Un Anhelo de Navidad.

Capítulo 1.

Isabel.

Todas las Navidades pido el mismo deseo, para ser sincera lo hago desde hace seis años después de contraer matrimonio con mi esposo, ningún doctor nos da razones del por qué no somos padres aún, todo en mi esta bien al igual con mi esposo.

Me da tanto pesar ver cómo mis amigas ya tienen hijos, cada vez que vamos a una reunión familiar ver a mis dos hermanas y a mis cuñadas con sus bebés me entristece tanto.

Edgar cómo buen esposo que es me consuela se que le duele verme así, pero creo que él no entiende la magnitud de mi dolor.

—Hola amor si no quieres ir a la reunión de mañana esta bien nos quedamos en casa y vemos películas de navidad—.

Mañana es veinticinco de diciembre y yo aún sigo esperando mi deseo que hice la navidad pasada, todos los años es el mismo anhelo ser madre una sola vez aunque sea.

—Estaré bien mi amor te lo prometo, ya hice mi promesa de ir además me tocó llevar el postre navideño—.

Soy repostera tengo mi propia repostería y a mis sobrinos les encanta el dulce navideño.

—Esta bien amor me daré una ducha estoy cansado no me di abasto hoy—.

Sonrió, depósito un beso en sus labios, mi esposo es chef de un famoso restaurante en la ciudad, nos conocimos en la escuela de cocina el estudiaba gastronomía y yo repostería.

En cuanto nos vimos quede enamorada de él, fue como un amor a primera vista, aún no puedo creer que semejante hombre se haya fijado en una enana como yo, pues si mido 1.67 y él mide 1.80. Nos amamos de eso no hay duda pero siento que nos falta ese algo que nos unirá más, tal vez este errada en eso pero es un anhelo demasiado de grande que tengo de ser madre.

Le he pedido al niño Dios que me conceda ese privilegio tan grande de ser madre, pero cada vez lo veo más lejano, prometí que este sería el último año que pedía ese deseo.

Y si no se me concede empezaremos buscar otra alternativa de ser padres.

Meto al horno la última bandeja de panecillos, estos lo llevaremos a las calles para repartirlo con los indigentes al igual que mi esposo también prepara algunos platillos para ellos.

—Ya terminas mi pequeña muñeca—.

—Ya casi, está es la última bandeja—.

Rodea mi cintura y me gira en sus brazos nos fundimos en un beso lleno de amor y deseo.

—Te amo mi pequeña minion—.

—Y yo a ti mi gigante Edgar—.

—Aun no se que preparar para la cena de esta noche—.

—Podría ser un puré con pavo gratinado ese te quedó deliciosos el año pasado—.

—Sera pavo gratinado—.

—Ya lo baje solo tienes que prepararlo—.

—Por eso te amo mi amor—.

Nos volvemos a fundir en un beso hasta quedarnos sin aliento.

Nos ponemos manos a la obra para preparar un festín para los ancianos mujeres y hombres de la calle ese será su festín de navidad.

Horas después ya estábamos subiendo todo al auto para repartir cada porción. Desde hace cinco años mi esposo y yo damos un pequeño grano de arena a esas pobres personas que no tienen a donde ir en navidad.

Pasamos por las calles dando las comida preparada para ellos, al terminar con la última persona regresamos a casa faltando una hora para la media noche y la esperada noche buena.

—Amor se que cada navidad pides tú deseo al niño Dios pero quería plantearte algo no se si te gustará o no pero creo que sería una alternativa—.

Lo miro. —De que se trata mi amor—.

Me siento a sus lado, toma mi mano. —Se que tu anhelo es ser madre pero con un hijo nuestro, pero si no podemos deberíamos pensar en la adopción no te pido que sea ya pero podíamos intentarlo el próximo año, sabes que hay muchas mujeres que no desean ser madre y dan a sus hijos en adopción—.

Si muchas queremos ser madres por nuestros propios medios más no podemos.

—Solo dame esta navidad y si no pensamos en tu propuesta—.

—Esta bien amor sabes que te amo no importa si tenemos hijos propios o no, mi amor por ti será el mismo con el pasar de los años—.

—Lo se amor—.

A la media noche me arrodille para pedir mi deseo de navidad.

—Niño Jesús ya conoces cual es mi anhelo de navidad, pero aquí estoy delante de ti nuevamente para pedir mi deseo, sabes que deseo ser madre y lo deseo con todo mi corazón pero si no me lo concedes esta navidad te prometo que para la próxima no te vuelo a pedir nada, entenderé que mi destino es no ser madre, solo tú sabes cuál es el verdadero camino de cada quien te doy gracias por permitirme compartir otra navidad con mi esposo y familia gracias—.

Me levantó tomo mi maleta para ir con mi familia.

 

Edgar.

 

No puedo soportar ver a mi esposa cada día más rota, aunque no lo demuestre se que se rompe al ver como termina cada año y pasa cada navidad y empieza un año nuevo sin que se cumpla ese anhelo que ella desea cada navidad, cada día, su anhelo no es solo de navidad su anhelo es de día a día.

Yo también deseo ser padre pero aún no se nos da y eh comprendido que no solo se es padre por concebir si no que se es padre por el amor que uno le brinde a un niño sin importar que.

La veo arrodillarse mirando hacia la ventana y observar al cielo oscuro, pidiendo su deseo una vez más, me voy a la otra habitación para hacer lo mismo, aunque ella no lo sepa también tengo el mismo anhelo de navidad. Pido de corazón y a ojos cerrados que su anhelo sea cumplido.

La amo tanto que daría mi vida para que su anhelo se cumpliera.

Salimos de casa donde se reúne su familia y parte de la mía, mis padres ya murieron hace años así que mis dos hermanas y hermano se reúnen con mis suegros.

Al llegar la veo observar los niños correr por el jardín. —Son hermosos verdad—.

—Si mi amor ven entremos a saludar a tu madre—.

Al vernos su madre camina a toda prisa hacia nosotros. —Mi niña feliz navidad como estas—.



#10263 en Otros
#3019 en Relatos cortos
#16467 en Novela romántica
#2909 en Chick lit

En el texto hay: navidad, amor, sorpresa

Editado: 17.12.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.