevos maestros. El chico se encontraba un poco nervioso, pero aun así con ansias de estar en su primera clase.

Al llegar a su nueva escuela se quedó un poco asombrado. Había chicos mucho más grandes que él, tanto de estatura, como de apariencia.

Pero, ¿Qué tan mala puede ser la preparatoria?

Como de costumbre en todas las escuelas, el primer día siempre es para presentarse en la clase así todos pueden conocerse más rápido.

El maestro le había pedido a cada uno decir su nombre, su edad y alguna otra cosa que quisieran agregar.

-Mi nombre es Sebastian. -Dijo el chico. -Tengo 15 años.

El maestro le había agradecido por darle esa información a la clase, y después le pidió que tomara asiento.

Y así fue parte de la clase, hasta que por fin fue el turno de aquella chica que cambiaría su vida en la escuela.

-Hola. -Comenzó la chica. –Soy Aimé y tengo 15 años.

El chico quedó asombrado con todo lo que había en aquella chica.

Simplemente era perfecta en todos los sentidos.

Sebastian no dejaba de verla toda la clase, pues él pensaba que la chica era realmente hermosa, y no solo físicamente, sino que para Sebastian, Aimé tenía una aura que la destacaba de las demás chicas.

Ella era muy inteligente, y aunque en ocasiones no siempre tenía la respuesta correcta, Sebastian se sentía asombrado porque la chica no temía equivocarse frente a la clase.

Aimé era una chica con rizos castaños, que le llegaban por debajo de los hombros. Su cabello tenía un brillo impresionante y eso le encantaba a Sebastian, sin olvidar también sus grades ojos color café que combinaban perfectamente con sus largas pestañas. Sus ojos eran realmente hermosos.

Desde ese día, Sebastián había quedado completamente asombrado con Aimé.

Con el paso de los días, incluso semanas, Sebastian extrañamente había llegado a sentir algo muy fuerte por la chica. Le pareció raro que su atracción por Aimé fuera tan grande. Pero no solo había encontrado a un amor platónico, sino que también había encontrado amigos.

Sus nombres eran Daniel y Joel.

Ambos chicos eran tranquilos; eran la clase de amigos que Sebastian solía tener, así que junto a ellos se sentía cómodo. Daniel era un chico extrovertido, era divertido y bromista, pero también sabia comportarse de forma correcta, en ciertos lugares.

Joel por otra parte, era la clase de chico en el que podías confiar. Era amable, inteligente y amigable sin llamar la atención. No eran los chicos más inteligentes, pero sabían cómo pasar las materias, con una calificación decente.

Con ellos, Sebastian pasaba gran parte del tiempo en la escuela. Siempre conversaban, pero Sebastian era el más distraído, pues desde lejos observaba a Aimé, que siempre pasaba el tiempo con sus amigas.

-¿Tu qué opinas Sebastian? –Le pregunta Daniel.

Sebastian movió su cabeza para dejar de ver a Aimé, y observar a Daniel.

-¿Sobre qué? –Cuestiona confundido.


-Sobre las chicas del salón, las que están por allá. –Responde Daniel, señalando donde minutos atrás, Sebastian observaba. –Aimé, Sofía y Gabriela.

-Ah... -Fue lo único que dijo Sebastian.

Joel movió los ojos de un chico a otro, esperando respuesta de alguno de sus amigos.

-Son lindas ¿No lo crees? –Presiona Daniel para tener una respuesta.

Daniel observa a Sebastian esperando a que hable.

-Si... -Responde mirando de nuevo a Aimé.

-La más linda de las tres es Aimé.

De inmediato, Sebastian dejó de ver a Aimé, para poder observar a Daniel.

¿Daniel gustaba de Aimé?

-De acuerdo... -Dijo Sebastian, pero aquello había sonado más como una pregunta.

-Hay que hablar con ellas.

Daniel se puso de pie y caminó hacia el otro lado del patio de la escuela y se puso de pie frente a las chicas que se encontraban sentadas en una banca.

Sebastian y Joel, no estaba seguros de lo que Daniel estaba hablando con las chicas, pero lo que si sabían es que ellas habían comenzado una conversación aparentemente agradable con Daniel.

Daniel volteo a ver a sus amigos y desde lejos les habló a Sebastian y Joel.

Joel se puso de pie para ir con su amigo y las chicas, pero Sebastian aún seguía sentado en aquella banca.

Si a Daniel le gustaba Aimé, ¿Qué posibilidades tenía Sebastian para hablar con la chica?

Aimé era la clase de chica linda que tal vez salía con chicos como Daniel, no como Sebastian, pero eso no significaba que Sebastian no tenía oportunidad con Aimé, al contrario debía esforzarse para saber si eso era posible.

Con un poco de nerviosismo, Sebastian se puso de pie y caminó junto a Joel, para llegar con Daniel.

Sebastian respiró continuas veces para poder relajarse y no ponerse nervioso por estar cerca de Aimé.

-¡Hey chicos! -Saludó Daniel como si no los hubiera mirado desde hace días.

Sebastian rodó los ojos por el comentario de Daniel.

-Chicas, el es Joel. –Daniel señaló al chico nombrado anteriormente. -Y él es Sebastian, ya los conocen.

Sebastian observó a las chicas y cuando sus ojos se encontraron con los de Aimé, sintió que el mundo se había detenido por completo, y que sólo ellos dos estaban en el mismo lugar, solos.

Aimé le sonrió y Sebastian no pudo evitar hacer lo mismo.

Los ojos de Aimé se miraban realmente más hermosos de cerca; tenían un brillo impresionantemente maravilloso.

-Hola. –Logró decir Sebastian, pero el sintió que había sonado como un susurro.

-Hola. –Se adelantó Gabriela, pensando que le decía a ella.

La chica extendió su mano esperando respuesta de Sebastian. El chico no tenía otra opción, así que estrechó su mano con la de Gabriela.

Cuando volvió a ver a Aimé, ésta ya no lo observaba, ahora conversaba con Sofía, Daniel y Joel.



#32919 en Novela romántica
#20983 en Otros
#6169 en Relatos cortos

En el texto hay: juventud, amor, imposible

Editado: 05.08.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.