Un ángel cayó

Capítulo 11

—Pediré permiso, para estar con ella, todo el tiempo el día de su cirugía —declaró Alam, Valeria sonrió al escucharlo. No podría pedir más para su amiga, ya que su compañero de trabajo, era una excelente persona.

—Me parece bien, igualmente yo no iré a hacer mi otro turno, ese día, quiero estar ahí, pero no le digas nada, llegaré de sorpresa.

—Si, eso es genial.

Por la tarde, justo cuando el desterrado estaba revisando algunos expedientes, a su mente llegó la sonrisa sincera pero melancólica de la ángel de luz. Quería comprender la razón por la que una joven tan linda y luminosa, anduviera tan triste ¿será por amor? "Tonto el que no la haya rechazado" —pensaba, sin saber que aquella mirada y triste sonrisa, se debia a que se había enamorado de él. Sin embargo, la joven ángel, tenía la seguridad de que aquel sentimiento acabaría pronto. Ya iba a terminar con todo en el consultorio cuando Sabrina le comunicó que Alam estaba afuera, queriendo hablar con él, por lo que, el desterrado, tuvo que dejarlo pasar y aparentar que no sentía celos. Era tonto  como un hombre tan atractivo, con dinero y poderoso en ambos mundos, sintieron celos de un simple humano, con una belleza ordinaria, pero era inevitable no sentir aquella, porque la joven humana no era de las que mirara el exterior y para desgracia del desterrado, su interior estaba lleno de odio, rencor, maldad y oscuridad.

—Doctor —saludó el joven.

—Siéntate, ¿a que debo tu visita?

—Bueno, eh… —divago un poco —, es que, bueno, quiero estar aquí el día de la cirugía de Alma, ¿puedo estar como acompañante?

—Si, si ella lo pide, lo permite —se mostraba sin expresión alguna y profesional pero por dentro estaba muriendo de los celos, porque no le molestaba que el amor de su vida, tuviera amigos; lo que le molestaba era el mutuo sentimiento de atracción que los jóvenes humanos sentían.

—Si, vengo a hablar con ella.

—Bien, es perfecto, que tengas una excelente tarde.

—Si, ¡gracias!

El joven salió emocionado por su logró de estar con ella en aquel momento tan importante y difícil de su vida. Alam regresó con Alma mientras que el desterrado, tuvo que tomarse un café y respirar profundo para poder seguir trabajando.

—Se sufre por amor —de la nada, apareció la ángel de luz, se sentó donde minutos antes, estuvo el humano.

—Si, pero yo no estoy sufriendo, ella me elegirá a mi, ella se siente segura y amada a mi lado —respondió —. Tú, si sufres; pero dejame decirte que es un imbécil, porque eres muy valiosa y cualquier otro, estoy seguro que mataría, moriría y viviría por ti.

—Él está enamorado de otra —confesó.

—Ahí es complicado —el desterrado quería decir algo que la animará pero si él estaba casi en la misma situación, no tenía mucho que decir —. Creo que en algún momento, nos tocará llorar juntos —sonrió —. Mi amor, parece enamorada de otro, así así estamos casi en la mis situación.

—Es hermoso que sonrías —observó, la joven.

Ellos siguieron hablando, cosa que estaba retrasando al cirujano en su trabajo, ya que debían hacer algunas visitas a pacientes, antes de irse pero retrasarse un poco, le estaba siendo muy útil, porque la estaba pasando bien, hablando de sus males de amores.

—Debo irme —anunció Alam —. Iré a hacer dos turnos, fue la condición que me pusieron para darme libre mañana y estar contigo en la cirugía.

—Me parece perfecto, ve y muchas gracias, de verdad —dijo Alma —. ¿Me das un beso en los labios, antes de irte?

Alam se inclinó hacia ella, tomó sus labios delicadamente disfrutando de las sensaciones que les regalaba aquella cercanía. Después del beso, se despidió de ella, no quería dejarla, pero saber que al día siguiente estaría como ella, le daba paz.

Por la noche, el desterrado se acercó a ella, quien dormía en la etapa dos, estaba dormida pero no de manera profunda. Se acercó hasta quedar a centímetros de ella, le dejó un suave beso en la frente; ella se despertó durante aquel acto de cariño, cosa que no le molesto saber que su cirujano, le dejaba un beso.

—Lamento despertarte, pensé que no te despertarías —se disculpó entre mentiras, ya que saber perfectamente que iba a despertará pero quería que ella supiera cuanto sentía; quería ser descubierto en pleno acto de cariño y respeto

—Tranquilo, el beso estuvo lindo —le sonrió dándole una respuesta que le dio fuerzas para seguir intentándolo con ella.

Le dio otro beso en la frente y ella estaba feliz, pero no más que él, quien sentía algo en su pecho; algo que era mucho más fuerte y maravilloso de lo que sintió por ella, cuando era su ángel guardián, sentimiento que en el pasado, lo llevó a interponerse entre ella y la muerte que le lanzó un rayo.

—Pronto podrás verme y saber cuanto te estimo —confeso —, se que al inicio pensabas que te trataba como como todos mis pacientes pero la verdad que no, a pesar que a todos los trato con cariño, contigo ws diferente, yo siento algo por ti; no me malinterpretes, solo que… siento que te conozco desde siempre.

—Tranquilo que yo siento lo mismo.

Se sentó un rato, debia estar en casa puesto que su gato, lo esperaba con hambre, pero con una hora que "gato" tuviera hambre no pasaba nada; quería disfrutar del último dia que su humana estaría sin vista, porque al día siguiente, el haría cualquier cosa por hacerla ver, nuevamente. Al pasar el rato entre una charla amena, se despidió de ella, haciéndole la promesa de que al día siguiente todo sería diferente para ella y también le hizo una promesa como amigo, le dijo que jamás la dejaría sola, le dejó claro que ya no estaba sola.



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En el texto hay: fantasia, angeles, amor dolor

Editado: 30.01.2023

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