El escuchar que Petra le decía que estaba esperando a su hijo, hizo que las fuerzas abandonarán a Sergio, haciendo que todo a su alrededor girará demasiado rápido como para entender en qué lugar estaba y sin poder controlarlo, cae sobre uno de los sofás, rodando y finalmente llegando al suelo. Trataba de mantener la conciencia para no desmayar por la impresión, pero al parpadear, ya estaba Petra a su lado, golpeando de su mejilla para que despierte.
— Mi amor ¿estás bien? — preguntaba ella preocupada
Sergio solo negaba con la cabeza y se sienta en el suelo.
— No, no, no... es mentira, yo no soy el padre
— Claro que lo eres. No he estado de manera íntima con ningún otro.
La angustia de Sergio se hacía notar, y su rostro lo reflejaba, puesto que estaba a punto de echarse a llorar.
— No Petra... ¿qué quieres de mí?
— Que formemos una familia, que le demos la oportunidad a nuestro hijo de tener una casa llena de amor...
— Pero no puedo, me casaré con la hija de los Calero.
— Pero eso ya no ocurrirá — Petra acaricia el rostro de Sergio y le habla con una voz dulce — te aseguro que seré una buena esposa, te complaceré y seremos felices, tendremos la oportunidad que no has querido darme.
— Pero no quiero... ¿Por qué no entiendes que yo no te amo? No quiero pasar mi vida contigo — dice Sergio sin poder contener la angustia, derramando un par de lágrimas debido a la desesperación al darse cuenta que no tenía salida.
— ¿Qué pasará con nuestro hijo?
— Te daré dinero, no le haré faltar nada... pero de esto nadie se puede enterar...
— Yo no necesito de tu dinero Sergio, necesito de ti, de tu apoyo, de tu cariño y presencia para mí y nuestro pequeño — responde Petra triste — yo no me ocultare, ni guardaré el secreto, porque, aunque tú no lo puedas entender por tus caprichos, yo estoy orgullosa de ser madre y del amor que siento por ti, solo faltas tú para completar esta familia...
— ¡QUE NO! — Grita furioso Sergio — Esto es tu problema Petra, desde el primer momento dijiste que esta relación era sin compromisos. Y ahora vienes aquí, pidiéndome que sea tu esposo, encadenándome con un hijo que estoy seguro que no es mío.
— Pero que cosas más horribles estas diciéndome Sergio — responde ofendida Petra
— Es la verdad, estoy seguro que esto te lo has inventado. Porque veo en tu mirada que te has obsesionado conmigo y no puedes dejarme ir, es por eso que no importa lo que te diga o lo mal que te trate, tu orgullo ya no existe, por eso insistes en hablarme de amor, cuando ya sabes que no te correspondo.
Petra se levanta y camina en dirección a una cuerda que estaba cerca de la pared que hacía sonar una campanilla para llamar al servicio, apareciendo casi al instante un criado, preguntando qué era lo que necesitaban.
— Llamé al señor Fortunato, necesito hablar con él inmediatamente — responde Petra.
Al salir el criado, Sergio se levanta del suelo y se acerca a Petra.
— ¿Qué haces? ¿Para qué quieres ver a mi padre? — pregunta asustado Sergio.
— Ya que quieres hacerte el desentendido en esto, deberé hablar con alguien que me ayude a tomar responsabilidad en esto.
— Por favor Petra... no seas cruel, no me hagas esto. Mi vida era feliz, antes de... — Sergio ya no controlaba el miedo que sentía y comienza a llorar, al ver como todos sus sueños comienzan a derrumbarse.
— Yo tampoco quería esto Sergio, pero pasó. Ahora solo se debe asumir la responsabilidad de nuestros actos — responde Petra de manera fría.
Al escucharse por el pasillo el característico sonido que producía el bastón del señor Fortunato al caminar, Sergio corre hasta la puerta cuando su padre la abre, para impedir que entre.
Víctor se sorprende como su hijo le impedía el paso, abriendo sus brazos en la puerta, mientras lloraba agitado y temblaba.
— Sergio ¿Qué te pasa? — pregunta Víctor asustado al ver en aquella condición a su hijo.
— Papá... por favor, no entres
— Señor Fortunato, debo hablar de algo importante con usted — dice Petra atrás de Sergio.
Víctor aparta a su hijo para ingresar en aquel salón. Al ver a aquella mujer con un vientre prominente y el estado de su hijo, comprende inmediatamente lo que estaba pasando, lo que le hace perder la calma, dejándolo aturdido por un momento. Cuando logra dar un suspiro para aclarar sus ideas, llama a un criado, para pedir que traigan a la señora Fortunato, puesto que él no podía solo con aquella situación.
Cuando todos estaban reunidos, Petra expone lo sucedido, solicitando que intercedan por ella, debido a que Sergio se negaba a aceptar lo ocurrido.
— No se preocupe señora Baronesa, Sergio tomará su responsabilidad en esto — responde Víctor con la voz apagada
— No necesito dinero, solo un padre para mi hijo — asegura Petra
— Lo entendemos. Debido a esto, deberemos realizar los preparativos para vuestro matrimonio...
— No padre... por favor, te lo suplico — dice llorando Sergio, tomando del brazo de Víctor.
— Por favor Sergio, no hables — dice su madre de manera fría.
— ¿Cuándo proponen la boda? — pregunta Petra.
— Aun debemos atender asuntos con los Caleros, para romper aquel compromiso y buscar la mejor salida para todos...
— Necesito fechas, puesto que su hijo quiere desligarse, y no puedo correr el riesgo a que él escape, dejándome en vergüenza ante la sociedad...
Amelia se levanta de mal humor de su silla y habla con un tono rabioso.
— Ya mi esposo le ha dicho que nuestro hijo tomará responsabilidad, que romperemos el compromiso con los Calero y que nos de tiempo.
— No es necesario exaltarse tanto señora Fortunato. Puesto que aquí, yo soy la perjudicada — responde Petra de manera ofendida
— Mi hijo también ha salido perjudicado, por una mujer mayor que no sabe controlar sus impulsos, teniendo un amorío con un hombre con el que no estaba casada y que ahora nos exige soluciones apresuradamente después de estar embarazada por 6 meses.