Un amor tan bonito

Capítulo 5

Con el paso de los días, Daniel se esforzaba más para poder llamar la atención de Aimé, y la chica evidentemente lo había notado.

A Aimé le gustaba que Daniel fuera una persona atenta con ella, pero la extraña atracción que sentía por Sebastian, la tenia muy confundida.

Por un momento pensó que Sebastian también tenia esa atracción por ella, pero después de algunos días, él dejó de prestarle afección y comenzó a ignorarla en algunas ocaciones.

Para Aimé fue extraño el comportamiento de Sebastian. No comprendía que estaba pasando con el chico.

Fue por eso que decidió prestarle mas atención a Daniel, sabía que él era un buen chico, y que se estaba esforzando por llamar la atención de Aimé.

Por otro lado, Sebastian había decidido ignorar un poco a Aimé por su propio bien. Daniel había ganado sin haber comenzado una pelea por el amor de Aimé.

Sebastian sentía que no valía la pena seguir esforzándose por la atención de Aimé, al final Daniel había confesado primero sus sentimientos hacia la castaña, y si Sebastian le decía a Daniel lo que sentía por Aimé, sería una guerra entre los dos amigos, y Sebastian no quería eso.

Sebastian no prefería ver a Aimé con Daniel, pero si esa era la única forma de estar cerca de su amigo y la chica que le gustaba, estaba bien, aunque en realidad nada estaba bien.

Un día Daniel y Sebastian caminaba de regreso a casa después de un largo día en la escuela. Sebastian había estado más distraído de lo normal y Daniel por supuesto que lo había notado. ¿Cómo no iba notarlo? Sebastian era uno de sus mejores amigos, y le interesaba saber si se encontraba bien física y emocionalmente.

-¿Todo está bien?

La pregunta de Daniel hizo que Sebastian saliera de sus pensamientos y lo observara rápidamente antes de alejar la mirada al frente y concentrarse en seguir caminando sin caer por el caos que llevaba en su cabeza.

-Excelente. -Respondió cortante.

-Lo dudo.

Daniel dejó de caminar e hizo que Sebastian también se detuviera. Daniel colocó su mano en el hombro de Sebastian y lo observó.

-¿Qué es lo que pasa contigo?

-Nada. -Dice Sebastian sonriendo.

Sebastian intentó cambiar su rostro, tono de voz y su postura sólo para que Daniel lo dejara en paz. Lo único que Sebastian quería era llegar a su casa, encerrarse en su habitación y dormir todo el día.

Daniel enarcó una ceja dudando de su respuesta.

-Las tareas me tienen preocupado, es sólo eso.

Daniel soltó un suspiro.

-Menos mal sólo es eso. -Daniel soltó una leve risa. -Creí que era algo mas grave.

Sebastian frunció el ceño. ¡Vaya! Menos mal que tengo un buen amigo, pensó Sebastian cuando Daniel continuó caminando.

El sentimiento que en ese momento estaba sintiendo Sebastian era enojo. Sebastian estaba muy enojado con Daniel, sabía las razones sin embargo también sabía que aquellas razones eran bastante tontas e infantiles.

Para su buena suerte aquel día era viernes, lo cual significaba un fin de semana sin ver el rostro de Daniel. En esos momento Sebastian no quería saber absolutamente nada del chico.

El sábado por la mañana cuando Sebastian salió de su habitación y entró a la cocina, se encontró con un pequeño pastel de cumpleaños con velas encendidas que lo adornaban.

Sebastian sonrió al encontrarse con su familia de pie detrás de la mesa dónde se encontraba aquel pastel.

-¡Feliz cumpleaños! -Dijeron sus padres al mismo tiempo.

Sebastian se acercó a sus padres para darles un abrazo de agradecimiento por el pastel de cumpleaños.

-Gracias. -Respondió Sebastian después de que apagó las velas del pastel.

Esa mañana después de desayunar Sebastian y sus padres comieron de aquel pastel. Los padres de Sebastian pasaron toda esa tarde con su hijo. Era un día muy especial para Sebastian.

Cuando llamaron a la puerta, la madre de Sebastian se puso de pie para ver quien había llegado.

Joel y Gabriela se dejaron ver en el momento en que la madre de Sebastian abrió.

Ambos chicos llevaban un regalo en las manos. Cuando Sebastian los observó se sintió feliz de poder pasar su cumpleaños con dos personas más que no solo fueran él y sus padres como cada cumpleaños.

-Feliz cumpleaños. -Dijo Gabriela dándole un abrazo rápido y un beso en la mejilla a Sebastian.

-Gracias. -Respondió sonriendo.

Después de que Joel le diera un abrazo y lo felicitara, ambos chicos le entregaron el regalo a Sebastian.

El regalo que mas le había gustado a Sebastian, fue el que Gabriela le regaló. La chica le había regalado una pequeña colección de películas, pero no eran cualquier películas, eran las favoritas de Sebastian. Las había mirado todas mas de una vez, solo le faltaba ver la ultima película, que ya estaba en el cine, y que por cancelar la salida con los chicos, no pudo verla.

Los padres de Sebastian dejaron solos a los tres chicos en la sala para que pudieran ver las películas que Gabriela acababa de regalarle a Sebastian.

Esa tarde comieron pastel y palomitas con refresco de manzana.

 



#32573 en Novela romántica
#20763 en Otros
#6102 en Relatos cortos

En el texto hay: juventud, amor, imposible

Editado: 05.08.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.