Un anhelo del corazón

CAPÍTULO 26

DECISIONES Y ESTRATEGIAS

«Y de pronto aparece alguien que se asemeja a todo lo que siempre anhelaste que fuera el amor».

—Es la señora Kontos —informa Andreas. El ceño de Lucas se frunce, confundido—. Es tu esposa.

—¿Crees que estoy para bromas?

—¿Crees que, en estos momentos, bromearía con algo así?

Lucas guarda silencio mientras procesa las palabras de su amigo.

—Explícame de qué mierda estás hablando —sus palabras son duras, frías, carentes por completo de diversión.

—Lo haré, pero primero tenemos que hablar de cosas más urgentes.

—¿La naviera? —pregunta con voz sombría.

—De tu accidente —corrige Andreas—. Las investigaciones arrojaron que el auto fue manipulado. Claramente, alguien quería que te accidentaras y dada la velocidad que tú tomas cuando conduces, lo más seguro es que pretendía que murieras en el acto.

—Sí, lo he estado pensando desde que desperté. Por eso, todavía no he querido informar de mi recuperación, no sin que antes me pusieras al tanto de lo que ha pasado en mi ausencia.

—¿Cómo te sientes? —pregunta preocupado.

—Perfectamente —contesta con aspereza—. Habla, ¿qué has investigado?

—Se han seguido realizando cargamentos ilegales en la naviera —saca unos documentos y se los entrega—. Ahí tienes todo detallado, las salidas, los permisos, los embarques, las planillas, todo aparece ahí, en el papel, pero nada de eso ha llegado a puerto.

—Entiendo —revisa con minuciosidad cada documento—. ¿Nuestro sospechoso?

—Revisa esta parte —señala con un dedo las hojas.

Lucas lee y luego levanta la mirada.

—Yo tenía razón. Es él, entonces, no hay dudas.

—Existen un punto oscuro en su pasado al que no he podido acceder todavía —mueve la cabeza, contrariado—. Insisto, él no está solo, tiene cómplices y alguien más grande está detrás de todo esto. No podemos cometer ningún error. Deben caer todos.

—Estoy de acuerdo —cierra la carpeta—. ¿Lograste averiguar lo que te pedí de Xandro?

—Sí. Tenías razón.

La mandíbula de Lucas se tensa y cierra los puños con fuerza.

—¿Cómo pudo caer tan bajo? Ese maldito juego lo está enloqueciendo.

—En estos momentos está peor —informa Andreas—. Ha perdido completamente el rumbo y creo dentro de poco, también perderá el juicio.

Lucas medita un poco.

—Está asociado con él, ¿cierto? —señala la carpeta que tiene en sus manos. Andreas asiente—. Él fue quien provocó mi accidente, estoy seguro.

—También estoy seguro.

—Haremos como teníamos planeado entonces, seguiremos con la siguiente parte del plan.

—Tendremos que tener mucho cuidado de ahora en adelante porque también intentaron matarte aquí en la mansión. Contrataron a una enferma para eso. Por suerte, Noelia la detuvo.

Lucas se recuesta en el sillón y mira a Andreas con detenimiento.

—¿Está ella involucrada en todo esto? —pregunta con ceño fruncido.  

—El día de tu accidente, Xandro nos habló de ella, que debíamos contactarla y avisarle.

—¿Xandro?, pero…

—No me interrumpas —pide con firmeza—. Déjame explicarte.

Andreas le explica detalle a detalle todo lo acontecido desde el día de su accidente, le cuenta cómo Xandro les dijo que Lucas estaba casado, que su esposa era Noelia. Le cuenta de sus dudas, desde el principio, de cómo estaba seguro de que todo era una mentira. Le narra cómo Philipo hizo que viniera a vivir a la casa para tenerla vigilada.

—¿Papá está al tanto de todo?

—Sí. Él sabe que ella no es tu esposa. Que Xandro la trajo. Al principio no teníamos claro algunas cosas, pero, ella vino a mi oficina y me lo contó todo. Decidimos que por el momento dejaríamos las cosas así, no nos conviene un escándalo, ni a la familia, ni a la naviera; además, Philipo no quiere alterar a Delilah, ya sabes cómo es ese asunto con ella.

Lucas escucha en silencio, atento a cada detalle.

—¿Le crees a esa mujer? —pregunta con el rostro ausente de expresión alguna.

—Ella dice que Xandro la engañó, que se hizo pasar por ti. No meto las manos en el fuego por nadie, pero, puede que esté diciendo la verdad, o…

—Puede que se sintió descubierta y esté contando su versión para lavarse las manos y evitar que la metamos en prisión.

—Yo, la verdad, no lo sé, Lucas.

—¿Piensas que, en verdad, Xandro pudo engañarla?

—De Xandro lo creo todo —expulsa con desprecio—. De Noelia, no sé. La he visto cómo habla de ti, cómo te cuidó todo este tiempo. De hecho, ella fue la que evitó que la enfermera te hiciera daño. De no ser por Xandro, la hubiésemos atrapado.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 08.05.2024

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