Un anhelo del corazón

CAPÍTULO 15

UNA DIFÍCIL DECISIÓN

“Se separaron.

Ella tomó el camino de la izquierda.

Él, el de la derecha.

Pero olvidaron algo.

El mundo es redondo”.

—Él ya está aquí con nosotros —el corazón a Noelia le retumba.

—¿Él? —pregunta en un susurro.

—Mira, querida —Delilah le señala la cama—. Ya tenemos a Lucas de regreso en nuestro hogar.

Noelia dirige su mirada hacia el lugar que le muestra su afectuosa suegra y se encuentra con el enorme cuerpo de Lucas, acostado e inconsciente, vestido con uno de sus pijamas y conectado a una serie de aparatos médicos que monitorean cada latido de su corazón.

El pecho de Noelia retumba desenfrenado mientras avanza lentamente hacia la cama. Se acerca a Lucas, que yace sereno pero ausente. Todo para ella desaparece a su alrededor. Ignora las miradas y susurros de la familia Kontos que la observan con curiosidad y expectación.

Se sienta junto a él y, por un momento, lo observa en silencio. Aunque es idéntico a Xandro, definitivamente, Lucas, es diferente a su gemelo. Pese a estar dormido su presencia se impone, sus rasgos son mucho más duros y fuertes. Su cuerpo es atlético, fornido y hace que ella se sienta mucho más pequeña a su lado.

Ella extiende su mano y esta le tiembla ligeramente antes de alcanzar la de Lucas. La toma entre las suyas con suavidad, como si temiera despertarlo y al mismo tiempo anhelara con todas las fuerzas de su corazón que él abriera los ojos.

La calidez de su piel contra la suya la transporta a un lugar conocido. A un sitio donde ella ya estuvo antes y del cual no quiere nunca más volver a salir.

—Hola —murmura con ternura, emitiendo una pequeña sonrisa.

Aunque Lucas está dormido, ella siente la necesidad de hablarle, deseando que su voz, de alguna manera, pudiera alcanzarlo en algún nivel más profundo.

Aprieta suavemente la mano de quien ahora se supone que es su esposo, buscando algún signo de respuesta, alguna conexión que trascienda la inconsciencia.

Andreas la observa fijamente, contrariado y desconfiado. Noelia en verdad parece, más que una esposa, parece una mujer enamorada. Sus ojos brillantes, su sonrisa emocionada, la forma en cómo sostiene la mano de su amigo, todo aquello lo confunde y lo intriga.

—Bueno —dice Philipo—. Ya somos muchas personas en esta habitación y el médico ordenó que solo permaneciera una. Así que, como Noelia ya está aquí, los demás salgamos y dejémosla que ella se encargue de su marido —dispone autoritario.

—Como dispongas, querido —acata Delilah—. Noelia, querida, ya la hora de la cena pasó —aunque su voz es amable, lleva un dejo de reproche y un matiz de irritación—. Y se ha cerrado el servicio en la cocina, así que…

—Tranquila, Delilah —Noelia se levanta de la cama y acepta las disposiciones con una sonrisa—. No te preocupes. Yo estoy bien.

—Perfecto —exclama más que complacida.

—Que pases buena noche, muchacha —se despide Philipo—. Andreas se quedará un momento y te explicará todos los cuidados que el médico recomendó para Lucas. Cualquier cambio que tenga nuestro hijo, por más mínimo que sea, por favor, no dudes en avisarnos.

Noelia asiente con prudencia.

—Descansa, querida —Delilah le deposita un beso en cada mejilla.

Luego de las despedidas protocolarias, los esposos Kontos salen de la alcoba.

Giavanna se le acerca y, de la misma manera, le da un beso en cada mejilla. La mira a los ojos y sonríe emocionada.

—Ya está con nosotros —susurra con la voz cargada de emoción. Noelia asiente con una sonrisa—. Cuídalo mucho, por favor —pide con la mirada un poco humedecida.

Noelia no responde y mira instintivamente a Andreas.

—¿Por qué no me avisaron que lo traerían hoy? —pregunta Noelia fijando su mirada en la de Andreas.

—No pudimos localizarte —le dice él a su vez con indiferencia—. Solo hasta hoy caí en cuenta que no tengo tu número personal, ni el de tu trabajo.

—¿Sabes que existe algo llamado Internet? —le devuelve cruzándose de brazos—. Podrías haberle pedido a tu secretaría que me localizara.

—Mi secretaria estaba ocupada en cosas más importantes. No podía hacerla perder el tiempo buscando una dirección.

—Bueno, yo me retiro para que hablen de sus cosas —Giavanna interviene carraspeando incómoda. Se acerca a su hermano y besa su frente—. Te amo, Luc, recupérate pronto. Te extraño mucho.

Se despide de ambos y al cerrar la puerta, Andreas se para frente a Noelia.

—Hay un manual en la mesita de noche con las instrucciones sobre los cuidados que Lucas va a necesitar —señala una carpeta que está encima del elegante buró—. Te dejo por el momento a cargo porque Philipo lo ordeno, pero sabes que no confío en ti.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 19.08.2024

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