Un ángel en alquiler

Capítulo 20 - Un trato justo

-Celeste….

La joven desvió su mirada del CEO, lo ignoró completamente y corrió a los brazos de su amiga- Krys… ¿Qué pasó?- dijo con preocupación, limpiando las lágrimas de los ojos de su amiga.

-F-Fue solo un susto, ya está estable. El médico dijo que se descompensó, pero ya lograron estabilizarlo- sollzó.

-¿Puedo verlo?- suplicó conteniéndo sus lágrimas.

Thomas observó la escena con un nudo en su garganta, sabía que estaba de más, que sobraba en ese momento. Quería abrazar a su ángel y decirle que todo estaría bien, que haría todo lo posible porque ese muchacho saliera con vida de allí así su amada volvería a sonreír.

-Si, está en el cuarto…- señaló la puerta de enfrente- Yo… no pude entrar, simplemente no puedo verlo así- sollozó.

Celeste besó la frente de su amiga y se incorporó. Por un segundo, sus ojos rojos se movieron hacia Thomas quien no había dejado de mirarla- Quédate con ella, por favor.- suplicó.

-Si, claro- respondió rápidamente.

La rubia asintió con la cabeza en agradecimiento y entró al cuarto. Allí estaba todo oscuro, el ruido del pasillo no estaba, solo se escuchaba el pitido de la máquina que controlaba las pulsaciones del joven que yacía inconsciente en la cama y cubierto de cables.

-Tati…- sollozó cayendo de rodillas a su lado y tomando su mano- ¿Qué pasó? Estabas bien…¿Cómo sucedió esto?

La joven apoyó su frente contra el colchón y finalmente liberó todo el dolor de su interior. La realidad la había golpeado con fuerza, verlo allí inconsciente, tan débil, le hizo caer en la cuenta de lo frágil que era la vida y que el destino sería igual de cruel con un jovencito de apenas 18 años.

-No te preocupes hermanito, vas a salir de esta, tu familia está aquí contigo y te ama- dijo con un nudo en la garganta, besando con cuidado su mano inerte. Sentir la calidez de su piel la calmó y deseo que desde su sueños pudiera escucharla.

-Gracias por traerme- dijo débilmente la mujer.-

-No hay de qué- Respondió con una media sonrisa el CEO.

-¡¿Qué haces aquí?!

La voz de Danny descolocó a ambos jóvenes.

-Danny- respondió Krystal, agotada por todo lo que estaba ocurriendo.

-No se porque mierda estás con mi familia, ni quien te invitó, pero será mejor que te vayas antes de que arme un escándalo- amenazó.

Thomas se tragó sus ganas de matarlo y en silencio se levantó del asiento dispuesto a irse de allí, pero la mano de Krystal aferrándose a su traje se lo impidió.- Gracias a él pude llegar al hospital, si no hubiera sido por su ayuda, no sé qué habría pasado conmigo- dijo con dureza, obligando al joven a sentarse nuevamente a su lado.

El jefe estuvo a punto de decir algo más, justo cuando el médico se presentó- Buenos días- dijo llamando la atención de los adultos- Voy a revisar al paciente, esto puede demorar un tiempo.

-Gracias doctor- respondió la mujer.

El doctor entró a la habitación y Celeste salió, apenas vio a Danny corrió a sus brazos- Todo va a estar bien Cele, ya pasó…- la consoló con cariño.

Thomas vio la escena apretando con fuerza sus puños. Sabía que estaba fuera de lugar sentir celos en una situación así, pero no podía evitarlo. Verla abrazar a un hombre que no era él, le hervía la sangre. En vez de dejar que sus impulsos lo dominaran, prefirió respirar hondo y hablar con falsa tranquilidad- ¿Porque no vamos al comedor? El médico dijo que iba a tardar y seguro que nadie probó un bocado en horas…

El jefe y la joven soltaron su abrazo- Yo puedo hacerlo, no necesitamos tu dinero- sentenció con dureza.

-Danny…- comenzó a decir Krystal.

-Bueno, entonces será mejor que me vaya- dijo con incomodidad.

Celeste levantó su mirada hacia el hombre a quien había creído amar. Aunque aún tenía el corazón roto, no podía evitar que su cuerpo reaccionara de felicidad al estar cerca de él- P-Puedes unírtenos… al almuerzo.- dijo tímidamente.

Danny la miró furiosa, pero sintió la mano de Krystal en su hombro, advirtiéndole que no era el momento ni el lugar para peleas.

-¿Qué dices? ¿Nos acompañas?- dijo la joven, con una pizca de esperanza.

-Si, claro.

Si bien todos pidieron comida, nadie parecía tener hambre. Con la situación de Tati, todos habían perdido el apetito, hasta Thomas. El ambiente sombrío de la mesa era desolador.

-El médico dijo que debe hacerse un tratamiento para mejorar su situación. En su estado no puede operarse, sería muy peligroso.- comenzó a decir Krystal, rompiendo el denso silencio de la mesa.

-Bien, hagámoslo entonces- respondió Celeste con determinación.

-Es demasiado caro, dijo que el medicamento aún está a prueba por lo que tampoco sabe si realmente va a funcionar- dijo revolviendo su comida de un lado al otro del plato.

-Yo podría pagarlo, no importa el costo- exclamó Thomas.

El silencio de la mesa fue roto por la risa sarcástica de Danny- Yo ya he intentado hacerlo muchas veces, pero Krystel siempre se niega. ¿Qué te hace pensar que vas a poder hacerlo?

Luego de su comentario la mesa volvió a estar en completo silencio, nadie se atrevió a levantar la mirada de su plato. Todos sabían que Krystal era demasiado orgullosa para tomar el dinero de un desconocido que nada tenía que ver con su familia, ni tampoco tomar el dinero de Danny debido a que ya estaba endeudada hasta el cuello de deudas. Celeste sabía que la única opción era ella misma, sólo tenía que pensar en cómo convencer a su amiga.

Luego de un almuerzo incómodo en el que nadie comió, Krystal volvió al sector de emergencias donde se quedaría junto con Danny hasta que Tati fuera dado de alta. Aunque Celeste insistió en quedarse, su amiga le dijo que fuera a casa a descansar por si la llegara a necesitar más tarde y que Thomas la llevaría.

La joven quiso protestar, pero no podía negarse a un pedido de su amiga y menos a la mirada desesperada de Thomas.




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