Un amor virtual

Capítulo 5

- Siento que te conozco de toda la vida.

Me decía en el vano intento de conquistarme.

- Yo también siento lo mismo.

Mis palabras, a pesar de que él no lo sabía, iban cargadas de una terrible ironía.

- Tenemos que vernos pronto, Me gustaría poder conocerte en persona.

- Claro, pronto.

Siempre era la misma propuesta y a su vez la misma respuesta instantánea, pronto. Pronto. Sabía en lo más profundo de mi ser lo mal que estaba haciendo al mentirle, pero no podía parar.

- Quisiera saber cómo eres.

- Sabes cómo pienso y lo que me gusta.

- Pero aún así no es suficiente. Quiero verte.

Nunca desistía de su objetivo.

- Ya te dije, pronto.

- Siempre lo dices, pero al menos me gustaría verte en alguna foto.

Entré en pánico nuevamente dado que sólo tenía las fotos que había posteado en el perfil falso. Y para empeorar la situación me había olvidado por completo el nombre de la chica a la cual le había robado las fotos. No sabía qué hacer, me sentía entre la espada y la pared. Así que tuve que improvisar.

- ¿Sigues ahí?

- Claro.

- Entonces ¿Me enviaras alguna foto tuya?

Y aquí viene el peor error.

- Ya hay fotos en mi perfil.

- Pero quiero algo más privado ¿me hago entender?

- Un poco.

- ¿Entonces?

- Espera un momento.

El pánico que sentía era indescriptible, sólo quería que todo acabe, pero no quería que me descubra.

Decidí tomar una foto con una camisa que usaba poco y desprendi algunos botones para que se vieran mis senos o al menos una parte de ellos.

- Guau. Eso me calienta demasiado.

Y una vez comenzado el juego ya no había marcha atrás.

- Tu turno.

Me envió una foto de su bulto enorme

Y no podía evitar pensar a cuántas personas, chicas en realidad, le había enviado la foto de algo tan privado y que yo pensé que era la única que lo conocia. Pobre ilusa.

- ¿Te llegó la foto?

- Si, estaba pensando si me cabría en la boca.

Dije lo que pude, intentando sonar sexy. Pero realmente me sentía avergonzada y ridícula.

- Pues, por eso deberíamos vernos, para hacer la prueba.

- Si obvio.

- Me calientas con sólo una foto. Podría acabar con una más.

Entonces me corrí la braga dejando ver apenas mi vagina y se la envié sin pensar demasiado en lo que estaba haciendo.

- Nena, eres preciosa.

-...

- Ésta va por ti.

-...

No podía evitar sentirme tan excitada como lo estaba, tanto que tuve que meter mis dedos y moverlos tan rápidamente para apaciguar lo caliente que me ponían unas simples palabras. Acabé pensando en él haciendo lo mismo. Pero cuando lo hice, tuve que levantarme y vomitar todo lo que traía dentro, me sentía sucia, asqueada. Ya no quería continuar con lo que estaba haciendo. Necesitaba parar.

En un momento de llanto llamé a mi amiga Vanesa para pedir un consejo.

- Hola.

Respondió al cuarto tono.

- ¿Cómo has estado? No sé nada de ti desde lo que pasó en el parque.

Le dije.
 Y ella respondió.

- Intenté llamar muchas veces, nunca devolviste mis llamadas.

- Lo sé, lo siento. Tenía que procesarlo y hacer algo al respecto.

Su tono traía cierto enojo y reproche, no la culpo. Desaparecí, pero no podía contarle la verdadera razón, no podía simplemente decir “Estoy planeando una venganza en contra de mi novio”, debía ser sutil, nadie tenía que enterarse.

- Y ¿qué hiciste?

- Pronto te lo contaré. Pero necesito detalles de con quién sale mi novio.

- ...

- ¿Y bien?

- Ya te los conté ¿recuerdas?




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