Un ángel en alquiler

Capítulo 39 - Los inicios

-¿Qué hago?

-¡Que prendas las velas de la torta!- Chilló Krystal colocando los últimos globos en una esquina del bar- Que no se te llegue a caer la torta ¿me oíste?- Dijo nerviosa.

-Si si…- bufó Danny colocando la torta en el centro de la mesa con mucho cuidado, para luego encender las velas- Tati… ¿Qué te dijo Cele?

-No me atendió las llamadas, pero me dijo que estaba en camino- exclamó el joven mientras se colocaba un gorro de cumpleaños en forma de cono y de cartón- Ya debe estar cerca.

-¡Entonces escondete! ¡Dale Danny para hoy!- gritó Kristal, bajándose de la silla donde había estado parada- ¡Escondete!

-Ya ya…- exclamó escondiéndose detrás de la mesa- ¿Para que nos escondemos? Si ella ya sabe de la fiesta…- Krystal lo fulminó con la mirada, cerrándole la boca.

-¿No deberíamos esperar a Thomas?- preguntó Thomas, de forma inocente, pero nadie le contestó. Resignado, Tati se escondió detrás de un sillón y por último la mujer se escondió detrás de la barra justo cuando escucharon que la puerta de entrada del callejón se abría- Ahí viene- Susurró preparando la cámara de fotos.

Los jóvenes vieron la pequeña silueta de Celeste entrar en la oscuridad del bar, luego de unos momentos de silencio ensordecedor, encendió la luz y vio saltar a sus amigos detrás de sus escondites- ¡Sorpresa!- gritaron al unísono- ¡Feliz… ¿Cele?- exclamó extrañada la mujer- ¿Qué sucede?

Las sonrisas en sus rostros rápidamente se esfumaron al ver el rostro destrozado de la rubia, su maquillaje corrido por su rostro, sus ojos hinchados de tanto llorar, su mano temblorosa aferrándose a un mueble para no caerse mientras que con la otra mano se agarró con fuerza la ropa a la altura del pecho, como si apenas pudiera respirar. Krystal corrió como un rayo hasta su amiga justo cuando estaba a punto de caer al suelo. La sostuvo con fuerza contra su cuerpo tratando de no entrar en pánico.

-¿Cele..? ¿Qué sucede? ¿Te hicieron algo? ¿Estás bien?- preguntó desesperada, revisando a su amiga, pero parecía estar intacta por lo menos por fuera.

Danny y Tati corrieron rápidamente a su lado, rodeando a la joven que apenas podía respirar- Hagan aire- exclamó Krystal- Creo que tiene un ataque de pánico. Tati, trae un poco de agua, por favor.

El joven corrió hacia la cocina mientras Danny observaba la escena desde la distancia, sintiéndose impotente por no poder hacer que la joven estuviera mejor.

-Cele… mírame- suplicó la mujer, tratando de que su amiga alejara su rostro lloroso de su pecho- Estás bien, estás a salvo con nosotros- susurró mientras la mecía contra su pecho.

La respiración de Celeste era entrecortada, con hipos dolorosos porque el llanto se había convertido en espasmos- Vamos… tu puedes, respira junto conmigo- murmuró con voz suave- Respira…- dijo mientras repsiraba profundo- Ahora exhala…- dijo mientras liberaba el aire- Bien… lo estás haciendo bien…

Celeste imitó las respiraciones de su amiga por un largo rato, mientras se concentraba en escuchar los tranquilos y suaves latidos del corazón de Krys contra su oído- Bien… así… Aquí está Danny conmigo ¿Puedes escucharlo?

-Hola Cele…- dijo el hombre suavemente- Estamos contigo, no temas…- dijo nervioso, sin saber qué más decir.

-También está Tati, te trajo un poco de agua- La mujer le hizo una seña a su hermano para que se acercara con el vaso- ¿Quieres tomar un poco de agua?- La rubia asintió con la cabeza y poco a poco alejó su rostro rojo del pecho de su amiga.

La expresión rota de Celeste estrujó los corazones de sus amigos, sea lo que sea que le había pasado, debió ser muy grave. Danny cerró los puños con fuerza al pensar en que alguien le había hecho daño a su amiga, especialmente en su día de cumpleaños.

-Bien… bebe, así…- susurró Krystal, acercándole el vaso de agua pero sin soltarlo ya que las manos de su amiga temblaban fuertemente.

Celeste bebió lentamente mientras luchaba por no ahogarse por los hipos de los restos de su llanto. Luego de un momento, finalmente se alejó y respiró con fuerza, suspirando pesadamente. Danny le acercó con cuidado un pañuelo y la joven se limpió mirando el suelo con tristeza.

-¿Mejor?- preguntó Krys, alejándola del frío suelo y llevándola hacia uno de los sillos.

Celeste asintió y se encogió contra el respaldo del sillón. Se veía tan pequeña y vulnerable que Danny sintió que tenía en frente a esa niña de 12 años perdida por las calles de la ciudad. El hombre observó a Krystal con desespero, suplicándole silenciosamente que hiciera algo.

-¿Puedes decirnos que sucedió?- dijo suavemente.

-Yo… lo siento.

Krystal observó con confusión a Danny quien tampoco entendía porque se estaba disculpando.

-¿Por qué dices eso?- preguntó confundida.

-Debí escucharlos… debí hacerles caso.

-Cele, cariño, no te estamos entendiendo…

-Thomas…- dijo con la voz desgarrada, como si le doliera el alma nombrar al joven.

-¿Qué hay con él?- gruñó Danny, cerrando los puños con fuerza- ¿Que hizo ahora?

Celeste comenzó a sollozar con fuerza otra vez, cubriendo su rostro con sus manos, avergonzada. Krystal observó con molestia a Danny, quien se alejó un poco- Lo siento Cele, es que pierdo los estribos cada vez que siento que ese idiota te hizo algo.

-Lo sé…- exclamó en un hilo de voz.- Lo siento yo… debí hacerte caso.

-Cele- exclamó Krystal, tomando las manos de su amiga para alejarlas suavemente de su rostro- No tienes porque pedir perdón, sea lo que sea que pasó, no fue tu culpa.

-Tía… dinos qué pasó- exclamó Tati desde detrás de su hermana.

Celeste lo observó con tristeza y limpió las últimas lágrimas de su rostro- Mi padre reconoció a Thomas.

-¿Cómo?- preguntó su amiga confundida.

Y fue en ese momento en que Celeste descargó todo su dolor y les contó todo lo que su padre le dijo cuando vio que el novio de su hija era Thomas de Anchorena:




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