Un ángel en alquiler

Capítulo 46 - Mi pequeño secreto

-De Anchorena- exclamó el guardia de seguridad golpeando con su bate los barrotes.

Desganado, el nombrado levantó la vista.

-Sal- ordenó mientras abría las rejas.

Thomas obedeció y extendió sus brazos hacia adelante con las muñecas juntas, esperando a que el guardia le colocara las esposas para poder salir de su celda.

-Tan solo sal- dijo con impaciencia- Pagaron tu fianza, eres libre.

-¿Eh?- exclamó incrédulo- Yo no pedí eso, rechacé al abogado- protestó retrocediendo.

El guardia de seguridad lo observó con una ceja enarcada. ¿Le habían pagado su fianza y se negaba a salir de ese maldito agujero maloliente?- Ya sal de una maldita vez, me estás colmando la paciencia- Ordenó.

No tuvo más opción que obedecer y salió.

El preso caminó junto al guardia en completo silencio mientras cruzaban un largo pasillo hasta un cuarto donde se encontró cara a cara con la persona que menos hubiese deseado ver- Padre…- exclamó sin emoción.

-No te veo muy agradecido por haberte pagado tu costosa fianza- exclamó el hombre.- Solo me tras pérdidas.

-No te pedí que lo hicieras- escupió con molestia.

-De todas formas, no iba a dejar que mi hijo estuviera en un lugar como este. -dijo con desprecio.

-Claro, ¿Que dirían tus amigos no?- se burló- Porque siempre se trata de tí y de tu reputación.

-Con un gracias hubiese bastado, no es necesario que hagas un escándalo. Toma tus cosas que nos vamos a casa y no acepto un no como respuesta, ya te di demasiadas libertades y demostraste no estar a la altura- sentenció pasando por al lado de su hijo quien tuvo que apretar con fuerza los puños para no golpear a su padre. -Vamos, el vuelo sale en una hora- ordenó.

Thomas lo siguió por detrás, junto con el diabólico abogado de su padre, que siempre limpiaba su suciedad, y los guardias de seguridad.

Lo que el joven no esperaba, era toparse de frente con un mar de periodistas amontonados en la salida de la comisaría, con sus flashes que lo dejaron ciego y sus micrófonos queriendo golpearle la cara.

“-¡Thomas! ¿Qué tienes para decir?” “¿Es cierto el rumor que te detuvieron por agredir al CEO de CC Motors?” “¿Es por esa mujer?” “¿Qué ocurre con Pilar Mitre? ¿Van a divorciarse?” “¿Cómo va a enfrentar tu empresa este escándalo?”

Miles de preguntas abrumaron al joven, pero antes de que pudiera decir o hacer algo, su padre se interpuso y se colocó frente a las cámaras.

Lo que él aborrecía, su padre se regocijaba- Mi hijo es inocente, esto ha sido un mal entendido que mis abogados se van a encargar de resolver. No más preguntas por favor, estamos agotados y queremos volver a casa con mi amada esposa- exclamó apoyando su pesada mano en el hombro de Thomas como una extraña muestra de cariño- Mi hijo ha pasado por una gran injusticia y todos los culpables caerán ante el peso de la ley.

“Maldito farsante” Pensó a sus adentros.

Sintió los dedos de su padre clavarse en la piel de su hombro en señal de advertencia. “Ni se te ocurra decir algo” le decía ese gesto. Pero Thomas estaba cansado de que las personas inocentes pagaran sus errores. La sola idea de que su padre se metiera con Celeste o su familia le revolvía el estómago. Esto tenía que pagar ya.

-No…- murmuró el joven, pero su voz apenas se olló entre tantos gritos y el ruido de los flashes.

Su padre, en cambio, lo escuchó y le envió una mirada de advertencia.

-Thomas…- murmuró apretando con más fuerza el agarre- Nos vamos ahora mismo.

-No- exclamó más fuerte, alejándose del agarre de su padre.

Rápidamente se puso en frente y las cámaras apuntaron hacia él-

-Thomas, no lo arruines, solo esta vez, escúchame- le advirtió desde atrás con terror.

-Ya no voy a esconderme más.- exclamó con firmesa.

“¿Tienes algo que decir?” preguntó un periodista, acercándole el micrófono al rostro.

-Si, la verdad.- exclamó con firmesa, mirando a la cámara.

—-

Celeste se encontraba en la cocina junto a Krystal, quien le estaba enseñando a preparar su budín casero de naranja. Los últimos días, la mujer la había mantenido distraída, para que no pensara en todo lo que había pasado.

-Ahora la harina… ¡Pero muy lentamente! Porque sino se hacen grumos- le indicó.

La joven comenzó a tirar la harina mientras su amiga mezclaba la masa- Bien así… sigue así…

“¿Ese no es Thomas?”

Celeste escuchó la voz de Tati desde el living y soltó la taza dejándola caer sobre la masa. Antes de que Krystal pudiera detenerla, ya estaba corriendo hacia el living- ¡Espera Cele!- suplicó en vano.

Celeste se sentó al lado de Tati en el sillón del living- Sube el volumente- le ordenó al ver que Thomas estaba saliendo en vivo en ese mismo momento. Vacilante, Tati subió el volumen- Parece que lo liberaron- dijo el muchacho.

Celeste se mordió con fuerza el labio, estaba viendo en vivo y en directo el rostro de la persona que le había arruinado la vida pero a quien también había amado con locura. Se veía fatal, con el rostro palído, las mejillas hundidas, los ojos cansados y apagados. Y aunque debería sentirse bien al verlo tan mal, no pudo evitar sentir lástima por él.

-Si, la verdad- exclamó Thomas hacia el micrófono, con su voz grave y potente.

Krystal y Danny se sentaron a los costados del sillón.- Era obvio que lo iban a liberar, la gente como él siempre gana- gruño el hombre.

-Yo… voy a decir toda la verdad, algo que tendría que haber hecho desde un principio…- comenzó a decir con la voz temblorosa.- Mi matrimonio con Pilar Mitre fue una farsa para que su padre ganara las elecciones y mi empresa aumentara sus acciones, fue un acuerdo mutuo entre él y mi padre, nunca estuve de acuerdo con esto, yo… nunca amé a esa mujer.

Los periodistas exclamaron sorprendidos y acercaron sus micrófonos al joven.

-¿Entonces a quien ama Señor de Anchorena?- preguntó una periodista.




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