Un anhelo del corazón

CAPÍTULO 42

ENSÉÑAME

«Me sobrepasan estos antojos de besarte las heridas, de querer nunca soltarte y de poseerte el corazón».

El restaurante está bañado de una suave iluminación que crea una atmósfera acogedora y cálida. El ambiente está impregnado de una suave música de fondo, lo suficientemente baja para permitir una conversación tranquila e íntima.

—Me agrada este lugar —dice Noelia y Lucas asiente complacido—. Gracias por la invitación.

—¿Cómo estuvo tu día? —su pregunta tiene un tono profundo y demandante.

Por un momento, la luz en los ojos de Noelia, disminuye, cuando recuerda la notificación del Banco.

—Tranquilo —sonríe. Lucas la mira con agudeza, pero no hace ningún comentario—. ¿Qué tal el tuyo?

—Complicado —es su única respuesta—. La otra semana iremos a un evento al que estoy invitado —informa colocando la servilleta en sus piernas—. Si necesitas dinero para comprar algo tienes mis tarjetas a tu disposición.

Noelia asiente emocionada. Será presentada ante todos como su esposa. Eso la llena de mucha ilusión.

—No es necesario, gracias.

—Igual, ya arreglé para que te lleven algunos vestidos y zapatos, escoge el que más te guste. También enviaré unos profesionales para que se encarguen de tu peinado y maquillaje. Eres mi esposa, tu imagen es muy importante.

—Entiendo —concede sin objeciones.

—Eres muy hermosa —halaga sin que ella se lo espere—. Estaré muy orgulloso de que vayas de mi brazo.

—No habrá en ese lugar una mujer más dichosa que yo, créeme —expresa con esa espontaneidad que a él tanto le agrada.

La cena transcurre tranquila, la conversación fluida y amena. En algún punto, Noelia toca el tema que tanto interés le genera, ese espacio especial de la vida de Lucas que a ella la cautiva y que, de alguna forma, le gustaría también ser parte. Él hasta el momento no le ha dado mayor información.

—Más que una práctica, es un estilo de vida —le dice con una pasmosa calma—. Tengo gustos y preferencias particulares que impongo en todos los ámbitos de mi vida, tienes que conocer bien de qué se trata para que decidas si realmente quieres hacer parte de esto.

—Enséñame, por favor —pide llena de emoción—. Lo poco que me has mostrado me agrada y mucho.

Él suelta el cubierto y fija su mirada en su rostro.

—Sí —concede complacido—. Lo he notado.

El rubor que invade las mejillas de Noelia es suficiente para que otra de las compuertas interiores que Lucas mantiene cerradas con llave ceda un poco.

—¿Cómo entraste en este mundo? —pregunta ella con curiosidad—. ¿Cómo lo conociste?

—Fue en Inglaterra. Con una de mis profesoras. Ella me inició en todo esto —dice con naturalidad—. Era muy guapa, quince años mayor que yo.

—¿Tú, cuántos años tenías?

—Diecinueve —sonríe distante—. Ella no era para nada discreta en sus gustos particulares. Y siempre conseguía lo que quería.

—¿Tú? En este caso.

Lucas asiente.

—Me gustó mucho su forma de ver la vida, de no detenerse ante nada ni ante nadie. Es muy parecida a cómo yo lo hago. Nos entendimos desde el primer momento, excepto en los roles. Ella es Dominatrix y a mí no me gusta ser dominado. Sin embargo, en otros niveles nos llevábamos muy bien.

—¿Otros niveles sexuales?

Él asiente y toma vino de la copa.

—Entre muchos otros —aclara—. Me enseñó cosas importantes, me ayudó a adquirir experiencia —su voz se llena de admiración.

—¿Sigues en contacto con esa mujer? —aunque quiere, no puede evitar que su voz refleje sus celos y su malestar. Sin embargo, Lucas no da señales de que eso le resulte incómodo.

—No —contesta con desinterés—. La última vez que hablé con ella fue antes de regresar a Grecia. —La mira con detenimiento—. No debes sentir celos de ella —pide intentando desvanecer el malestar evidente de Noelia—. Es parte de mi pasado y si te hablo de ella es porque tú me lo pediste.

Noelia asiente. Él tiene razón.

—¿Algo más que desees preguntar?

—¿Cuántas sumisas has tenido? —interroga sin siquiera meditarlo.

—Ocasionales muchas. Solo he tenido una sumisa permanente —responde con voz plana, sin mostrar ninguna emoción.

—¿Tan importante fue esa mujer?

Noelia sabe que, durante todos esos años, él debió estar con muchas mujeres. De hecho, alguna, en algún momento, debió ser significativa para él. Pero una cosa es suponerlo y otra tener la certeza.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 08.05.2024

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