Un anhelo del corazón

CAPÍTULO 24

PRONUNCIA MI NOMBRE

«Me enamoré hasta de las letras de su nombre, de sus defectos, de su ternura disfrazada de frialdad.

Eso me atrapó, me enloqueció, esa fue mi perdición».

 

—Vamos, aún estás muy débil —le susurra Noelia, sin separar sus ojos de los de él, que la escrutan intensamente—. Regresa a la cama.

El cuerpo de Lucas es muy grande y pesado, Noelia a duras penas lo puede sostener para evitar que se desplome por completo.

Él asiente. Está confundido, desorientado. Se siente mareado y muy débil. Despertar del coma le está resultando una experiencia demasiado abrumadora.

En esos momentos, no recuerda mucho. Sus pensamientos son confusos. Imágenes, sonidos, palabras… sensaciones… que no entiende muy bien viajan por su mente a velocidades imposibles.

Noelia, haciendo uso de todas sus fuerzas, lo ayuda a sentarse en la cama.

—Vamos, anda, trata de descansar —le dice.

Los ojos de Lucas no abandonan un segundo el rostro de Noelia y sus manos la aferran por los brazos, haciendo que se incline frente a él.

—Hace muchos años que no veía tu rostro —manifiesta con el ceño fruncido, como si intentara, con gran esfuerzo, retener el recuerdo en su cabeza.

—Sí —confirma ella, emocionada. Su corazón está tan desbocado y precipitado que teme que en cualquier momento puede sufrir un colapso.

—Eras… mucho más joven, pero… —cierra los ojos, el persistente mareo lo agobia sin clemencia.

—Ven —Noelia hace que se acueste sobre las almohadas y le sube sus piernas a la cama, acomodándolas—. Déjame ayudarte —se sienta frente a él.

Se inclina hacia adelante, quedando muy cerca de él, mientras amolda los esponjosos almohadones detrás de su cabeza. Las manos de Lucas se posan sobre la pequeña cintura de Noelia y hacen una ligera presión. Es como si con eso intentara comprobar que ella es real.

Él puede sentir el aroma floral y fresco del jabón que emana de su piel recién bañada y el olor cítrico que proviene de su cabello húmedo. Recorre con su mirada cada milímetro de su rostro e inhala el aliento mentolado que logra sentir al tenerla tan cerca.

Un recuerdo vago, lejano… cruza velozmente por su mente. Una hermosa jovencita cautivada por él… una sonrisa auténtica… un brillo transparente y fascinante en aquella dulce e inocente mirada.

 

—Nunca he hecho algo así —aquellos dulces labios que pronuncian esas palabras, rozan al mismo tiempo los de él.

Sus duras y expertas manos sujetan con firmeza el delicado cuello femenino.

—Déjame enseñarte —definitivamente, aquello, no ha sido una petición.

 

Lucas cierra los ojos y mueve la cabeza, vuelve a sentirse aturdido, desorientado.

—Debes descansar —insiste Noelia—, yo tengo que llamar a los médicos, es importante que vengan a revisarte.

—Espera —la detiene haciendo un poco más de fuerza con las manos que aprietan su cintura—. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo es que…?

—Es una larga y complicada historia, que, prometo contarte más tarde, ahora lo importante es que debes recuperarte.

Noelia se endereza y Lucas afloja el agarre, pero no la suelta, luego mira a su alrededor.

—¿Esta es mi alcoba?

—Sí, tu alcoba, estás en tu casa. Es normal que te sientas un poco confundido —aclara interpretando sus emociones—. Acabas de despertar.

—¿Despertar?

Trata de ubicarse. Cierra los ojos y se concentra en su último recuerdo. Regresa a su cabeza la imagen de la larga carretera, la música en alto volumen, el auto fallando, luego, giros, oscuridad… segundos después… nada… ¿O sí?

Hay algo en medio de la penumbra… tal vez una voz, un aroma… unas manos…

—Sufriste un grave accidente y has estado en coma por varias semanas —informa Noelia con cautela, midiendo muy bien el tono y las palabras. No quiere alterarlo más de lo que ya está.

Lucas observa la cama pequeña que está al lado de la suya.

—¿Estás atendiéndome? ¿Por eso estás aquí? Recuerdo que me dijiste que estudiabas Fisioterapia.

Noelia sonríe conmovida. No puede creer que aún recuerde esa información y más en esos momentos.

—Sí, terminé hace unos años mi carrera y ahora la estoy ejerciendo.

El semblante de Lucas luce pálido, poco a poco va perdiendo más color y su mente se llena de sombras.

—¿Qué tanto recuerdas? —indaga Noelia, preocupada.

—Creo que… me acuerdo de algunos detalles antes del accidente, pero, luego… —hace una pausa intentando centrar sus pensamientos—. No tengo claras otras cosas.



#3 en Thriller
#2 en Misterio
#17 en Novela romántica
#8 en Chick lit

En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 08.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.