TRES MESES DESPUÉS
Luego de mucho pensar decidí confesar mi secreto a mi psicólogo. Si bien había decidido llevarme el secreto a la tumba, me debía a mí misma contárselo a alguien y cerrar el ciclo después de tanto sufrimiento.
- Y como ve, la venganza salió al revés.
- No salió al revés. No hay ganadores en esto, sólo dolor.
- Es difícil cuando las personas en quienes más confiamos nos lastiman.
- Al querer tanto a alguien le damos el poder de destruirnos. Pero eso lo sabes mejor que nadie.
- Lo sé.
- Y me alegro de que así sea.
Hubo un silencio en el que supe que él me transmitía su orgullo de forma implícita. Para romper el hielo le dije:
- Doctor, siento que estoy en una nueva faceta.
- Ah si, ¿cuál?
- Una en la que trato de no lastimar a la gente. Ni lastimarme a mi.
- Me alegro siempre de tus progresos. Nos vemos pronto.
Y me fui. Salí y tomé aire fresco, todo se sentía tan lejano. Porque ya había dejado atrás todo lo que había pasado. Amigos, novio, estaba sola. Y por fin podía abrazar esa libertad.
Mientras caminaba comencé a reflexionar sobre lo sucedido.
A veces la debilidad nos lleva a tomar malas decisiones, pero es importante hacerse cargo de ellas y asumir que no podemos culpar a un estado de ánimo o trastorno por acciones que realizamos de forma consciente. Me prometí a mi misma cambiar, mejorar y buscar algo mucho mejor para mi vida. Romper con amistades y noviazgos tóxicos y comenzar desde cero olvidando la estupidez del amor virtual que había intentando crear entre mi novio y alguien inexistente. Estuvo mal lo que hice y lo que me hicieron los demás también. Pero lo importante es perdonar y personarse y eso fue lo que hice.
TRES MESES DESPUÉS
Luego de mucho pensar decidí confesar mi secreto a mi psicólogo. Si bien había decidido llevarme el secreto a la tumba, me debía a mí misma contárselo a alguien y cerrar el ciclo después de tanto sufrimiento.
- Y como ve, la venganza salió al revés.
- No salió al revés. No hay ganadores en esto, sólo dolor.
- Es difícil cuando las personas en quienes más confiamos nos lastiman.
- Al querer tanto a alguien le damos el poder de destruirnos. Pero eso lo sabes mejor que nadie.
- Lo sé.
- Y me alegro de que así sea.
Hubo un silencio en el que supe que él me transmitía su orgullo de forma implícita. Para romper el hielo le dije:
- Doctor, siento que estoy en una nueva faceta.
- Ah si, ¿cuál?
- Una en la que trato de no lastimar a la gente. Ni lastimarme a mi.
- Me alegro siempre de tus progresos. Nos vemos pronto.
Y me fui. Salí y tomé aire fresco, todo se sentía tan lejano. Porque ya había dejado atrás todo lo que había pasado. Amigos, novio, estaba sola. Y por fin podía abrazar esa libertad.
Mientras caminaba comencé a reflexionar sobre lo sucedido.
A veces la debilidad nos lleva a tomar malas decisiones, pero es importante hacerse cargo de ellas y asumir que no podemos culpar a un estado de ánimo o trastorno por acciones que realizamos de forma consciente. Me prometí a mi misma cambiar, mejorar y buscar algo mucho mejor para mi vida. Romper con amistades y noviazgos tóxicos y comenzar desde cero olvidando la estupidez del amor virtual que había intentando crear entre mi novio y alguien inexistente. Estuvo mal lo que hice y lo que me hicieron los demás también. Pero lo importante es perdonar y personarse y eso fue lo que hice.
TRES MESES DESPUÉS
Luego de mucho pensar decidí confesar mi secreto a mi psicólogo. Si bien había decidido llevarme el secreto a la tumba, me debía a mí misma contárselo a alguien y cerrar el ciclo después de tanto sufrimiento.
- Y como ve, la venganza salió al revés.
- No salió al revés. No hay ganadores en esto, sólo dolor.
- Es difícil cuando las personas en quienes más confiamos nos lastiman.
- Al querer tanto a alguien le damos el poder de destruirnos. Pero eso lo sabes mejor que nadie.
- Lo sé.
- Y me alegro de que así sea.
Hubo un silencio en el que supe que él me transmitía su orgullo de forma implícita. Para romper el hielo le dije:
- Doctor, siento que estoy en una nueva faceta.