Gabriela cada vez estaba mas cerca de Sebastian, y esto al chico no le molestaba en absoluto.
Tenia que dejar atrás ese sentimiento de atracción que tenia hacia Aimé. La chica parecía entenderse cada vez mejor con Daniel. Parecía que todo iba bien entre ellos dos. Era algo que ya veía venir entre Daniel y Aimé.
Dos días después del cumpleaños de Sebastian, en la escuela Gabriela le compartía a Daniel y Aimé sobre lo bien que lo pasaron en casa de Sebastian el día de su cumpleaños.
Aimé frunció el ceño y observó a Sebastian. La chica se sintió algo molesta porque nadie le había dicho sobre el cumpleaños de Sebastian.
-Creí que irían. -Dijo Sebastian observando a los dos chicos que estuvieron ausentes el día que cumplió años.
-Si nos hubieras avisado, seguro estaríamos ahí. -Reclamó Daniel.
Sebastian frunció el ceño cuando se encontró con los ojos de Joel y Gabriela.
-Sebastian no sabía que nosotros iríamos. -Habló Joel. -La madre de Sebastian me avisó sobre el cumpleaños, y yo me encargué de enviarle mensaje a cada uno de ustedes.
Gabriela asintió observando a todos. Aimé abrió los ojos asombrada. Ella estaba segura de que no había recibido aquel mensaje, de ser así seguro iría.
Daniel se movió incomodo en su lugar mientras permanecía en silencio.
Después de que Aimé y Daniel dijeran que no habían recibido el mensaje, Joel les mostró a todos la prueba de que evidentemente los mensajes se habían enviado el sábado por la mañana.
Aimé se disculpó con Sebastian por no asistir a su cumpleaños. La chica se acercó a Sebastian para darle un abrazo de cumpleaños, que para todos los presentes duró más de lo normal, incluso para el mismo Sebastian, que sintió que el abrazo con Aimé había durado años.
-Siento no haber asistido. -Aimé susurró cerca del oido de Sebastian. -Me hubiera gustado estar contigo, pero espero que haya sido un buen día para ti.
Cuando Aimé se alejó de Sebastian le dejó un rápido beso en la mejilla.
Daniel se puso rojo del coraje, al ver el beso que Aimé le dio a Sebastian. Por otro lado, para Joel que sabía todo lo que estaba pasando entre Daniel y Aimé y sobre lo que estaba pasando entre Sebastian y Gabriela (Aunque en realidad entre los dos últimos aún no pasaba nada interesante), el beso fue algo sin importancia.
Joel notó como Daniel se había molestado con el beso y rodó los ojos ante aquella acción por parte de su amigo. A Joel le parecía ridículo que Daniel se pusiera celoso por el beso que Aimé le había dado a Sebastian.
Solo había sido un abrazo y beso amistoso, no había porque ponerse celoso.
Ni siquiera Gabriela había actuado tan infantil al ver al chico que le gusta recibir un beso y un abrazo por parte de una de sus amigas.
-Bueno, bueno chicos. -Habló Joel distrayendo a todos para desaparecer la tensión que se estaba creando. -¿Por qué no vamos a comer a la cafetería?
-¡Claro! -Expresó Daniel poniéndose cerca de Sebastian para después pasar uno de sus brazos por los hombros de su amigo. -Yo pagaré tu comida. Considéralo un regalo de cumpleaños.
Sebastian lo observó por unos segundos antes de desviar la mirada y alejarse junto a Joel para dirigirse a la cafetería.
Los cinco chicos se encontraban en una mesa al fondo de la cafetería de la escuela. Para Sebastian el ambiente se sentía bastante tenso e incomodo. Por alguna razón nadie hablaba, sólo movían los ojos observando a su alrededor.
Habían pasado casi cinco minutos desde que llegaron y pidieron su comida, pero para Sebastian esos cinco minutos le habían parecido cinco horas llenas de silencio incómodo.
Después de que Daniel se pusiera de pie para ir al baño, Joel lo siguió.
Los mejores amigos de Sebastian lo habían dejado solo en aquella mensa en un gran apuro.
A su lado izquierdo tenia a Gabriela que no dudó en sonreír cuando Sebastian le dio una mirada rápida, y frente a él tenia a Aimé que en ocaciones lo observaba y en otras lo ignoraba.
Sebastian no supo que hacer, se sentía muy vigilado por el par de ojos que poseían las dos chicas que se encontraban con él en aquella mesa.
Joel sabía que algo no estaba del todo bien con Daniel. Cuando entró detrás de él al baño Daniel palideció, pues sabía cual era la razón por la que Joel lo había seguido hasta ahí.
-A mi no puedes engañarme. -Habló Joel una vez que se encontraba frente a Daniel.
Daniel solo frunció el ceño para fingir que no entendía de lo que estaba hablando Joel.
-Estoy seguro de que si recibiste el mensaje, y se que lo leíste. ¿Por qué no fuiste?
Daniel observó un momento al suelo y luego levantó la vista para responder con voz firme.
-Lo hice por Aimé.
Joel no comprendía que tenia que ver Aimé en todo eso.
-Aimé recibió el mensaje al igual que yo. -Confesó nervioso.
-¿Entonces por qué no asistieron?
-Tenia día pidiéndole a Aimé que saliera conmigo, pero ella siempre me rechazaba con excusas tontas. El viernes volví a pedirle que saliera conmigo y después de insistir, ella aceptó. Al día siguiente fuimos a desayunar y cuando ella fue al baño llegó tu mensaje. Sabía que si Aimé leía el mensaje seguro querría ir a casa de Sebastian, fui muy egoísta, solo quería pasar tiempo con ella...
A Joel le asombró que Daniel se llamara a sí mismo egoísta, lo cual era muy cierto. Daniel era egoísta cuando se trataba de su propio beneficio.
-... Así que borré tu mensaje de mi celular, y busqué en la bolsa de Aimé su celular para hacer los mismo, sólo quería borrar evidencia para pasar toda la tarde con ella sin que sintiera la necesidad de ir con Sebastian.
-Eres un idiota. -Dijo Joel molesto. -Sebastian es nuestro amigo, ¿De verdad te importa más una chica que tu amigo? ¡Era su cumpleaños! un día especial para él, ademas Aimé también es su amiga, ella tenía el derecho de decidir si quería o no asistir a su cumpleaños.