Un amor virtual

Capítulo 10

La tristeza que sentía era enorme, no cabía en mi cuerpo. Me sentía anclada a un pozo que no tenía fondo. Caía y caía al vacío. Nada de lo que hacía calmaba mis pensamientos ni mis emociones. Debo admitir que tomo pésimas desiciciones en estados depresivos. Decidí enfrentarlos.
Llamé a mi novio, ahora ex novio y a mi amiga pero sin resultados.
Decidí enviarles mensajes y citarlos a dónde todo había comenzado.
No respondieron, pero de alguna manera sabía que cuando llegase, ambos estaría allí esperándome.

Media hora después me cambié y mientras me miraba en el espejo sólo podía ver la tristeza que cargaba en las bolsas debajo de mis ojos. Había agotado mis lágrimas y mis lamentos, era hora de la verdad.
Me dirigí al parque en frente de la catedral, corría una brisa fresa que dejé penetrar en mi cuerpo como si estuviese llena de pequeños agujeros.
Los vi, sentados, tomados de la mano a lo lejos, supe que eran ellos porque se soltaron inmediatamente cuando me vieron.
Cuando estuve en frente de ellos no sabía qué decir o qué hacer y agradecí que mi amiga tomó la palabra.

- Lo siento. Es todo lo que puedo decir Eliana.

- ¿Crees que eso basta? Un perdón y nada más.

- Las cosas se dieron y no sabía cómo llevarlas.

- Te enamoraste de mi novio y me mentiste cuando tuviste la oportunidad de decírmelo.

- Lo sé y lo lamento mucho.

Entonces miré a Tomás y le dije:

- ¿Tienes algo para decirme?

- Perdón.

Los tres sabíamos que no había nada más que hablar, así que hice lo que tenía que hacer, me fui con la cabeza en alto.
Si bien tenía pensado contarles la verdad acerca del perfil falso no lo sentía necesario. Nos habíamos hecho daño, todos, pero esto era algo que iba a guardarme para mí misma.

Una semana después seguía metida en un bache, sentía que no podía avanzar, todo volvía a mi una y otra vez. Todo estaba demasiado fresco en mi memoria.
En un momento de impulso tomé las pastillas que me volvían dócil y agarré cinco. Me las tomé todas juntas sin pensar en nada más ni siquiera en las consecuencias, no sabía si seguiría viva después de eso. Pero aún así lo hice.

Desperté tres días después con un dolor de cabeza impresionante, chequee mi celular y no tenía llamadas ni mensajes, pero al menos me tenía a mí misma y eso era más que suficiente.




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